Un Nakama Especial

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Zoro
- Adelante - dije algo frío, no es que me dediqué a ser altanero, soy simplemente así. Ella estaba al otro lado de la puerta, pero no entraba, me levanté de mi escritorio, me encamine a la puerta pero ya no llegue a abrirla...

Justo frente a mí, ella abría la puerta su rostro me daba una sonrisa juguetona una comparada al ganador de un juego de azar, sus ojos mostraban complacencia al ver me y disfrutaba de ello cuando nuestros ojos se entrelazaban, estoy conciente que ya antes la había mirado a los ojos pero está vez es diferente, ahora a ella puede mírame fijamente y más que un atrevimiento se siente como un lujo bien merecido. No soy paciente pero la profundidad de sus ojos azules, son el fondo del mar que vale la pena esperar.

- Me estaba preguntando ¿Cómo te habrás dado cuenta que era yo?- me dice mientras pone su mano en su mentón, la contempló, esa cara con su curiosidad activada, pero ¿Cuando no lo está?, - Con tus pasos - respondo concentrandome en esa mano que me toco con tanta efusión hace unas horas. - Ahora con mis pasos, antes con mi respiración y ahora que lo pienso... ¿Porque no notar mi ceguera?- me mira fijo después he haber mirado el suelo por su meditar...

- Tsk - es todo lo que digo, ¿Cómo decirle que no la mire a los ojos por la culpa?, Ella está aquí y así por mi culpa...

Se toma su tiempo mirándome directamente, sus ojos reflejan los míos, pestañea antes de avanzar hacia mi con una seguridad sublime, y una sonrisa comparada al de un depredador que ha atrapado a su presa, extiende su mano al estar unos pocos pasos de mi para hacer pequeños círculos en mi pecho con su dedo - Será que no tienes la confianza de ver a la gente a los ojos, o... Será que no tienes confíanza al estar cerca de una mujer, no pensé que fueras así de tímido - sonríe yo no me apartó, retroceder en este momento le dará el mensaje equivocado...

Me adelanto y la tomo de la cintura con una mano y con la otra acaricio su mejilla, la acerco lo suficiente para sentir nuestro calor sin llegar a tocarnos más. - No me considero tímido - soy efusivo, no hay otra manera para hacerla entender por lo que veo, - Puedo darme cuenta - sonríe y creo que de alguna manera caí en su juego.
-Tsk- es todo lo que digo antes de soltarla por la cintura, pero al quitar la mano de la mejilla de ella, me doy cuenta de la cola de caballo de su cabello, deslizó la mano de la raíz a la punta acomodando su cabello hacia el frente de ella antes de apartarme y regresar al escritorio, - Siéntate...- inhaló, esto de ser atento y amable no es lo mío, así que continuó - Por favor -, ella sonríe a mi petición y avanza al escritorio del estudio pero no se sienta en la silla que está justo frente al escritorio y de mi, no. Ella avanza hasta ponerse a lado de mi y se sienta sobre el escritorio justo a lado de mi laptop.

No es que no note que ella está vestida de una blusa carmesí, no ajustada pero si le favorece su figura, el color le agrega rubor a sus mejillas, la coleta de caballo sigue sobre su hombro de frente, lleva una falda moderada un corte semicircular color crema, con unos botines a juego que me ayudó Bon-chan a escoger, le queda perfecto. Un estilo formal y coqueto a mi parecer, ella sentada frente a mí sobre el escritorio con una elegancia tan atrayente, no cruza las piernas solo las junta pero su silueta en triángulo ya me es cautivador. Y su postura no esconde su equilibrio corporal, ella está en buena forma.

No es que no note toda esta belleza, solo que... - Necesito hablar enserio - le digo un poco ansioso, - Estoy siendo sería, así que responde a mi pregunta Kenshi-san; ¿Porque no me miras a los ojos? - me dice tan segura. Me levanto nuevamente de mi sitio, pongo ambas manos a cada lado de ella acorralando la en su sitio sobre mi escritorio, - Te estoy mirando ahora - sonrió antes de continuar, - No es de hombres no tomar responsabilidades, y tomar ventaja de un enfermo tampoco. Yo provoque tu ceguera en primer lugar - le digo serio, sin dejarle de verla a los ojos me doy cuenta que afloja su mandíbula, como si le tomara la sorpresa, sus labios forman una pequeña "o" casi imperceptible, como si quisiera decir algo pero no dice nada, solo asienta para que siga hablando, - Los hombres que te atacaron, eran mis hombres; más bien hombres que trabajan para mí padre, que llegaron aquí siguiéndome con sospechas de una leyenda urbana de una tal "chica demonio", que ella arruinó mi boda y que ahora me buscaba para arruinar mi reputación. - ella se muestra más tensa y noto que su respiración está algo más pesada, como si se estuviera conteniendo - No estoy casado, pero mi boda si se arruinó por un pirómaniaco estúpido y algún idiota seguramente que planeo arruinar una junta muy importante, utilizando la leyenda "chica demonio" como sebo para asustar a mí iluso padre. Para explicarme mejor, mi familia es algo importante, tiene dinero, contactos poderoso, y por ende enemigos. Tuviste mala suerte en ser arrastrada a esta batalla corporativa, por qué sospecho que alguien quería arruinar la boda para así darle bajo prestigio a mi familia y empresa. No fue tu culpa terminar asi seguramente lo tuyo fue curiosidad, pero yo... No puedo permitirme que alguien inocente salga afectado, por lo que ahora lo único que puedo hacer para remediar lo que pasó contigo es reponer el daño por tu salud y.. bueno compensarte de alguna manera justa para ambos, puedes conservar la ropa, los cosméticos y talvez tú quieras...-

! Aceptó!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora