Adicto a ti.

Capítulo 17: Isaac.

En multimedia: Andrés Cepeda, Jesse & Joy - Infinito.

~*~

La veo irse y mis manos se vuelven puños. ¿Cómo es posible que me sienta tan incómodo con esta situación? Solo ha sido una semana, una jodida y única semana, pero una semana en la que he dormido por primera vez con la misma chica cada día, he tenido más sexo con ella que con todas las mujeres con las que he estado juntas y disfruto tanto de su compañía. ¡Maldita sea! Esto no puede estarme pasando. Es imposible.

La escucho marcharse con el hijo de puta de Brand y entre más minutos pasan desde que lo único que me acompaña es el silencio, más cabreado me siento. Guardo mis cosas en mi maletín y salgo pitado de una buena vez del despacho. Llamo a Leo mientras conduzco, llamaría a Abraham pero con él no puedo hablar con honestidad.

—¿Qué pasa? Te escucho raro —me dice mi hermanito ya no tan hermanito.

—Necesito tomar algo, ¿me acompañas?

—Es lunes.

—Sí, ya sé que es lunes y que eres un padre de familia y toda esa mierda —gruño.

—Vaya, sí que es grave lo que sea que te está pasando. ¿Me quieres contar?

—No por teléfono.

—¿Y no puede ser mañana?

—No.

—¿Es un SOS? —escucho hablar a Ari. Joder, que costumbre tan fea la de contestar en alta voz. ¿Qué tal si algún día accidentalmente estoy cocinando y se me resbala el cuchillo y me corto la polla? ¿Tendré que contárselo a ambos? ¡Qué falta de privacidad cuando te casas!

—Sí, es toda una urgencia —estoy fastidiado.

—Ve con él, Leo. Se escucha fatal —Ari da su autorización.

Cuelgo y le envío la dirección del bar al que iré a mi hermano. Ni siquiera espero que Leo llegue, me he bebido ya dos tragos. Necesito calmar esta desesperación que siento.

¿Qué estarán hablando Brand y Elizabeth? ¿Estarán rompiendo su compromiso? ¿Se casará de todas formas? ¿Lo engañará hasta el día de la boda? ¿La estará besando? ¿Tocando? ¡Mierda! Y a mí qué me importa, todas las veces que he dicho que no se case lo hago porque sé que no es feliz, no porque yo no quiera que se case. Si ella al final decide hacerlo no opinaré nada, es su vida y sus decisiones.

Pido otro trago y finalmente mi hermano llega. Me preocupa su expresión porque es la de alguien que está sorprendido por la mía, lo que quiere decir que estoy en graves problemas y no me doy ni cuenta. Joder. ¿Y por qué le habré pedido que no se acueste con Brand? Yo no soy nadie en su vida y ella tampoco en la mía, solo nos llevamos demasiado bien, tiene que ser eso y yo haciendo tremendo drama por nada.

—¿Qué ocurre?

—Tienes que beberte un trago para lo que vas a escuchar.

—No seas payaso, Isaac y dime de una vez porque no puedo beber. Hoy me toca dormir a Estefanía. Me está esperando.

—¿Cuándo un ser humano sueña con esas tonterías y ridiculeces? —le pregunto.

—¿Te refieres a todo lo que conlleva tener una familia?

—Sí, eso —afirmo y bebo de un solo trago el resto de mi bebida.

—Cuando te enamoras, hermano.

—¡Ja! —me burlo porque tiene que ser un chiste.

—Anda, dime ¿qué ocurre? —insiste y llama al mesero, al menos beberá algo, seguro una limonada o agua, algo es algo.