CAPÍTULO 50

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POV MARIA JOSE

¿Confirmo que las reconciliaciones son lo mejor de una relación?

Confirmo

Calle estaba dormida después de aquella sesión de cardio y yo no podía hacer más que ver su hermoso rostro, un par de cicatrices recientes perturbaban la fina piel alrededor de su boca y cejas; me había enojado demasiado cuando me contó acerca del incidente con su auto, pude perderla de nuevo y esta vez para siempre por mi estúpida e infantil costumbre de salir huyendo todo el tiempo.

Las diosas de las peliazules deben tener algo en mi contra.

Nota mental: Cambiar el color de mi cabello.

Sonreí ante lo estúpidos que sonaban mis pensamientos y me volví a concentrar en la diosa griega que embellecía aquella cama, retire la sábana que ocultaba su desnudez y la recorrí entera con todo el morbo que producía el cuerpo de Daniela Escultural Calle, habían pasado los años pero la mujer seguía como a los diecisiete, un poco más imponente si eso era posible.

- Mis ojos están acá- su voz aterciopelada me hizo estremecer, mi cuerpo sensible era aún capaz de reaccionar después de toda la atención que había recibido por parte de la castaña- eres una pervertida, amor.

Mi sonrisa se ensanchó a la vez que mi rostro se calentaba.

- ¿Dormiste bien?- pregunté mientras acariciaba su mejilla, ella estiró los labios dándome a entender que quería unirlos con los míos (los de la boca, niñitas traviesas).

- Me la pasé mejor mientras estuve despierta- su sonrisa prepotente hacia acto de presencia.

- No lo dudo- le guiñe mientras me levantaba de la cama y recogía su camisa para usarla.

Calle se sentó en el colchón con la espalda recostada al espaldar, sus ojos escudriñaban mi presencia con tanto fervor que tuve que bajar la mirada para que no notara la vergüenza que sentía.

- Pollito- me llamo- eres un pollito enojón arquitectónico y azul- dijo para culminar con una carcajada.

- Creo que faltaste a la clase de creatividad para apodos- caminé hasta llegar al buró donde había guardado mi teléfono para encenderlo.

- Si eso no es creativo para ti, no sé qué lo sea- sus manos alcanzaron mi cintura, se había puesto de pie y ahora estaba aferrada a mí con su respiración pesada sobre mi cuello.

Deje caer mi cabeza hacia atrás descansándola en su pecho mientras sostenía el teléfono en mi oreja.

- Esto es raro- dije cuando la llamada repicó mandándome a buzón- Carter no contesta.

- No creo que siga desmayado- susurro Daniela.

- Calle- indignada me di la vuelta tratando de no prestarle atención a su cuerpo- ¿Golpeaste a Carter?- la acusé señalándola con mi dedo índice.

- No me quería dejar entrar- se defendió levantando ambas manos en señal de rendición- pero eso fue hace varias horas- la castaña recogió su ropa interior mientras yo seguía marcándole al rubio.

- Quizá decidió no molestar, pudo escuchar algo- Daniela ya vestía sus pantalones y un sujetador color carmesí.

- La habitación está aislada, no se escucha nada de adentro hacia afuera y viceversa- explique mientras caminaba al pequeño armario para sacar una sudadera tendiéndosela dando a entender que no pensaba devolverle la camisa.

Camine hasta la puerta con la intención de buscar a aquel hombre pero no alcance a poner un pie afuera, calle me había girado con un movimiento rápido y me puso boca abajo sobre el colchón.

- ¿A dónde crees que vas?- preguntó mientras sujetaba mis manos sobre mi espalda.

- Debo buscar a Carter- respondí lo obvio mientras trataba de ver su cara, obviamente fracase en el intento.

- Estas loca, pollito, mejor vístete mientras yo voy por él- sus manos soltaron el agarre y cuando me disponía a levantarme sentí su pelvis apoyarse en mi trasero, volví a caer sobre el colchón sintiendo los labios de Daniela en mi oreja- Me encantas- susurró y se levantó saliendo de aquella habitación.

Necesitaba calmar mis pensamientos antes de que mis piernas tomaran vida propia y me llevaran ante aquella castaña estúpida para pedirle que me tomara en el pasillo.

Me puse unos pantalones de mezclilla que encontré en el lugar y me hice una coleta alta, calcé unas zapatillas básicas blancas y medite si debía ponerme el sujetador.

Nadie lo iba a notar.

Tome mi móvil y lo guarde en el bolso mientras atravesaba la puerta, llame el ascensor mientras alisaba la camisa, las puertas del cubo de acero se abrieron dejando ver el rostro de Calle con una expresión neutra.

Pocas veces había visto esa expresión en su rostro.

- Creo que debemos volver a la habitación- dijo mientras me empujaba levemente devuelta al pasillo pero no me moví.

- ¿Qué sucede? ¿Dónde está Carter?- la mención del hombre hizo que la castaña apretara los ojos y me sujetara por los hombros.

- No es seguro que bajes ahora, no puedo garantizar tu seguridad- aquí estaba la agente Calle, ya no estábamos en plan pareja y eso me daba terror.

- Voy a bajar, contigo o sin ti- dije firme mientras caminaba nuevamente hacia el ascensor- escuché a la mujer detrás de mi maldecir y susurrar algo sobre mi terquedad pero poco me importo, segundos después se unió a mí y me sorprendí al ver que desenfundó su arma.

- No te alejes de mi- dijo mientras me acercaba a su cuerpo con su mano libre.

Llegamos al primer piso y la castaña miraba en todas las direcciones, yo sujetaba su sudadera como niña pequeña mientras nos dirigíamos a la salida pero antes de que pudiésemos llegar me topé con el motivo de la actitud de calle, el cuerpo del rubio en medio de un charco de sangre.

- Pollito- me llamó con ternura- necesito que me mires- gire mi rostro y me encontré con sus ojos vidriosos- no es seguro aquí, debemos irnos- asentí y caminamos hasta estar justo al frente del hombre inerte.

La sangre tenía un tono oscuro y en los bordes se había secado, llevaba un tiempo así y nosotras no nos enteramos de nada pero eso no fue lo que más me sorprendió, en la pared falsa que escondía la puerta había letras escritas con lo que parecía ser el mismo líquido que rodeaba el cuerpo de Carter.

"A los grandes se les destruye desde adentro"

Mis manos temblaban, no podía creer lo que estaba pasando, la imagen era muy parecida a la de hace unos meses, otra persona cercana a mí era asesinada.

Mi teléfono vibraba insistentemente dentro del bolso, lo deje sonar mientras caminaba con Daniela hasta llegar al estacionamiento, la castaña me pidió las llaves del auto y subimos, ya en carretera saque mi teléfono percatándome del elevado número de llamadas perdidas, el número era desconocido así que devolví la llamada que fue atendida al instante.

- ¿María José?- la voz de Villa preguntaba al otro lado de la línea.

- Si- respondí con simpleza, no sabía si estaba enojada por haber desaparecido.

- "Necesito que vengas a la Morgue, tienes que reconocer a un cadáver"

- Liss

CONTRA EL TIEMPO (Caché)Where stories live. Discover now