One-shot: S E X O.

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Chile se encontraba tomándose una lata de cerveza mientras esperaba a su amigo bajo el sol, hacía un calor terrible aquel día, al menos su refresco lo hacía sentir mejor.

— Puta la wea, ¿a qué hora se le va a ocurrir aparecer a esta saco wea? — Se decía a si mismo mientras se tiraba viento con su mano.

Miraba hacia los lados por si lo llegaba a ver.

Se encontraba bajo un árbol esperando, por suerte estaba en la sombra, pero eso no quitaba el hecho de que se estuviera apunto de desmayar por el calor, pues es que de hecho incluso el viento que corría era cálido.

— Si no llega en 10 minutos más, me voy no ma'. — Seguía conversando consigo mismo. — No voy andar esperando como los perkins.

Se le ocurrió ver la hora a través de su celular para empezar a contar los minutos.

2:35 P.M.

Demonios, eso significa una cosa; que había estado esperando a su amigo por más de dos horas y ni siquiera contestaba el teléfono.

— Nunca me tuve que ilusionar con un weon como él. — Se levantó de suelo mientras se sacudía los pantalones que de seguro tendrían pasto pegado.

Al terminar de sacudirse guardo su celular en su bolsillo del pantalón, agarro un ramo de flores que había dejado todo este rato en suelo, para cuando ya las tenia en mano se fue acercar a un basurero, iba a botarlas, pero antes de hacer esas acciones las quedó apreciando, eran unas rosas muy bonitas como para botarlas como si nada, habían de colores rojas y blancas, definitivamente no se podía deshacer fácilmente de ellas.

Mientras las miraba se dio cuenta que su mano tenía una gota de agua muy pequeña, miró primero para su lado derecho para ver si alguien estaba tirando agua y justo le había salpicado, pero fue cuestión de segundos para saber que esa gota de agua era su lagrima, se tocó su cara y pudo notar como su cara estaba cubierta de estas.

Entró en pánico, no quería que nadie lo viera de tal modo, rápidamente se limpio durante su caminata a un lugar lejos de aquella zona del parque, sentía como perdía la dignidad por alguien cualquiera, quería que la tierra se lo tragara.

— Perro chuchetumare. — Maldecia a su "amigo", no le quedaba más que hacer eso, solo le echaba la culpa aquella persona por lo que esta pasando ahora.

Cuando sentio que ya estaba lo suficientemente lejos de aquel lado del parque se detuvo, tomó aire lentamente y luego la botó, inhalaba y exalaba.

— Quizás debería llamar a México. — Dijo mientras retiraba su celular del bolsillo, pero al tratar de prender el aparato no pudo distinguir si realmente lo hizo o no, ya que bajo el sol todo se veía completamente negro. — Aunque también quizás primero debería buscar sombra para poder ver el celular

Se acercó al árbol más cercano para apoyar su espalda en este, luego al intentar encender su celular se pudo percatar que esta vez si se lograba ver, apenas, pero algo es algo.

— México. . México. . Mex- ¡lo encontré! — Exclamó con felicidad al encontrar el número del contacto mencionado.

Se escuchó por unos largos segundos aquel sonido cuando marcas a un celular, cosa que lo ponía nervioso pues la verdad es que estaba demorando mucho en contestar y es muy raro debido que el mexicano siempre tienen el celular en mano.

— ¿Buenas? — Se escuchó una voz atreves del celular.

— ¡México! Menos mal que contestas, a que no adivinai lo que me pasó.

𝐒𝐄𝐗𝐎 ── argchi. Where stories live. Discover now