Capítulo 5

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— ¿Irte de casa? —Su voz es profunda y ronca, su polla todavía dura entre mis muslos.

— Voy a Brown este otoño — Giro mis caderas, lanzando un gemido desde el interior de su pecho, y mi coño se contrae, doliendo por tenerlo en mí. Su expresión cambia de atormentada a compresión nueva ante por qué repentinamente estaba atrapándolo en mi baño. Una brizna de angustia destella sobre su cara, pero se recupera rápidamente, mordiendo su labio inferior cuando giro mis caderas. Sin que otro momento pase, aplasto mi boca contra la suya, besándolo — Te necesito. Fóllame, por favor — Arqueo mi espalda y me muevo hasta que puedo estrujar los labios de mi coño sobre sus bolas, luego lentamente avanzo poco a poco a lo largo de su eje duro y venoso hasta que alcanzo la punta, muevo mis caderas y baño la cabeza de su pene con mi crema.

Vuelvo a bajar hasta sus bolas, poniéndolo húmedo y lustrado con mis jugos. Como un éclair. Pero me gusta este más que cualquiera de una pastelería. Draco sisea en placer, su cabeza cayendo hacia atrás y sus ojos se cierran. En la vida cotidiana es un hombre tranquilo. Calmado. Culturizado. En el sexo, es exigente con un toque de suciedad. Y adoro las charlas lascivas.

También me alaba, alternando entre decirme lo bien que lo hago sentir y lo sucia que debo ser por tentarlo. Saboreo cada palabra. Especialmente cuando agarro su eje y lo posiciono en mi entrada. Una mirada soñadora se filtra en sus ojos mientras bajo sobre él, tomándolo centímetro a centímetro grueso. Mi coño se resiste primero, pero estoy determinada a tomarlo todo. La cabeza de su polla me abre, un dolor inicial se instala seguido por la sensación de estiramiento que podría llegar a ser aditiva. Jadeo cuando mi coño traga la punta. Inhalo una bocanada de aire, luego me hundo hasta que mi coño engulle su erección completa y rígida. Nuestros pubis se besan, sus bolas rozan mi perineo y me deleito con la sensación de ser llenada por él. Duro. Caliente. Palpitante. Jodida polla gruesa en mi coño.

Le sonrío y lo beso, mis labios solo rozando los suyos. Lo tengo. Finalmente lo tengo después de todos estos años de deseo. Me muevo arriba y abajo, follándolo con empujes lentos y superficiales. Mis tetas rebotan mientras me muevo, mi respiración jadeante acoplándose con la de él.

— Toma mi polla, Hermione. Tómala toda.

Me empujó hacia abajo y él gime mientras yo grito. Nos besamos mientras lo cabalgo como una vaquera. Y él es un semental muy bueno. Draco agarra mi culo y tira de mí hacia abajo con fuerza, forzándome a gritar. Gira sus caderas como si estuviera buscando una penetración más profunda, pero ya estoy tan llena, estirada y marcada más allá de mi imaginación. Oh, joder cuánto adoro esto. Mi clítoris se frota contra la piel por encima de su polla, su vello púbico tentando mis labios desnudos, su pene tocando todos los lugares secretos en mi coño. Draco jadea.

— Necesitamos más espacio. Vamos a tu cama. Quiero follar este coño más duro.

Empujo hacia abajo una última vez, mi espalda arqueada y mis manos aseguradas sobre sus rodillas detrás de mí. No quiero dejarlo ir. Me levanto un poco y luego empujo hacia abajo de nuevo, girando mis caderas, sacando un poco de placer antes de que ceda.

— Bien. Lo que sea que hagas, no pares. Te sientes tan jodidamente bien.

— Te sientes tan malditamente bien también, nena.

Nena. Me gusta la manera en que me llamó "nena". Tan íntimo como si fuera su amante verdadera. Disfruto las charlas lascivas, pero también me gusta esto. Él ya no piensa que solo soy una niñita. Enreda sus brazos alrededor de mi cintura y usa su otra mano para soportar mi peso, agarrando mi culo. Me levanta, abre la puerta del baño, y camina hacia la cama. Mi coño se aprieta alrededor de su polla con cada paso, aumentando mi placer. Mi espalda golpea el colchón y luego él está sobre mí, su polla todavía profunda dentro de mi coño. Aprieto mis músculos, presionando su barra dura.

Gime, apretando los dientes, seguido por un rugido profundo que puedo sentir de la cabeza a los pies.

— Chica traviesa — Empuja más profundo, golpeando sus caderas y meciéndose, mis tetas se mueven.

— Azótame — Gimo, joder, se siente tan bien — Soy una chica traviesa y merezco una azotaina —Lo quiero, lo anhelo, tomaré lo que sea que me dé. Draco palmea mi muslo exterior, el delicioso picor se desliza a través de mí y mi coño se pone incluso más húmedo alrededor de su polla dentro de un latido de corazón. Parece notar que su polla está bañada en mi crema.

— Dios. Te gusta ser azotada, ¿no?

— Sí. Me gusta una buena azotada. O dos — Aprieto mis piernas alrededor de él, su eje todavía duro en mi coño. Balancea su brazo y su palma conecta con mi culo, una palmada dura y firme. Tiro mi cabeza hacia atrás, desnudando mi garganta, retorciéndome, mi cuerpo temblando de placer y dolor y no puedo contener mi sollozo — Oh, Draco. Eso se siente tan bien. Fóllame, fóllame ahora — Golpea su polla dentro de mí y me folla como un hombre demente, su pene golpeando mis terminaciones nerviosas sensitivas, mi punto G cantando y tentándome más cerca a correrme — Fóllamefóllamefóllame.... —No puedo dejar de rogar, de querer.

— Tómala — Palmada — Toma mi jodida polla — Está empujándome, cada vez más y más rápido.

Adoro su polla gruesa y gorda. Y adoro ser follada por un hombre que sabe cómo usar su pene. Agarro su cara y lo beso. Él envuelve mi cabello alrededor de su mano, halándolo mientras me besa con el mismo calor. Su lengua empuja entre mis labios, follando mi boca de la misma manera que está follando mi coño. Mi cuerpo se aprieta como un arco, mis manos vagando a sus hombros, mis dedos enterrándose en su piel mientras sus jodidos empellones me empujan a correrme, el placer levantándose duro y rápido. Ya no puedo controlar mi cuerpo, mi coño se aprieta alrededor de él como si rogara por que fuera más profundo, más duro. Mi orgasmo me golpea en el interior, siguiendo su camino a través de mis venas y robándome la respiración. Me corro tan duro que chorreo, mis jugos bañando su pene y él nota otro de mis talentos de chica, jurando en asombro.

— Eres una de esas...

— Sólo si alguien me folla bien y duro — Entierro mis uñas en sus hombros, inclinando mis caderas para encontrar su próximo empuje — Y tú me follas más que bien con esa polla gruesa.

— Nena — Golpea en mi interior — Tu jodido coño. Tan mojado por mí — Me besa mientras empieza a machacar su polla en mí con empujes firmes.

— Oh — Maúllo otra vez. Acaba de hacerme correr, pero quiero hacerlo otra vez. Si sigue así, voy a tener que cambiar mis sábanas. Lamo sus labios, chupo su carne inferior — Eres sorprendente. He soñado con esto por mucho tiempo. Tenerte así. Dentro de mí.

Sus ojos mercurio se establecen en los míos, una expresión de incredulidad destellando sobre su cara.

— ¿De verdad?

— Joder sí. ¿Tú no?

— Yo... — Traga saliva con fuerza — Pensé en ello. Pero no podía entretenerme con mi fantasía. Eres prohibida.

Ya no soy una niñita [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora