Capítulo final

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Me sacudo, mi cuerpo tenso, el zumbido familiar de mi juguete aliviándome. Mi vibrador es uno de los caros. No hace ningún ruido que pudiera revelar que alguien secretamente está teniendo algo de diversión sucia. Pero revolotea en mi interior, entregándome la sensación pecaminosa que siempre anhelo. Me retuerzo mientras me folla con el Sr. Black. Dios. Esto es bueno. El Sr. Black es un vibrador grande y no puedo tomarlo todo. Incluso cuando lo meto y la punta besa mi cerviz, es solo la mitad de su longitud.

Draco trabaja con el vibrador hasta que estoy llena. Está jugando con el interruptor, causándome más vibraciones poderosas que se precipitan a través de mí. Lo frota y lo folla en mi interior de una manera que puedo sentir otro clímax retumbando hacia mí. Éste baila a lo largo de mi columna, rodeándome como si fuera un gato de selva listo para saltar. Cada musculo tenso, apretado y a punto de estallar mientras se construye, arrastrándose, corriendo y bailando hacia el final. Es uno grande. Enorme. No puedo averiguar cómo voy a amortiguar mi grito. Draco acaricia mi clítoris con su otra mano, estimulándome, mientras susurra, esa voz profunda barriendo a través de mí.

— Eso es, mi pequeña. Tómalo. Toma esta enorme polla. Ruégame por la mía.

Levanto mis caderas — Draco — Es demasiado. Me corro al instante, sus palabras colgando en el aire.

Prácticamente me doblo a la mitad mientras me corro. Duro. Chorreo mis jugos, probablemente cubriendo su mano con mi placer. Desliza el vibrador y jadea ante mis jugos cubriendo el juguete y su mano mientras lucho por mantener mi cordura.

— Mmm — ronronea Draco — Sabes tan bien.

Atrapo mi respiración y ruego — Quiero tu polla en mi coño. Fóllame otra vez como la última vez.

— Jesús — Lucha con su posición y se establece detrás de mí, acunándome. Acaricia con su boca detrás de mí oreja mientras levanta mi pierna y la hace descansar sobre su cadera, dejándome abierta, y me empala con su pene. En un empujón, está dentro de mí, estirándome y llenándome como recuerdo.

Oh, joder. — Sí — gimo. Me encanta. Amo su polla. Amo la manera en que estira las paredes apretadas de mi coño. Él entra y sale, su pene temblando en mis profundidades. Giro mi cabeza, buscando su cara y capturo sus labios, follamos, pero no es como la última vez. Él parece querer ir lento, saborear el tiempo que tenemos.

Está bien para mí. Incluso haciéndolo lento, tomándose su tiempo y tentándome, su mano acariciando mis pechos, estómago y pellizcándome el clítoris, se las arregla para hacerme correr dos veces más. Estoy delirante. Adoro correrme muchas veces, pero eso también me pone soñolienta.

Draco todavía no se ha corrido, su aguante me sorprende, su erección todavía dura como una roca. Desliza su polla fuera de mi coño y la reemplaza con un par de dedos, acariciándome. Juega con mi coño, haciéndolo tan bien y profundo, seguido con una palmada juguetona sobre mi coño.

Libera sus dedos de mi calor, errantes, poniéndolos sobre mi culo. Draco juega sobre mi agujero inferior, una astilla emocionante de lo prohibido corre a través de mí mientras gimo y levanto mis caderas hacia él. Urgiéndolo a seguir. Adoro ser follada en el culo. Es sucio. Cachondo. Joder, lo necesito ahora que ha jugado conmigo. Se detiene, sus labios revoloteando sobre mi oreja. — Dime, niñita, has...

— ¿sido follada en el culo? — Río tranquilamente — Me encanta.

— Oh — Mantiene la respiración — Quiero tu culo.

— Por favor.

Posiciona la cabeza de su polla en mi agujero posterior. A diferencia de mi coño, el anillo de mi esfínter niega su entrada al principio. Bueno, el Sr. Black no encaja en mi culo, y nunca he tenido a un hombre con una polla tan grande follándome allí. Draco suspira, sus dedos recogiendo mis jugos y frotándolos sobre mi agujero fruncido. Es gentil, nada más que frotar por un rato, y me relajo, disfrutando su toque dulce. Un dedo se desliza en mi interior, abriéndome. Luego un segundo, estirándome un poco. Me agito bajo los sentimientos sucios y lascivos del placer que saca de mí.

Como si siquiera existiera la palabra. Lista ahora, presiona la punta de su pene contra mi culo, el anillo de mi agujero cede, dejándolo entrar. Oh, tan lentamente, se inclina hacia adelante, centímetro a centímetro, hasta que está enterrado en mí. Soy tomada y conquistada por él en cualquier manera ahora. Oh, dulce Jesús. No puedo creer lo bueno que es. Cuando se mueve, follándome en empujes superficiales, mi coño se humedece, vacío y abandonado. Queriendo.

— ¿Estás bien, nena? — Su tono es suave y dulce. Preocupado.

— Tan bien. Me encanta.

— Oh, nena — Me besa. Tierno en lugar de la loca pasión que teníamos antes.

— ¿Puedes follar mi coño también? — Soy una zorra codiciosa. Lo admito.

— ¿Dedos?

— Necesito algo más grande — Muy zorra. Esa soy yo.

Agarra al Sr. Black — ¿Este? — Asiento — Joder, eres una chica traviesa, Hermione.

— Pero te gusta follar a una chica traviesa. Tu pequeña sucia.

— Me encanta.

Empuja al Sr. Black en mi coño y me folla lentamente mientras está follando mi culo. Muerdo mi labio otra vez así no grito. Adoro la doble penetración. Tener todos mis agujeros llenos. Una tercera polla encajaría en mi boca, dándome todo lo que podría querer. Se me hace agua la boca ante el pensamiento de una polla dura contra mi lengua.

— Hermione...

— ¿Hmm?

Me besa con la boca abierta mientras ambos cabalgamos las endorfinas lentamente hacia la terminación. No es follar hasta sacarte los sesos esta vez. No queremos hacer demasiado ruido. Y parece que él quiere hacerse durar tanto como sea posible. Me corro tres veces más antes de que él finalmente no pueda retenerlo más y se deje ir. Abandona al Sr. Black, agarra mis caderas y empuja una docena de veces antes de que se rinda. Se corre en mi culo, llenando el pasaje de mi espalda con su semilla caliente. Su polla tiene más de siete espasmos antes de que finalmente se detenga. Aprieto su eje con mis músculos anales.

Él jura, luego ríe tranquilamente. Draco se retira así puedo girarme para encararlo. Nos besamos, nuestros miembros enredados en un abrazo de amantes. Acaricio el lado de su mandíbula. Su barba de cinco en punto se siente áspera contra la piel lisa de mi palma. Me doy cuenta que nunca me ha importado demasiado ningún hombre como me importa él. Por supuesto no le diré eso. No quiero asustarlo. El siempre tendrá un lugar especial en mi corazón. Es el primer hombre con el que alguna vez he fantaseado.

Cuando me masturbé por primera vez, me lo imaginé tocándome. Cuando mi primer novio tomó mi virginidad, cerré mis ojos e imaginé a Draco tomándome. Siempre ha sido el Sr. Draco Lucius Malfoy. Mi hombre de fantasía. Quiero decirle mil cosas sobre mis sentimientos. Mis emociones. Pero era mejor que no lo hiciera. No quiero arruinar el momento. Y Draco parece ser del tipo de hombre que no comunica sus sentimientos con palabras. Así que solo nos besamos. Y nos tocamos. Y nos besamos hasta que ambos caímos dormidos.

En la mañana despierto y veo que Draco se ha ido. Como también el Sr. Black. Me imagino que lo ha tomado como recuerdo y no me importa. En realidad, parece un poco dulce. Probablemente quería algo que le recordara nuestro encuentro. Eso o quería usarlo en sí mismo. Rio.

Novio perfecto: Es aquel que te regala una rosa, el que no se propasa contigo, que te dice todo lo que siente, el que te besa la frente demostrándote que esta ahí para ti, que te recuerda cada 5 minutos que te ama, el que se pone celoso por miedo a perder. Draco es demasiado macho para hacer algo como eso. Más tarde, mis padres me llevaron a Rhode Island y soy dirigida al mundo real, viviéndolo por mi cuenta por primera vez. Y no puedo esperar.

Ya no soy una niñita [Dramione]Where stories live. Discover now