E l e v e n

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Rememorando los hechos que pasaron en el anterior capítulo...

JAJA. Ok no. Debería tomarme más enserio todo. Bueno, lo hago, pero... ¿Sabes? Olvídalo.

Todo los dramas y cosas que me han estado sucediendo en estos últimos dias, pareciera como si estuviera en una película o historia, la cual no sabré si tendré un final feliz. ¿Por qué? Bien, porque justo cuando Timba dijo aquello, el silencio que se formó fue tan abrumador, que quise escaparme de mi habitación y tirarme por la ventana. Hablo en serio. Muy enserio. Tal vez esta "historia" acabe con un final en el que Sparta se queda sin su verdadero amor porque el muy tonto se suicidó. Y sí, ese tonto sería yo. Alv. ¿Por qué me estoy insultando? :'v

Solté un suspiro cansado, queriendo analizar en mi cabeza las palabras recién dichas en la boca de mi futuro suegro. Al fin al cabo, es mi vida, yo puedo hacer lo que se me dé en gana y elegir con libertad.

—Lo siento. Como te había dicho, me gusta Sparta, no Mike —aclaré, mirándolo directamente. No iba a estar en una relación con Mike, queriendo a Sparta. ¡Eso sería jugar con él!

Timba solo suspiró —al igual que yo— y empezó a quitarse sus tan inseparables e importantes gafas de sol, dejando a luz sus deslumbrantes ojos grises, mirándome fijamente con el sentimiento de ruego palpable en su mirar. No voy a negar que me sentí terriblemente incómodo ante todo esto. ¡Quiero a mi mamá!

—Chico- ¡Wow! Pero qué tensión hay aquí —dijo mi madre llegando a mi habitación de improvisto.

¿¡Pero qué ha pasado!?.jpg

—No es nada, .

¿Quieren algún bocadillo, niños? —inquierió ella, con esa sonrisa tan amable y ese tono de voz maternal. Ah~ Adoro a mi madre.

—Muy amable, señora Coronel —agradeció Timba, sorprendentemente, con amabilidad y luego sonrió, como si nunca hubiese pasado nada y esto solo fuese un simple encuentro de mejores amigos—, pero ya he comido hace poco. Muchas gracias de igual manera.

El comportamiento de mi madre fue raro. Sus ojos empezaron a brillar de sobremanera, y sus mejillas se tiñeron de un suave rosa. Al parecer le había encantado la respuesta de Timba. OH NO. OH NO. Se acercó hacia mi suegrito y le agarró sus mejillas, dando un par de risitas.

—¡Qué educado eres! —chilló ella. Oh no. Futuro esposo de Sparta, prepárate para un discurso de lo lindo que sería que fueras como él:— Ari, deberías seguir el mismo ejemplo que tu lindo amigo. ¡Es muy lindo! Si fueras así como él~

—¹Oka-chan, deja a mi amigo. Se está incomodando. Aparte, estábamos hablando de algo muy importante —hice un puchero, sin creerme las palabras de mi madrecita. Pero, ¿Qué podría esperar?

—Pe-

—Por favor —pedí, haciendo ojitos de cachorrito. Sabía de sobra que lograría convencerla. Mi as bajo la manga. Jajaja.

Uno... Dos... Tres...

Mi madre suspiró—. Ok —soltó resignada, soltando las mejillas rojas y haciendo un puchero como si fuera un niña de 5 años. A veces pienso que soy más maduro que ella... Pero luego veo lo que sueño e imagino en mi cabeza... y se me pasa.

La "Familia" de SpartaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora