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Manuel estaba en su baño mientras desinfectaba parte de su labio. Apenas podía ver con uno de sus ojos, estaba violeta, hinchado, le incomodaba la vista. Se veía horrible, no quería que nadie lo vea hasta que se sane, incluso su familia no lo había visto demasiado. Trataba de salir de su habitación cuando no había nadie en la casa, se sentía humillado, le daba vergüenza que lo vieran así. Su mamá le había pedido que al menos se maquillase si iba a estar cerca de sus hermanos y le recordaba todo el tiempo que se ponga hielo. Pero no importaba lo que hacía, se seguía viendo horrible.

Su padre había enloquecido y ya estaba haciendo planes para irse de ese lugar, había puteado a los cuatro vientos y cuando Manuel pensó que iba a retarlo o algo parecido, el hombre lo abrazó con fuerza así que se había permitido llorar de alivio. Su mamá entre tanta preocupación y llanto le había preparado un té ese día y recuerda que casi llora pero de la risa, por supuesto su madre iba a tratar de arreglar todo con un té.

A pesar de que con su familia trataba de mostrarse tranquilo, cuando le avisó a sus amigos no tardaron ni media hora en ir a verlo y ante el primer abrazo de Valentín se había puesto a llorar. Estaba cansado de no poder ser él mismo en ese lugar, cansado de tener que hacer todo casi que a escondidas porque a un grupo de homofóbicos le molestaba su presencia.

Ni siquiera se mostraba o llamaba la atención, no cogía seguido tampoco porque nadie ahí iba a tratar de levantarse a nadie si no estaban completamente seguros de que la otra persona era gay. Por eso tampoco se preocupaba tanto, si pasaba algo nadie iba a querer quedar pegado. Pero después de lo del tipo ese, las dudas de la gente de si era gay o no se disiparon por completo y su celular estallo con mensajes de amenazas.

Había tratado de distinguir algún número pero nada, no los conocía y no sabía quién pudo habérselo dado a tanta gente. No quería preguntar tampoco, los ignoraba pero no los bloqueaba. Si habían conseguido su número prefería que lo molesten por medio de mensajes y no llegar a bloquearlos y que vayan a su casa o algo así.

Pero no importó cuánta calma mantuvo ante tal situación, esas personas sabían demasiado. Lo esperaron, eran alrededor de 6 o 7. Salió de su trabajo en la noche y lo buscaron, y aunque pudo ver la cara de algunos pocos eso sirvió para conectar algunos puntos.

Ya sabía quién había hecho todo esto, de quién era la culpa y para ser sincero no le extrañó. Él mismo tendría que haber pensado un poco más, ser un poco más vivo, porque Mateo era hijo de un tipo conocido y respetado. Seguro contó lo que sabía y dio información sobre él que aunque no quería creerlo, parecía ser muy lógico.

Valentín le había insistido hasta el cansancio que diga quiénes fueron pero se negó, ya conocía a esa clase de pandilla, no iba a arriesgarse más. Además muy en el fondo quería creer que no fue Mateo quien hizo todo esto, deseaba que no aunque todo daba a que sí. Pensó que estaban bien, que eran amigos o algo así.

No quería que sus amigos se vieran involucrados y conocía bien a Valen, iba a querer hacer más quilombo y con sus ideas iba a convencer a Dani para que le dé la razón y participe, así que no, no iba a decir nada. También le daba miedo reaccionar y que quede su familia involucrada.

No podía esperar a irse de ese lugar, empezar en otro lado donde nadie lo conozca, un lugar donde estas cosas no pasen al menos con esta regularidad e intensidad, porque él no era el primero y no sería el último. Pero es que nunca fue alguien que le diera pie a los problemas de ningún tipo y mucho menos se mostraba. No se escondía, pero no se mostraba.

Suspiró con pesar, necesitaba que al menos lo hinchado se vaya de su ojo, el color horrible ni siquiera le molestaba. Agarró el hielo que tenía a su lado envuelto en un trapo fino y lo puso sobre la hinchazón. Se observaba al espejo con un gran malestar en su estómago, tendría que haber aprovechado para decirle de todo a Mateo, pero al mismo tiempo no quería más problemas.

El sentimiento de impotencia al no poder hacer nada lo empezó a inundar; no podía irse, no podía insultar como quería al menor, no podía defenderse, nada.
Mordió su labio inferior muy suavemente del lado que no estaba más que un poco hinchado y trató de aguantar las lágrimas todo lo que pudo, aunque terminó cediendo al verse reflejado según él tan patéticamente.
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Mateo estaba más molesto que nunca, quería saber quién o más bien quiénes fueron los que lastimaron a Manuel, quería hacer quilombo, defenderlo, aunque eso sonara algo tonto en su mente. ¿Cómo él solo podría contra vaya a saber cuántos tipos? Necesitaría a sus amigos, pero no sabía si era capaz de decirles la verdad, que quería defender al pibe al que le pegaron porque es gay.

A menos que hablara con su viejo, le explicara de alguna manera la situación y evitara algunos detalles, entonces si lo decía él nadie iba a cuestionar. Pero cuando le contó a Valentín un poco lo primero que hizo fue preguntarle si era gay, si su padre llegaba a hilar esa conclusión iba a estar en problemas.
Lo mejor era guardar todo ese instinto de venganza que tenía, aunque no quería que el mayor se sintiera solo o al menos no quería que piense que no tenía su apoyo. Moralmente lo tenía.

Pero otra vez, ¿cómo iba a saber Manuel si lo tenía bloqueado?. Suspiró con cansancio. Ni siquiera sabía por qué lo bloqueó, pero apenas pudiera ubicarlo se iba a hacer escuchar.
Agarró su celular y abrió los mensajes, estaba bloqueado por WhatsApp, pero tenía la esperanza de que su número no lo esté para los SMS comunes.

'dejá de hacerte el boludo, tenemos que hablar'. Envío el mensaje y esperó, primero a que no estuviese bloqueado, y segundo a que Manuel esté de acuerdo en hablar con él.
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Gnt estoy re contenta, las fotos de Manuel feliz de ayer me tienen así 🥰
Pero también laburé todo el día y estoy muerta, así que les dejo ésta porquería cortita por acá.

¿? - TrueplikWhere stories live. Discover now