𝒀𝒐𝒖 𝑨𝒓𝒆 𝑴𝒚 𝑫𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝒚 [𝒪𝓂ℯℊ𝒶𝓋ℯ𝓇𝓈ℯ 𝒥𝒾𝓀ℴℴ𝓀]

二十八

Silencio, todo pareció detenerse por un segundo, tan calmado, incluso las hojas de los árboles dejaron de producir sonido o al menos así fue para Jungkook.

Su corazón latiendo descontrolado al tener al culpable de su muerte frente a él, tan solo a unos metros viéndolo directamente a los ojos, su cuerpo temblaba completamente no por miedo, si no que por aquel tan grande rencor que su omega tenía. Las memorias de aquel momento tan frescas en su mente, tan dañinas.

ㅡJungkookㅡtanto Jimin como Kwan pronunciaron su nombre al mismo tiempo, pero era tan clara la diferencia entre ambos, sus azules ojos se detuvieron  en Jimin y sintió como lágrimas se aglutinaban en sus ojos, el alfa lucia tan lastimado y le fue imposible no sentirse culpable por ello, solo quería ir hasta él y lamer sus heridas hasta que sanaran.

ㅡJiminㅡsolo con pronunciar su nombre el alfa sintió calma en su corazón, quería correr hasta su precioso omega y abrazarle fuertemente para sentir que todo iría bien.

ㅡ¿Cómo es que... no, no, tú no estás aquí, tú estás muertoㅡ tanto Taehyung como SeokJin, quienes habían estado todo este tiempo a unos metros del menor sintieron un escalofríos en su cuerpo al notar la forma en que Kwan miró a Jungkook, sabían que aquel alfa estaba loco, pero en esos momentos lucía como un maldito desquiciado, así que sin dudarlo se pusieron delante del menor, al demonio con todo, aun si no eran alfas no dejarían que aquel loco alfa se acercará a Jungkook, definitivamente no lo haría en esta vida ni en ninguna en la que ellos pudieran hacer algo. Después de todos ellos podían ser muy jodidos si se lo proponen.

Pero aún si un demente estaba mirándolo directamente con nada de amabilidad, Jungkook no podía estar menos interesado en él, pues todo lo que podía ver era a Jimin, aún cuando sus Hyung estaban delante suyo en posición de ataque, él no podía apartar sus ojos, era extraño, él se sentía extraño, como si todo su interior ardiera, mientras la luna brillaba cada vez más intensamente, aquel calor seguía aumentando, junto a algunos sentimientos, como la necesidad de correr hasta Jimin y protegerlo, solo deseaba que su alfa estuviera bien y el ver como la sangre continuaba fluyendo fuera de su cuerpo no ayudaba a que su lado omega ni el humano estuvieran en calma, quería venganza por el daño a su pareja o si, solo quería poner sus manos sobre Kwan para hacerle desaparecer.

ㅡ¿Estás bien alfa?ㅡJimin lo mira, una sonrisa se posa en sus labios, la reacción de su querido Jungkook era algo completamente fuera de serie. Un alfa lo estaba mirando con ganas de arrancarle la cabeza y él no estaba interesado en ello. Definitivamente es un omega especial. Su precioso omega.

ㅡNo te preocupes cariño, estaré bienㅡ"oh, claro que lo estarás" es lo que piensa el Jungkook mientras comienza a avanzar dejando de lado la protección de sus Hyung, antes de darse cuenta ya estaba corriendo hacia Jimin, su cuerpo ardiendo por tocarle y cerciorarse de que todo está bien, la necesidad latente en su interior.

El corazón de Jimin retumba contra su cuerpo al darse cuenta del movimiento arriesgado de Jungkook, mientras él corría a su lado Jimin cambio de forma nuevamente aun con todo el cansancio y dolor, pues Kwan también se había movido en dirección del menor intentando tocarle y no, eso definitivamente no sucederá, jamás sobre la tierra, menos si Jimin tiene algo que decir o hacer al respecto, pero lo que siguió no se lo esperaba, cada musculo de su cuerpo se puso tenso, sus garras enterradas en la suave tierra mientras contenía la respiración totalmente impactado. Y los demás tenían una reacción parecida, quizás hasta más impresionados, pero igual de asustados.

Jungkook se había detenido a mitad de camino dándole frente a Kwan, su rostro altivo mirando al alfa  como si fuera nada, sus ojos lo miraban como si fuera una molestia en ese lugar, sus suaves y rosados labios apretados contra sí, totalmente enojado, tan lleno de ira y mientras el brillo de la Luna se intensificaba, los orbes de Jungkook se tornaban más y más azulados, brillantes e inquietantes, Kwan por un momento sintió como los vellos de su cuerpo se encrespaban, su instinto gritando que debía irse de ese lugar, que era peligroso quedarse ahí, pero su lunática mente no procesaba aquella información, tercamente quería asegurarse de si el Jungkook frente a él era real o todo era producto de su demencia, aunque aquello estaba más que claro.