Lección 10: ¿Cómo darle remordimiento por obligarte a dormir en el sillón?

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¿Cómo darle remordimiento por obligarte a dormir en el sillón?

Si eres propenso a estar en los lugares y en los momentos menos adecuado como yo, entonces seguramente no ha sido la primera vez que tu chica te ha mandado a dormir al sillón.

¡El maldito sillón ya casi tiene mi silueta!

Para que esto deje de ocurrir, te daré un consejo:

Si a mitad de la noche ella se levanta a tomar agua o ir al baño, ¡Es tu oportunidad! Ve y háblale, dile que la extrañas. En la madrugada las cosas tienden a ponerse intensas así que hay que tomar precauciones.

¿Quieren un ejemplo? Pues les hablaré de la vez en la que Alicia me obligó a dormir en el sillón de mi propio apartamento por haber mirado unas tetas ajenas. Esa vez se había levantado para ir al baño y yo regresaba de tomar agua en la cocina.

La acorralé contra la pared y me eché a reír cuando escuché su grito de susto. Por hacer aquello, me gané un coñazou.

—Pero weno vale, ¿Tu eres marico? —me dio un golpe en el brazo— eso no se hace menor.

—¿Qué haces despierta a ésta hora? —pregunté.

Entornó los ojos.

—Oh, ya sabes —bufó— fui a jugar fútbol al baño.

La miré con ironía.

—Aún no logro entender porque adoro tanto ese sarcasmo.

—Pana, es que tu tienes que entender que yo soy irresistible.

Reí. Que inocente es si piensa que aquello no lo había notado ya. Acaricié suavemente su mejilla acercándome un poco a ella. Mientras mi mano izquierda la acariaba, mi brazo derecho la abrazaba por la cintura.

—Eso lo sé, Bonita.

Noté que se había quedado quieta ante mi cercanía. Me preguntaba si me estaba dando permiso de besarla de una buena vez por todas, sabía que su orgullo le estaba gritando que se apartara.

Debía decirle algo para que me diera luz verde de una vez.

—Yo no podía dormir porque no estabas ahí —susurré en sus labios. Sabía lo mucho que adoraba estar así conmigo— porque no estabas abrazandome, porque no tenías tu pierna sobre las mías y no me diste un beso de buenas noches. No puedo dormir porque te extraño hasta en mis sueños, mi amor.

Jalenle y jalenle bola pero de que esa noche duermen en la misma cama, ¡Lo hacen!

Manual de Labias de Dylan O'BrienWhere stories live. Discover now