Manual de Labias de Dylan O'Brien

Lección 16: ¡Gritalo a los cuatro vientos!

He conocido en mi vida a esos tipos de chicos que se rehúsan a hacer pública la relación por miedo a qué pensarán los demás.

¿Es en serio? ¿Les pica el culo?

¿A quién carajo le importa lo que piensen los demás? ¡Amigo, reacciona! ¿Tienes a la chica más increíble del mundo y en serio vas a perder la oportunidad de presumirla ante todos? ¡Por favor!

Yo a veces pienso que no me alcanzan las horas ni los minutos del día para presumir a mi Alicia con todo lo que respire.

-¡Vamos, luces fantástica! -la animé sonriente apuntandola con mi Cannon.

-¡Te dije que no sacaras la cámara, O'Brien! -me regañó con la cabeza apenas fuera del interior del apartamento.

Levanté mis hombros en señal de inocencia.

-Tú juraste que no iba a guardar éste momento en un marco fotográfico, cariño -ironicé- vamos, sólo quiero una foto.

-¡Dylan!

-¡Foto, foto, foto!

Suspiró pesadamente.

-¿Esto es en serio?

Bajé la cámara un poco y le sonreí ligeramente para transmitirle seguridad.

-Nena, no me importa si tienes enorme la panza, no tienes ni la menor idea de lo preciosa que te vez con ella y usando ese oberol -dije- la embarazada más preciosa de todas.

Me sacó el dedo medio. Solté una carcajada.

-Te voy a acusar con Lisa de que dijiste eso -me advirtió- a todas estas, ¿Para qué quieres esa foto? Ya tienes muchisimas de mi con esta barrigota.

-Amor, quiero presumirle a todos lo hermosa que te ves hoy.

Sonrió.

-Dices eso todos los días.

Sa señalé dándole la razón.

-Es porque todos los días estás hermosa, ahora, por favor, ¿Podrías...?

Alicia salió poco a poco del edificio con una pequeña sonrisa en sus preciosos labios. Dios, mío, ¿Cómo alguien puede llegar a ser tan hermosa?

-Dylan.

-Qué lo que wa.

-Te amo.

Sonreí.

-Yo lo hago un mundo y parte del otro -le respondí y luego le volví a apuntar con mi Cannon- bien, ahora has una pose divina, ya va siendo hora de que los ilusos sientan envidia de que mi esposa sea la chica más hermosa del mundo.

-Pero...!

-Hazlo o empezaré a gritar por todo el edificio -le advertí ya que, ambos éramos conscientes de que ella era propensa a los bochornos.

-Ni se te ocurra, mmaguevo.

-Colabora entonces.

-Noup.

Levanté ambas cejas. Estaba dudando de mi imprudencia. Okay.

Tomé aire y puse mis manos alrededor de mi boca antes de empezar a gritar en medio de la calle.

-¡TE AMO! ¡TE AMO, MALDICIÓN! -su cara se tornó roja de la vergüenza al notar que varios peatones se detenían- ¡TE AMO, ALICIA O'BRIEN! ¡TE AMOOOO!

Me hizo una cara asesina pero yo de igual forma seguí gritando en medio de la calle. Ella finalmente cedió al ver cómo un policía de cuadra pretendía dirigirse hasta acá.

-¡Bien, bien! ¡Tú ganas! -puso un dedo sobre sus labios mirando hacia el policía y luego hacia mi- pero ya deja de gritar como un loco, nojoda. Vas a hacer que te arresten por marico.

-¿Qué? ¿Arrestarme por dECIR QUE TE AMO? -a los ojos- si amarte fuera un crimen, que me condenen a cadena perpetua.

Aquello le hizo reír así que aproveché en tomarle todas las fotos que pudiese.

Sí estar con ella era increíble, ser el motivo de su felicidad, les aseguro, que no tiene precio.