capitulo 32

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Elizabeth POV

Seque el sudor de mi frente con el dorso de mi muñeca, ya que mis manos aun seguian cubiertas de sangre.

Camine hasta la pileta y deje que el agua tibia se llevase la sangre.

Observe el cuerpo inmovil que habia delante mia. Era el sexto al que tenia que coser en tres dias. Siempre se decia que lo que peor te podia pasar era ser atacado por un rougue, pero estas heridas eran impresionantes.

En cuanto vi los cuerpos entendi que me hubieran llamado a la manada mis padres. Ya decia yo que debia ser importante si se habian comido su orgullo para llamar a su hija.

Llevaba 3 dias aqui, y la cuenta iba en seis muertos y seis heridos de gravedad. 

Suspire agotada y me dirigi al exterior de la cabaña. Mi trabajo aqui habia terminado.

Camine despacio entre los arboles mientras me preguntaba como estarian mi hermano y Ayleen. Deseaba tanto volver a casa, a mi verdadero hogar, junto con mi hermano y Jhon. No es que me sintiera precisamente comoda aqui, en mi antigua manada. Necesita irme cuanto antes.

Suspire, ya habia llegado a la cabaña que me habian asignado.

Entre cerrando la puerta con delicadeza y me dirigi a las escaleras sin mirar nada mas. La maleta aun estaba practicamente sin deshacer encima de la cama, asique coji un conjunto de ropa y me encerre en el baño.

Realmente necesitaba esa ducha,  o mas bien baño, ya que habia salido mas arrugada que una pasa.

Ya estaba completamente vestida,  solo recogeria mis cosas y me iria de vuelta a casa.

- ¿te vas? - dijo una voz grave.

Pegue un brinco en el sitio, asustada, me lleve una mano al pecho. La habitacion estaba en penumbra pero aun asi pude distinguir la fuerte figura masculina junto a las escaleras. Un escalofrio recorrio mi cuerpo al reconocer quien era.

- Si.

Y me di la vuelta para acabar de acomodar mi pequeña maleta cuanto antes.

Espere que dijera algo mas, pero eso no sucedio. Simplemente se habia marchado igual que habia venido.

Suspire y agarre la maleta dispuesta a salir corriendo de aqui. Baje las escaleras de dos en dos y abri la puerta de golpe.

Sin ni si quiera mirar atras para cerrar la puerta, camine hacia el auto negro que me esperaba.

Observe durante unos segundos al hombre que seria mi chofer en el viaje de vuelta y pasee mi vista del coche a el.

Senti como una sonrisa malebola se formaba en mi cara.

- Lleva tu las maletas...

Y antes de que el hombre pudiera decirme nada, solte las maletas y sali corriendo en direccion al bosque, transformandome en el camino.

(...)

Siento el entumecimiento en mis patas,  pero aun asi no dejo de correr. Siento como el aire juega con mis mechones del pelaje, mientras con las pocas fuerzas que me quedan logro alcanzar la frontera de nuestro territorio.

No he echo mas que dar dos pasos, cuando me dejo caer sobre la nieve, respiro aceleradamente mientras miro a lo lejos los arboles.

No pasan ni dos minutos, cuando escucho las pisadas llegar. Son tres lobos, seguramente los asignados de guardia. Sonrio pero no me  muevo porque aun me falta el aire.

Un hozico me sorprende hundiendose en el pelaje de mi cuello. No puedo evitar estremecerme al contacto, cuando su olor llego hasta mi, Jhon. Sonrio y saco fuerzas para girarme y darle un lametazo como beso de bienvenida.

- Por fin regresas a casa Princesa...- dice Jhon mientras se vuelve humano.

Cierro los ojos al sentir las manos de jhon jugar con mi pelaje lleno de nieve. La sensacion me embriaga hasta dejarme en un estado similar a la borrachera. Esto es uno de los motivos por los que no quiero irme nunca.

Dejo que mi agotado cuerpo salga de fase, volviendome humana y arrepintiendome al instante en que siento la fria nieve bajo mi cuerpo.

Emito un quejido pero rapidamente unos fuertes y calidos brazos me levantan del suelo,  al mas puro estilo nupcial.

Mis ojos van hasta Jhon, quien me mira como si fuera la mejor cosa del mundo, mientras sonrie. No puedo evitar sonreirle de vuelta hasta que recuerdo que deje a Ayleen a cargo del aveces-siempre muy zopenco de mi hermano.

Jhon frunce el ceño al darse cuenta de mi cambio de humor,  pero rapido vuelve a sonreir, esta vez con un brillo diferente en sus ojos.

- oh querida... Te tengo una sorpresa - dice mientras me guiña un ojo.

Abro la boca para decir algo, pero simplemente no sale nada de ella, salvo un pequeño quejido.observo su rostro divertido, y desisto en intentar preguntarle algo, se que no dira nada hasta que lo vea yo misma, y eso, quizas, es lo que mas miedo me da.

Y ahi es cuando siento que aun no puedo descansar, que tengo que llegar a casa.

Dejo que jhon me cargue mientras indica a los lobos que lo habian estado observando todo,  que regresen a sus rondas.

A cada paso que nos acercamos al pueblo, siento como el remordimiento y la culpa crecen en mi interior, por haber dejado a Ayleen sola.

WhiteheadsWhere stories live. Discover now