Capítulo 34

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Cincinnati, Ohio.

Arribaron al lugar cerca de las cinco de la tarde; comer, cambiar el vehículo y conducir les había llevado bastante tiempo, sobre todo ahora que conversaban más.

--- Bien, dime tres razones por las que prefieres los M&M's, en lugar de Hershey's

Se había mostrado interesado en el tema de su chocolate favorito.

Mientras escuchaba sus argumentos, estacionaba el carro cerca de un parque.

--- Veamos... número uno: cuando intentas repartir el chocolate, solo abres esa pequeña bolsita amarilla y listo, vacías sobre la palma de la mano. En cambio, si quieres hacerlo con esa barra tienes que romperlo, además de que es propenso a no... ya sabes, no se respetan los límites, pueden...

Bucky la observaba con una sonrisa.

--- ...pueden no romperse exactamente

--- Okey -rió-.Punto uno -desabrochó su cinturón-, continua por favor

--- Número dos: son coloridos. Me refiero a que si quieres premiar a un niño pequeño, le podrás mostrar los M&M's, llamarán más su atención

--- Llamativos, bien... ¿y el punto tres?

--- El precio, son más baratos

--- Bueno, creo que es el punto más importante 

Los dos rieron.

Bucky miró hacia todas partes, desde las ventanas laterales hasta el espejo retrovisor, parecía que no había mucha gente en el sitio. Estaban seguros.

Pensaba acerca de lo que sería mejor, si salir o quedarse en el auto. Creía que era mejor pedirle su opinión, por lo que le preguntó al respecto.

--- Bueno, pienso que no hay necesidad de salir, es decir... quizás podríamos pasear un rato en el parque y regresar. Y bueno, ¿cuánto tiempo podemos estar aquí?

--- En realidad no lo sé -confesó-. Me sorprende que no nos siguieran el paso

--- Eso es porque eres hábil -lo elogió

Bucky la miró de reojo y sonrió por eso. Luego regresó su vista al frente.

--- Sí... si lo deseas, podemos salir. Aunque debemos estar alerta, ¿de acuerdo?

Asintió como respuesta.

Tomó la maleta negra y salieron del transporte, después comenzaron a caminar hacia la entrada del lugar.

Al entrar, notaron que muchas familias se estaban retirando, pues comenzaba a hacerse tarde y el frío empezaba a sentirse. Aunque ellos estaban bien.

Llevó el brazo derecho detrás de su espalda, le sería más fácil cargar la mochila, posteriormente ocultó su mano metálica en el bolsillo de su chaqueta.

_(t/n)_ lo miró y se atrevió a entrelazar su brazo con el de él.

Bucky no hizo nada para impedírselo.

Y de este modo pasearon entre árboles, flores, arbustos y cubiertos de un hermoso atardecer.

Iban a la contraria de la gente, es decir, ellos apenas comenzaban su recorrido cuando la gente de la zona ya había terminado su día ahí. Observaban cómo un niño iba a toda velocidad hacia la salida, su padre estaba persiguiéndolo mientras decía: "¡Ten más cuidado!" y se disculpaba con todas las personas con las que se cruzaban; seguramente era su primera vez conduciendo una bicicleta.

Se miraron entre sí y prosiguieron con su caminata.

Minutos más tarde se encontraron con un heladero, el cual estaba atendiendo a dos niños. Les dio una copa de helado con tres sabores diferentes, una cereza en la cima del postre y dos cucharas pequeñas. Ambos chicos se despidieron con una sonrisa en su rostro, los dos sostenían el helado y utilizaban la mano contraria para tomar una cucharada y alimentar al otro.

A la chica eso le pareció tan romántico, que no pudo evitar soltar un suspiro.

El soldado se dio cuenta de esto y decidió acercarse al puesto con Reeves. Al inicio se negaba a ir con el heladero -por la pena-, pero al final lo aceptó y fueron con él.

Los tres se saludaron.

--- ¡Oh, qué pareja más tierna! Mi nombre es André, ¿cuáles son sus nombres?

--- Ella es Cameron y yo soy Sebastián -Bucky los presentó

Obviamente con nombres falsos. Los que utilizaban siempre con cada extraño.

--- Sí, tienen cara de ser Cameron y Sebastián -rió-. ¡Adoro ver parejas nuevas cada día! ¡Me fascina preparles helados a los jóvenes enamorados

En seguida comenzó a seleccionar los sabores sin que ellos se lo pidieran, _(t/n)_ estaba por decirle lo que quería, pero al ver sus acciones, decidió esperar a ver lo que ocurría.

--- Lo lamento chicos, pero yo lo hago de un modo distinto

Los dos se miraron confundidos.

André alzó la copa al aire e inició a decirles los sabores.

--- ¡Ajá! Fresa como su pasión -colocó la primer bola en la copa-, zanahoria como su fuerza y coco como su pureza

No se convencieron mucho al escuchar el sabor de zanahoria, sin embargo él parecía saber lo que estaba haciendo, además no serían groseros al recibir su helado. Finalmente lo aceptaron, agradecidos y contentos. Bucky preguntó el costo final de este, a lo que André rechazó diciendo que era un regalo por su parte.

Bucky no insistió más y se marcharon de la zona, el señor hizo lo mismo, su última pareja del día.

Los dos escucharon cómo se alejaba mientras cantaba una canción, seguramente compuesta por él.

Se detuvieron en una banca a disfrutar del postre, pese a que la noche se hacía ver cada vez más clara, decidieron comerlo allí, pues no había personas cerca. Aunque seguramente los corredores nocturnos aparecerían en cualquier momento o al menos cuando las luces del parque comenzaran a encenderse.

James bajó la mochila y la dejó a un lado de sus pies, enderezó su espalda y luego sostuvo la copa con _(t/n)_, tomó la otra cuchara y empezaron a hacer lo mismo que esos niños. No sabían cómo sentirse, quizás un poco avergonzados por imitar a un par de adolescentes, pero vamos, tenían ganas de hacerlo.

Minutos después, ya habían llegado al segundo nivel: zanahoria.

Los dos lo probaron al mismo tiempo y para su sorpresa... les fascinó.

--- Hey, no sabe nada mal -tomó una cuchara

--- Es verdad -Barnes estuvo de su lado-. Es muy rico

Dejaron eso de estar alimentando al otro y cada quien tomó sus propias porciones. André los había unido, pero el helado de zanahoria los había separado; estaba tan delicioso que los dos luchaban por comer más. 

Deseaban que esa tarde no se terminara nunca, anhelaban en compartir más momentos como ese. 

Voltearon a verse -dejando de comer-, sabían que el sentimiento era mutuo y verdadero. No era necesario decirlo, con una simple mirada sabían que el otro decía: "te amo".

Pero esa felicidad no perduraría por mucho tiempo.

Te veo [Bucky Barnes]Where stories live. Discover now