Capítulo 3

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Esto era una locura, ¿desde cuando habían tantos trolls juntos?, no se sabía la respuesta, en Esparta no había nada, no había nadie, tan solo él, lo cuál era bastante peligroso, sabía que los trolls no eran amenaza, pero cuando hay más de uno, siempre es una gran amenaza, no le quedó de otra más que huir.

El sujeto estuvo caminando desde la noche anterior, con tantos trolls amenazandolo, ¿quien podría dormir? Lo único que deseaba era que el sueño no lo acabará tirando al piso, eso era lo último que quería ahora mismo, necesitaba avanzar hasta donde pudiera y luego de eso, buscar dónde refugiarse para poder pasar la noche sin que alguna criatura extraña lo atacara, bien es cierto que tenía buen armamento, pero él solo no podría contra todos.

Kratos y Atreus habían encontrado una zona bastante calmada, ya estaba anocheciendo.
- chico, lo mejor es que nos quedemos a descansar aquí - Dice Kratos.
- está bien - Dice Atreus siguiendo a su padre. Ambos encuentran un peuqño refugio cerca de un lago, sería perfecto para poder cenar también.
- chico, ¿qué prefieres? ¿Quieres buscar la leña o atrapar la cena? - Pregunta Kratos señalando El lago que estaba bastante cerca de ellos, Atreus lo piensa muy bien, luego responde.
- atraparé la cena - Dice Atreus preparando sus flechas y su arco. Kratos observa hacia el otro lado, aún no estaba tan oscuro, pero debía darse prisa, no quería dejar a su hijo solo.
- ¿y si vienes conmigo, Atreus? - Pregunta Kratos, el mencionado lo observa.
- ¿estás asustado, padre? - Pregunta Atreus de manera inocente.
- de que te pase algo, obviamente estoy asustado e dejarte aquí solo - Dice Kratos.
- tranquilo, estaré bien, intentaré terminar rápido, tú deberías hacer lo mismo - Dice Atreus, Kratos asiente, el chico quería empezar a hacer las cosas solo, y Kratos debía darle su cierto espacio, así que se dedicó a lo suyo y dejó a Atreus, tenía razón, debía darse prisa si no quería que le pasara nada, al fin y al cabo, el chico no era indefenso, sabía que era lo más prudente si se encontraba en aprietos.

Kratos observa una vez más a su hijo y luego se va, debía encontrar esa leña lo antes posible, Atreus podría no ser inofensivo, pero aún estaba preocupado, lo cual era normal en un padre. Saliendo de sus pensamientos, Kratos empieza a buscar el árbol más viejo que se podía encontrar en una zona como esa, no pensaba tomar cualquier árbol y cortarlo de una vez, todo ser vivo bueno tiene derecho a vivir, no le gustaba acabar con la naturaleza solo porque sí, era algo que no le permitía dormir por las noches, tan solo ha destruido un par de árboles verdes y fué por una buena razón; la primera fué porque de alguna manera debía cruzar de un acantilado a otro para poder pasar al lugar donde vivía Faye, y la otra fué para una fogata y con las mismas le hizo el arco y flechas a Atreus, del resto, siempre intenta utilizar uno que otro árbol viejo. No pasó mucho cuando Kratos encuentra un árbol lo suficientemente deteriorado como para ser cortado, así que, toma el Hacha Leviathan de su espalda y comienza a cortar el árbol.

Había una brisa bastante agradable, eso era lo bueno de la primavera, Kratos se preguntaba si su hijo ya habrá acabado, podría ser que sí, podría ser que no, ¿quien sabe?

Atreus disparaba sus flechas con decisión y con mucha precisión, tan solo había fallado dos de ellas de cinco pescados que ya llevaba, todos con una flecha incrustada entre ellos, apartados fuera del agua. Al capturar el sexto, se preguntaba si eran suficientes, luego observó lo que había cazado y contó; 1, 2, 3, 4... ¿En qué momento había capturado seis? Estaba tan concentrado en su tarea que no se había dado cuenta en que momento había capturado seis peces, había exagerado un poco, esperaba que su padre hoy tuviera bastante hambre, porque de lo contrario habría desperdiciado comida. Atreus se sienta justo al lado de donde había dejado los peces capturados, tenía algo de sueño, así que se lanzó agua a la cara y al instante se le fué.

Había demasiado silencio, jamás había estado en un lugar tan callado, ni el viento se escuchaba, era extraño, y un poco aterrador. Al menos era así hasta que Atreus observa uno de esos gigantes trolls salir de la nada, intentó utilizar la técnica de su padre, así que apenas el troll ataca, Atreus esquiva el ataque y apunta con una de sus flechas, cuando el troll se mueve hacia donde él estaba, Atreus dispara directo en el ojo para poder aturdirlo, cosa que no duró mucho tiempo, ya que el troll toma un árbol y lo desprende del suelo con gran fuerza para después lanzarlo directo a Atreus, dejándolo inmóvil.

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