Cap. IX

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Aun nos manteníamos en ese bar, la discordia entre miradas con los miembros del Ejército de mi hermana Athena se hacía cada vez más denso, que incomodidad quizas deberíamos irnos de aquí.

Rose: Oigan... Van a llamar la atención de esa manera.

Oldas: No importa, van a pagar lo que hicieron. -dijo. Su mirada albergaba ira, sus manos rascaban la mesa de madera.

Rose: Pero que les hicieron ellos. No comprendo.

Baneran: Lo sabrás con el tiempo, o quizás con los minutos-se levantó involuntaria mente y su compañero rubio igual.

Era fascinante, me hablaba con confianza, todo parece indicar que tienen una idea de pelear, pero no aquí.

Rose: Por favor, podrán atacarlos cuando tengan la fuerza y el cosmos para derrotar a esos caballeros de Athena, pero ahora no pueden hacer nada! -levante un poco mi voz.

Meraní: Parece que sabes mucho del tema. Quien eres en realidad.-preguntó muy curiosa.

Rose: Se lo suficiente como para saber que ustedes quiere dar una batalla con caballeros que van cambiando de generación. A menos que quieran meterse también con los demás miembros de los ejércitos divinos.

Dione: Ejércitos divinos? -replicó en curiosidad—Que quieres decir con eso.

Rose: Se los puedo decir, si ustedes me siguen a otro lugar para explicar todo. -me levanté en camino a la puerta.

Estaba más cerca de la entrada, para dar la señal para que me siguieran pero sentí como cogieron mi brazo por detrás, tenía fuerza pero no la suficiente para igualarse.

Dohko: Todo esto es necesario para encontrarte?

Diablos! era el dorado de libra quien me estaba sujetando.

Rose: Mi hermana los mando a buscarme? O es otra de las obras de mi Padre? O ya se es de ese Dios cierto?

Dohko: Lo mejor sería que fueras con nosotros, para evitar más problemas con los dioses.

Rose: Estas seguro? Que tu puedes entregarme como un premio ante el?

Se acercó a oreja y susurro suavemente las palabras más tranquilas.

Dohko: Por los viejos tiempos. Señorita Perséfone. Y llevate a esos tipos de cara enojada

Rose: Dohko... Gracias!

Salí de la taberna con una seña para aquellos humanos, camine como si nada hubiera pasado y para estar segura que nadie me siguiera.

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Afrodita: Oigan que clase de seres se atreven a venir a mi templo! -se enfureció por la sorpresa.

Athena: Ares me dijo que viniera aquí, por una razón tu sabes lo que se avecina.

Afrodita: Tengo cara de darles el futuro!? No soy una Moira!

Poseidón: Afrodita!

Afrodita: Poseidón!

Poseidón: Vas a hablar si o no.

Afrodita: Que quieren saber, todo lo saben ellas. -cruzó los brazos con un puchero muy notorio.

Athena: Afrodita. Por favor dinos que te dijieron ellas. Sería mucho más fácil si usted coopera.

Afrodita: Les dijo Ares verdad? -levantó su ceja para notar su sarcasmo.

El Amor de Hades [3ra. Temporada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora