TREINTAITRES

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En todo el camino Amelhi no dejaba de verme con preocupación, eso me ponia demasiado nerviosa porque lo que menos queria era que ella saliera herida, conocía lo suficientemente a Amelhi para darme cuenta de que no me dejaría en paz hasta que le dijera que fue lo que paso, ella no lo olvidaría tan rápido. Y tarde o temprano ella me preguntaría, me preocupaba lo que ella haría si no le decia la verdad

Al llegar a su casa, todas subimos a su habitación, al principio batallamos en que Cam y Gin durmieran ellas aun estaban ebrias, no era fácil que se quedarán dormidas tan pronto, pero en este momento eso no me preocupaba porque eso nos mantenía ocupadas, esperaba que por la mañana Amelhi olvidará todo y lo dejara pasar

Pero mientras intentabamos dormir, podia sentir su mirada de preocupación, se me quedaba viendo por largos minutos e inclusive en varias ocasiones trataba de formular una pregunta, pero cuándo me miraba solo se quedaba callada, pero eso no la detuvo de preguntarme cada cinco minutos si estaba bien

Aún no podía dormir bien, no lograba concebir el sueño, temía que por la madrugada me levantara gritando o teniendo esas malditas pesadillas y aunque no queria que me vieran tomando medicamento, eso era mejor que a mitad de la noche me escucharán gritar el nombre de Leónidas, que vieran el miedo en mis ojos, como las veces anteriores. Asi que cuando me percaté que ya estaban dormidas me levante y me dirigí a la cocina por un vaso de agua, después volví a entrar sin hacer ruido, saque una de las pastillas de mi bolsa, estaba a punto de tomarmela pero una voz me detuvo

—¿Que haces Miroslava?—Se trataba de Amelhi

—No puedo dormir e bajado por un vaso de agua

—¿Que estas tomando?—Al decir eso dirigió su mirada a las pastillas que estaban en mis manos

—Solo es una pastilla para dormir—Se me quedo mirando como si de alguna manera le estuviera mintiendo—Me la a resetado un medico

Se me quedo viendo durante un largo tiempo, al principio pareció dudar si decir algo o no, por último dijo algo sin siquiera esperarlo, me asustó que estuviera sospechando algo, temía que ella estuviera en peligro

—Quiero que sepas que puedes confiar en mi, si algu...

—Tengo sueño, me dormire ahora, buenas noches Amelhi

Sabia que era grosera al no dejarla terminar, pero si lo hacia eso solo aumentaria su curiosidad, provocando que no me dejara en paz hasta que le respondiera y le dijera lo que me estaba pasando. Me gire a lado contrario de ella, dándole la espalda, pense que ta no diría nada pero no fue así

—Si alguien te esta lastimando o te tiene amenazada tienes que decírmelo, inclusive si es alguien que conozcamos, te ayudare en todo, lo prometo, solo tienes que confiar en mi. Descansa Miroslava

No podia dejar de pensar en sus palabras, hacían eco en mi mente, me daban unas inmensas ganas de gritar lo que me estaba pasando pero como siempre sucedía, terminaba temiendo por lo que él haría para vengarse

(...)

Habia pasado solo una semana desde aquella noche, y aunque Amelhi en varias ocasiónes intentaba preguntarme, yo solo cambiaba rápidamente de tema o me iba dejándola con la palabra en la boca, lo cual era grosero, pero no podia ponerla en peligro pero eso no le impedía que cada que tenia tiempo me dijera cosas como

"Puedes confiar en mi"
"Miroslava solo dime lo que pasa"
"Te ayudaré"

Y aunque yo se lo agradecía, creía cada palabra que decía, ella era tan buena, estaba segura que si algo pasaba ella estaría conmigo en cada momento difícil de mi vida, pero no queria ponerla en riesgo, no queria que Leónidas la usara como advertencia de lo que le pasaría a las personas que amo, así que aunque mi alma pedia a gritos que le pidiera ayuda, no podia hacerlo

Mientras los dias pasaban llenos de estres, hubo algo bueno, no habia vuelto a ver a Leónidas y aunque sabia que esto solo era momentáneo, me sentia un poco en paz, pero eso no impedía que el miedo estuviera presente porqué sabia que el volvería como todas las veces anteriores. Ocasionalmente recibía sus mensajes con fotografías de mi familia, haciendome entender que no me perdía de vista en ningún momento

(...)

Ahora me encontraba en una cafetería en la que Gin nos habia invitado para desayunar, no planeaba venir pero Amelhi miraba todo lo que hacia como intentando descubrir algo. Para mi mala suerte nos sentamos junto a la ventana, antes me gustaba pero ahora no, porque podia ver del otro lado de la calle al hombre que siempre me seguia a todos lados

Platicamos sobre muchas cosas, sobre que haríamos después de la escuela, a que universidad iriamos, ni siquiera podia responder a sus preguntas, mi mente estaba tan abrumada que deje de pensar en mi futuro. Odiaba relamerme los labios, odiaba que no pudiera mantenerme calmada tan solo unos minutos, no soportaba sentirme así

Después de terminar de desayunar salimos de la cafetería, ibamos las cuatro por la acera, estábamos riendo, diciendo cosas sin sentido, pero me sentia feliz, anhelaba volver a este estado sin ninguna preocupación. Estábamos a punto de subir al auto de Gin pero la voz de Amelhi me detuvo

—Miroslava y yo, tenemos algo que hacer, no iremos con ustedes—Todo lo decia mientras me sujetaba de la muñeca

—No se preocupen ¿Entonces nos vemos el lunes?—Ambas asentimos

Después vimos como el auto de Gin se alejaba, me encontraba entre preocupada, confundida y sin la menor idea de lo que tenia que decirle en cuanto hiciera directamente la pregunta

—Entonces ¿Q-que vas a comprar? ¿Ó a donde vamos?—Trataba de sonar lo mas segura posible, pero por dentro queria salir corriendo

—Vamos, tu solo sígueme—Estaba nerviosa, Amelhi llegaba a ser bastante convincente si se lo proponía

Llegamos a un pequeño local, también era una cafetería pero mucho mas privada, al entrar sono esa campanita que me hizo asustarme al momento. Al llegar a la mesa empezamos hablar de cosas triviales, sin importancia pero solo era para alijerar el ambiente tan incómodo en el que nos encontrábamos. Hasta que ella hizo la primera pegunta relacionada con ese día

—¿Recuerdas lo que paso el dia de la fiesta en casa de Robert?

—Si, digo no tanto pero si recuerdo lo que sucedió en la alberca, de hecho la chica que se llamaba Natalia me contó algo que te dejara sorprend...—No dejo que terminara de hablar

—Miroslava no intentes cambiar de tema, sabes muy bien lo que paso en la habitación, yo recuerdo todo con claridad

—No se de que estas hablando

—Sabes perfectamente a lo que me refiero, es lo mismo que te estado preguntando durante los últimos días, no quiero que pienses que soy un entrometida, ni mucho menos que solo lo hago por saber, porque no es así

—Amelhi, no se que viste pero estoy bien, no tienes porque preocuparte

—¿Entonces solo me imagine los hematomas que tenias en el abdomen?¿Tambien me imagine tu corté tan precipitado? ¿Ó solo delire al ver esa marca en tu cuello?

—Si, digo no, Amelhi no es lo que crees

—¿Entonces? Miroslava estoy preocupada por ti, haz cambiado, y temo que no es para bien. Ya no eres la misma de antes, te ves tan asustada, tan preocupada todo el tiempo

—Detente... Estas exagerando todo

—No lo estoy, tu aspecto a cambiado ahora te ves tan demacrada e inclusive tu madre me a preguntado por ti, me a dicho que no sales de tu habitación

—Pues mi madre debería dejar de contarte cosas de mi vida que no les concierne

—A mi me importa, eres mi mejor amiga, lo que trato de decirte es que si alguien te hizo esto o si talvez te hirieron de otra manera, tienes que decírmelo, yo te ayudare, estaré para ti, siempre puedes confiar en mi

—Amelhi yo...

AMORE OSSESSIVO "ANTUAN"Where stories live. Discover now