TREINTAISEIS

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Sus gritos me estaban enloqueciendo, por mas de media hora se la pasaron empujando la puerta para entrar. Me sentía bastante angustiada, asustada, con miedo de lo que Leónidas haría si se entrará de que Amelhi habia hablado, no queria que le pasará nada a las personas que me importaban

¿Que se supone que les diría? Porque las marcas que tenia en el cuerpo no eran de una caída, no eran raspones, se trataban de marcas de un cinturón, cicatrices que habían sido hechas por una persona y ellos al verlas se darían cuenta. De tanto que gritaban no me dejaban concentrarme en lo que debia de decir, aunque cualquier cosa que saliera de mi boca, no la creerían

Me planteaba salir por la ventana, pero eso solo estaba posponiendo lo inevitable, no podia simplemente escapar, eso no era una opción, aun asi me asome a la ventana, en un intento desesperado de salir, de huir de esta situación, pero al ver la altura, sentí como todo empezaba a darme vueltas

Pero entonces paso, la puerta se abrió bruscamente, golpeando con fuerza contra la pared, frente a mi se encontraba mi padre junto con mi madre, ambos tenian una cara de preocupación, mi madre a comparación de papa, estaba llorando, él por otro lado parecia confundido e inclusive molesto. Al principio nadie dijo nada, los tres nos quedamos en un profundo silencio, entonces de la nada mi madre comenzó hablar

—¿Como te hiciste esos golpes Isabella?

—Mamá ya te habia dicho que no es lo que crees, Amelhi estaba exagerando

—No te pregunto eso, respónde su pregunta—La voz de mi padre sonaba tan molesta, solo pocas veces lo habia escuchado hablar de esa manera

—Papá, porfavor solo déjenl...

—¡BASTA ISABELLA!

—¿COMO TE HICISTE ESOS MORETONES?

Ambos comenzaron a gritar, ambos comenzaron hacerme las mismas preguntas, ambos intentaron acercarse hasta dónde me encontraba, intentaron ver las cicatrices, forceje para que me dejaran pero nada funciono. Llego un momento donde me sentía tan presionada, tan asustada, con miedo, que como pude me solte de sus agarres y me fui al otro lado de la habitación

—¡BASTA E DICHO QUE ME SUELTEN!

—No nos hables de esa manera Isabella

—NO TIENEN NINGÚN DERECHO A TOMARME DE ESA MANERA

—¡SOMOS TUS PADRES!

—Tu padre y yo estamos preocupados por ti, no nos iremos de aquí, hasta que nos digas que fue lo que te paso. Escucha Isabella si alguien te hizo daño, tienes que decirnos

Al decir eso último la voz de mamá se rompió, comenzó a llorar, y aunque mi padre no lo demostraba, podia ver como sufría por dentro, como luchaba por no romperse como ella

—Mamá no llores, estoy bien, no me a pasado nada, Amelhi estaba exagerando, s-solo dejenme sola, por favor

—No nos iremos de aquí hasta que nos digas lo que te esta pasando

—No les dire nada

Todo estaba en vuelto en un ambiente tan tétrico, lleno de preocupación, miedo, los tres estabamos en el límite de nuestros emociones, pero no podia decirles nada. Mi padre se acerco de una manera amenazante, intente alejarme de él, pero me lo impidió tomándome de ambas muñecas, después mi madre se acerco, me levanto el suéter, dejando a la vista las marcas del cinturón que tenia en la espalda

AMORE OSSESSIVO "ANTUAN"Where stories live. Discover now