Alma y soledad

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Otro día más en la ciudad de Bogotá, está nevando otra vez, un momento...¿Está nevando otra vez? ¿En la ciudad de Bogotá?, por ahí no va el cuento, es un día como cualquier otro, aunque quizá no sea así, muchas personas se dirigen de un lado a otro, corren con sus ya tradicionales afanes, acompañados de una usual cara larga, que parece rozar el suelo, unas cuantas sonrisas cambian la armonía del lugar, curiosamente no es un día frío, o no tan frío, aún hay bastante luz solar, la aglomeración de caras largas, genera un poco más de calor, se percibe un color naranja que se entremezcla con el verde de algunos árboles, y el gris de la infame contaminación, todos parecen seguros del lugar a donde van... Pero me pregunto, ¿en realidad lo están? O aún mejor en realidad estoy segura a dónde voy?Creo que no, realmente no soy de seguir multitudes, me resulta además de incoherente, que raya en lo absurdo.Pero... En este instante preferí estar sentada, con la sonrisa ausente, ensimismada, fingiendo tener la misma seguridad de los demás, mientras de mí, brotan letras, líneas y líneas extensas de duda, que ahora empaña los vidrios de mis ya gastados lentes...Es así como el anonimato, en ocasiones resulta ser el más cruel de los escapes, porque sin la posibilidad de expresar, me limito a considerar todo conmigo misma y a plasmar con algunas pocas palabras, lo que mi alma grita...Y es que a pesar de todo lo que he leído, aún no encuentro la forma de quedarme entre la multitud, de no resolver tantos enigmas, o de ahogarlos en alcohol, es que aún considero que no es correcto evitar que nazcan estas palabras, pensar en si alguien las leerá, pensar en sí también esas caras largas, sienten de la forma que yo lo hago, o se someten a existir sin dejar expresar el alma...

Para el almaWhere stories live. Discover now