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-Amor... no deberías ir.

-Me diste la tarea, y la cumpliré.

-Pero Malcom puede encargarse de eso. Tu estas en espera... no puedes ir con esos animales y...

-Tommard...- dijo severa.- Se que estas preocupado por mi y por nuestro cachorro, pero estaremos bien mientras  tu estes bien.

El asiente y besa a su pareja para dejarla ir. Era temprano por la mañana y ella debía estar presente para monitorear las fronteras y entrenamientos. En su bota llevaba un arma, con balas de plata en caso de una emergencia. Camino hasta la salida de la mansión y dos guardias la empezaron a seguir por cuestiones de seguridad debido a lo ocurrido anteriormente.

Juan iba a ser juzgado frente a la manada con cargos de traición durante la siguiente luna llena.

Los lobos tenían costumbres... entre ellas se encontraba el juzgar a una persona mientras sea luna llena debido a que -según creencias- la Diosa estaría observando con claridad el juicio y así estar seguros de que se llevara a cabo correctamente.

El collar en su cuello quemaba y el animal sombra se libero de su prisión... siguiendo de cerca a su ama, cuidándola ya que este sabia que ella estaba en cinta. Al llegar a las fronteras los guerreros presentes hicieron una reverencia. Uno se acerco.

-Necesito informe.- pidio.

-No han habido problemas con los humanos, Mi Luna... pero estamos cazado ha varios vampiros que estan cerca de la frontera principal.- informo.

-Cuando los encuentren matenlos.

Y el soldado asintió gustoso para dirigirse hacia el grupo de rastreo. Después de que ella fuera asignada como encargada de las defensas de la manada, los soldados habían estado más motivados porque estaban aprendiendo cosas nuevas... aprendían técnicas nuevas... y lo más importante es que aprendían más sobre otras especies que ella misma había matado en misiones militares.

Paso por las zonas de entrenamiento. Los hombres practicaban su puntería y agilidad mientras usaban distintas armas. Pero logro ver a dos que lo hacían de manera mediocre y eso le pareció un insulto... se acerco sigilosamente.

-Dame tu arma.- pidió firme mientras extendía su mano.

-L-luna...

-Dije, dame tu arma.- sus ojos brillaron aterradores

Este le dio su arma de manera temblorosa. Y ella solo la tomo y la puso tras su espalda.

-Cuantos años tiene soldado.

-D-dieciocho, mi luna.- dijo algo cabizbajo.

-Que hace un recién convertido, un adolescente... entre mis tropas.- dijo en voz alta.- Deberías estar en las tropas del beta... no en las mías.

Los soldados se habían separado en dos grandes grupos. Los elites y los novatos. Los elites eran quienes tenían más tiempo sirviendo a la protección de la manada y quienes eran más hábiles... quienes estaban bajo el entrenamiento avanzado de su Luna. Los novatos eran adolescentes hormonales recién convertidos que fueron obligados a incorporarse a las tropas... estos eran liderados por el beta de la manada, Malcom.

-M-mi padre me obligo.- dijo.- Me dijo que si quería ser un hombre debía estar en las tropas de la manada.

-Y tu padre escogió en que sección estarías?.- el asintió.- Entonces... deberías aprender de los demás.

El volvió a asentir. Y ella le devolvió el arma gustosa... le recordaba a ella cuando tenía su edad pero... ella era más agresiva e incontrolable.

| Mi Asesina | Saga Cuervos #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora