Presente - ii

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Arthit se dirige a casa luego de un largo y extenuante día en la oficina. Miró el reloj mientras entraba a su apartamento. Ya eran pasadas las 9 pm. Les tiene miedo a las próximas horas. En la oficina, al menos podía mantener la mente ocupada. En casa, no tanto. En realidad, en su casa no tiene mucho más que cuatro paredes desnudas en cada cuarto.

No ha tenido tiempo o interés en decorarlo. Kongpob le había ofrecido ayudarlo a arreglarlo, pero él rechazó la idea porque piensa que es un desperdicio de tiempo y dinero. Razonó que sólo dormía allí con los ojos cerrados, así que a quién le importaba lo que había en las paredes.

Arthit saca de su mochila la caja de arroz empaquetado y empieza a comer en su pequeña mesa. Es el cuarto día seguido en que ha cenado el mismo arroz frito del mismo pequeño sitio del piso de abajo. Tal vez mañana ordene algo de su otro sitio frecuente al otro lado de la calle.

Arthit saca su teléfono para revisar sus mensajes. Había estado evitando hacerlo desde que vio a su novio esta tarde. Conteniendo el aliento, da un toque a la pantalla y voilà...

Nada.

No había absolutamente nada. Ni siquiera mensajes del trabajo, pero eso era probablemente porque estuvo trabajando todo el tiempo. Arthit reinició su teléfono para asegurarse de que estaba actualizado y funcionando correctamente.

¿No debería su novio darle al menos más detalles sobre lo de Chiang Mai si de verdad quería que fuera? El sólo aventarle a alguien un boleto a la cara no quiere decir que de verdad quieras que vaya. Bien. No se lo aventó a la cara, pero eso era simplemente deshonesto.

Al ver que de verdad no había ningún mensaje, estuvo a punto de bajar su teléfono, pero entonces notó las notificaciones de la aplicación de Facebook. No ha estado en redes sociales por tanto tiempo que todas las aplicaciones tenían ahora más de cien notificaciones. Hizo clic a la de Facebook y lo primero que ve es un recuerdo de hace cinco años de Kongpob con un gorro de Santa. Se veía tan joven y feliz.

Vio más recuerdos y todos eran los mismos

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Vio más recuerdos y todos eran los mismos. Todas eran publicaciones en las que lo etiquetó Kongpob, pero él no estaba allí realmente. Nunca acompañó a Kongpob a ninguna de las fiestas de Navidad de su empresa. Nunca estuvo interesado en las presentaciones incómodas que habrían ocurrido si hubiera ido. Su relación no era asunto de esa gente, así que por qué molestarse en complicar las cosas. Y eso sigue siendo cierto hasta ahora. La gente sólo se entrometería y los juzgaría, así que para qué darles más de qué hablar.

¿Por qué Kongpob no podía enfocarse más en su trabajo? ¿Por qué no pueden simplemente ser de la forma en que son ahora? Ahora son adultos. No necesitan la aprobación de otros y los otros no tienen que saberlo. Ya no viven en sus casas, así que tampoco era como si sus padres pudieran obligarlos.

Arthit está convencido de que todo esto es ridículo. No debería estarse preocupando por esto. Es como un disco roto. De vez en cuando Kongpob actuaría así. Kongpob le preguntaría si aún lo amaba. Cuándo anunciarían su relación. Sobre su futuro. Normalmente pelearían y, luego de unos días, el sentido común de Kongpob regresaría y volverían a la normalidad. Esta vez no es diferente. No obstante, Kongpob nunca antes le había regresado su engranaje, pero es más o menos lo mismo. Si la abuela de Kongpob de verdad está muriendo, no es como si él fuera el milagro que la fuera a salvarla.

Todo lo que quieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora