3. Tempestad

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El sonido de los tacones de Estrella resonaban fuera de la habitación, hoy es mi ultimo día de castigo y los golpes ya no duelen tanto como antes, me han dado de comer pero no he visto a papi ni a Estrella en todo este tiempo, ello han estado ocupados aun que de seguro papi salió en ese tiempo. Era de noche mientras veía las tenues y a penas visibles estrellitas, había mucha luz por la gran ciudad, Sophi me dijo que era por esa luz que las estrellas casi no se veían, una vez intente decirle a papi que apagara la luz pero no quiso y solo me castigo cuando lo intente, pero aun así podía verlas a penas tras mi ventana, eso era un alivio, recuerdo que logre ver un álbum de papá donde habían fotos de muchísimas estrellas en el cielo, también de mami, incluso algunas mías.

Mi mejor amiga esta abajo de seguro en una gran fiesta, escucho de manera perfecta el bullicio lleno de euforia y jubiló entre los adultos, nunca me gusto asistir con papá pues siempre me miraban feo, decían que me vestía feo y me terminaba enojando a tal grado de llorar por estrés, por lo que papi ya no dejaba que asistiera con ellos aun que igual me aburro aquí arriba.

Tengo mis películas, juguetes, he incluso papá me trajo algunas golosinas antes de empezar la fiesta, aun que las mando con Isabella, es una buena señora aun que siempre me mira raro, como enojada pero no pasa mas, entre ellos estaban galletas, gomitas, paletas y un poco de refresco que me gustan tanto, no puedo comer tanto por que luego me da dolor pero podre comer algunas.

Un suspiro cansado salio de mis labios mientras tomaba al señor mostacho, mi oso de felpa preferido en el mundo mundial pues mi mamá que esta en el cielo me lo dio, de seguro hice una mueca pues la incomodidad de recordarla y ese día aun me dan miedo. No logre adentrarme cuando la puerta fue abierta por mi papi quien me miraba, tengo puesto mi pijama de gatos que el me dio en mi cumpleaños.

-Erika, viste te con un vestido y baja... -Lo mire inquieta, papi sabia que no me gustaba- por favor princesa, haz caso y prometo darte helado -Eso llamo mucho mi atención- pero solo si te portas como te enseñe Erika y toma la medicina para que sea fácil.

La emoción debió reflejarse en mi pues asentí con locura mientras el sonreía a penas y se retiraba, me levante de golpe de cama, me había bañado temprano así que solo busque un vestido bonito que a el le gustara pero no había mucho, ya había usado toda la colección de princesas y hoy no quería usarlos, aun que logre ver uno que papá me dio hace un año para la ultima fiesta que fui con el, lo tome siendo uno simple que llegaba a las rodillas de tono azul que me encantaba.

Una sonrisa se formo en mis labios mientras me lo colocaba y junto a el unas zapatillas brillantes de tacón bajo, ate mi cabello lo mejor que podía mientras ahora apurada llegue al baño lavando mis dientes y al mismo tiempo la cara, mire las pildora enfrascadas, son prototipos pero papá las compro dijo que valían mas que el helado y eso ya es mucho por ellas pues me ayudan a no comportarme mal, papi dijo que solo las tomara en ocasiones como estas, terminando baje las escaleras casi corriendo llamando la atención de algunas personas, muchos hombres feos y mujeres que parecían brujas.

Las que se parecían a la abuela tenían la cara muy estirada que hasta daba pánico y me recordaba a una mascara, cuando logre ver a mi papi a lo lejos, hablaba con una pareja que se miraba muy bonita juntas pero eso no llamo mi atención si no la pareja de niños que tenían a su lado, una niña con cabellera rubia que parecía triste tomando la mano de un niño mas alto y de cabello negro quien miraba todo con enojo.

Cuando llegue al lado de mi papi el me observo sonriente, era una sonrisa tan bonita y cálida como las que me daba antes de que mami se fuese al cielo.

-Ella es mi hija única, Erika -Me presento mientras yo miraba a la pareja- querida saluda a los Estradas, es una familia que viajo mucho para venir aquí.

Inocente secuestro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora