Raoul se despierta a causa del ruido de unos pasos y cuchicheos en la planta de abajo.A saber qué estarán haciendo estos tres.
Decide levantarse para vigilar a sus amigos y ya de paso ir al baño, que se está meando y va a reventar.
Sin embargo, un obstáculo dificulta sus planes: Agoney.
El moreno lo tiene completamente arropado entre sus brazos y pegado a su cuerpo, proporcionándole tal calor que no han necesitado ni las sábanas de la cama.
Con esfuerzo, Raoul gira sobre sí mismo para quedar de cara a su amigo. De cara literalmente porque están tan pegados que sus frentes y narices se están tocando. El catalán lleva una mano al rostro del moreno para acariciarlo y ver si así con un poco de suerte puede liberarse de sus brazos.
Comienza a hacer un camino continuo con sus dedos desde la mandíbula pasando por uno sus adorables mofletes, los párpados, la frente, la nariz y vuelta a empezar. Tras alguna repetición del recorrido, Agoney comienza a mover los párpados y, tras una respiración más fuerte, se recoloca sobre el colchón, aflojando en el proceso la fuerza de sus brazos.
El rubio comienza a incorporarse lentamente intentando no despertar del todo a su amigo pero en un momento dado el canario se mueve de nuevo, buscando el contacto de su persona favorita. Consigue atrapar todavía medio dormido la mano del rubio que ya está de pie delante de la cama y tira para que vuelva a tumbarse con él.
- Ago...- Susurra y sonríe con ternura ante el puchero que aparece en los labios contrarios.- Ahora vuelvo.- Promete soltándose del agarre contrario y dejando una leve caricia en su mejilla.
Estando ya en el baño de su habitación, escucha de nuevo unos pasos pero en la planta de arriba y rueda los ojos.
Seguro que ya venían a despertarnos, qué cabrones.
Abre la puerta rápidamente para evitar que avancen hasta su habitación y despierten al canario pero justo se encuentra a una figura de frente y, asustado, levanta sus puñitos en acto reflejo.
- Joder, Ricardo.- Maldice llevándose una mano al corazón y notando a la velocidad a la que palpita.
- Perdón es que estamos ahí abajo abandonados muertos de hambre y ya no aguantamos más.- Se excusa apoyándose en el marco de la puerta.
- ¿Sabes lo que es una cocina?
- Pues claro que sé lo que es pero para una vez que intento ser una persona decente y evito gorronear en casas ajenas ahora resulta que lo hago mal.- Se indigna moviendo los brazos al aire.
- Está bien.- Cede Raoul en tono cansado.- Vamos.- Anima al mallorquín a seguirlo.
En el salón están Ana y Mimi sentadas hablando en el sofá animadamente.
- Buenos días, chicas.- Saluda el anfitrión restregándose un ojo.
- Buenos días, Raoul.- Devuelve Ana.
- Ay el Raoulín más mono que tiene sueñecito.- Mimi se levanta y va hacia Raoul para aplastarle las mejillas.
- Este tonto de aquí me ha despertado.- Dice como un niño pequeño y señala a Ricky. La granadina agarra la cabeza del rubio y la pega a su pecho como si el catalán fuera un bebé de verdad.
- ¡Pero si ya estabas despierto, fantasma!- Se hace el ofendido haciendo reír a los demás.- Además, qué coño, estoy muerto de hambre.
- Es verdad, ¿Qué os preparo para desayunar?- Pregunta el rubio separándose de su amiga.
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¿Novio?
FanfictionRaoul y Agoney siempre han vivido siendo mejores amigos. Juntos irán afrontando los cambios en su relación, que irá evolucionando inevitablemente. {Ragoney}