《Capítulo 5: Insistente》

7.1K 600 117
                                    

Narrador Omnisciente:

Ya habían pasado algunos días desde que decidieron planear como escaparian de esa casa. Era complicado, ya que no sabían si realmente sus suposiciones eran ciertas o no.

Todo eso no te dejaba dormir con tranquilidad durante las noches. Tenías una y otra vez sueños que hacían que te despertaras agitada y totalmente pálida. Siempre se repetían una y otra vez, provocando que comenzaces a tener insomnio y cada vez pudieses dormir menos.

[Al amanecer]

Estabas acostada mirando el techo, viendo como el sol avanzaba lentamente esparciendo toda su luz en tu cuarto.

Tenías unas notorias ojeras bajo tus ojos. Tu amiga cada vez se preocupaba más por ti, tenía miedo de que llegases a enloquecer en esa casa. Aunque ella no se quedaba atras, puesto que no estaba precisamente como tu sino que ella trataba de  mantener la compostura.

Aparte de que Jess llevaba días buscando un trabajo para poder conseguir dinero y así poder irse de ese lugar. Tardaría bastante en conseguir el dinero para dos nuevos boletos de avión.

Tu decidiste ayudarla y también buscar un trabajo, aunque ninguno era precisamente de tu agrado tenías que elegir uno que pagase bien.

(T/N): Esto será bastante complicado - Dijiste mientras te levantabas de la cama, tomaste algunas prendas y fuiste a la ducha, necesitabas un buen baño que despejase tus ideas y quitará tus preocupaciones por lo menos durante unos minutos.

Encendiste la ducha y comenzaste a quitarte la ropa, esperaste a que estuviese a una buena temperatura para que te pudieses meter.

Una vez adentro, dejaste que las gotas resbalacen por tu cuerpo haciendo que te relajaras lo suficiente para olvidar todos tus problemas.

Estabas cansada de todo, habías enviado tu currículum a varios locales para ver si tenías suerte en alguno.

Fue raro, no recordaba en que momento habías terminado de bañarte. Ya tenías que salir, pero querías permanecer unos minutos más bajo el agua. Necesitabas sentirte tranquila y relajada un poco más.

Suspiraste, no podías quedarte bajo la ducha el resto de tu vida. Aunque fuese lo que querías, tenías obligaciones y no las dejarías de lado.

Cerraste el agua, tomaste tu toalla y comenzaste a secar tu cuerpo. Una vez estuviste lo suficientemente seca, saliste de la bañera y te pusiste tu ropa.

Saliste del baño con la toalla envuelta en tu pelo y fuiste por tu cepillo. Quitaste el pedazo de tela de tu cabeza y comenzaste a peinarte.

Una vez tu pelo estuvo listo, dejaste el cepillo en su lugar y te acercaste a la puerta, tomaste el picaporte y trataste de abrir... no podías, la puerta no se abría.

(T/N): Es una maldita broma?? - Dijiste molesta mientras seguías  intentando poder salir de la habitación.

Escuchaste unos pasos que se detuvieron frente a tu puerta. Te sentías atrapada y no sabías si era un producto de tu imaginación.

Lo escuchaste... Era la misma voz de niño que apareció en tu sueño, esa voz que pedía perdón una y otra vez mientras esa gran silueta se acercaba a ti.

El Niño: ¿(T/N)? - Retrocediste bruscamente y te sentiste palidecer, tu respiración era agitada y te costaba tratar de tranquilizarla - Por favor, no me temas... sólo vine para pedirte perdón por asustarte todos estos días - Miraste la puerta perpleja y caiste al suelo en un tropiezo con tus pies.

(T/N): T-Tú... eres Brahms? - Preguntaste esperando que ya no respondiese y que todo fuese un mal sueño. Pero nada sale siempre como lo esperas.

Aunque no haya respondido, luego de unos minutos sentiste un suave sonido de algo deslizándose por debajo de la puerta.

Miraste en esa dirección y, efectivamente, había un papel. El mismo papel que aparecía siempre al lado del muñeco.

El papel con las reglas que el muñeco insistía en que cumplieses. Suspiraste mientras algunas lágrimas caían por tus mejillas.

"¿En qué momento todo había cambiado?" Pensabas una y otra vez sin encontrar respuestas a tus constantes preguntas.

Te levantaste decidida, ya no querías vivir atormentada por un muñeco de porcelana que insiste en que cumplas unas reglas. No querías que te molestase mas y eso sólo lo lograrías dándole exactamente lo que quiere.

¿Qué si habías perdido el juicio? Es probable, pues la desesperación te consumía poco a poco y no tenías nada que hacer en esa casa más que leer y limpiar. Eras una persona inquieta y el no hacer nada no ayudaba en la situación en la que te encontrabas.

Te dirigirse a la puerta y tomaste el papel.

(T/N): Si es esto lo que quieres entonces bien - Dijiste con brusquedad - Pero lo hare con una  condición - Mencionaste esperando que el niño atrapado en el muñeco te escuchase - Deja... de... torturarme... Estoy cansada de que me asustes y me estoy volviendo loca, sólo necesito que me dejes de molestar y me des mi maldita privacidad - Suspiraste mientras decías todo lo necesario para desahogarte. Comenzarias mañana, obviamente pondrías excusas para hacer tiempo, pero ya no querías que ese muñeco te esté siguiendo y te hiciese sentir observada.

Este sería el comienzo de algo que no lograrás detener con un simple "No". Esto era más complejo, pues él no dejaría que te fueras, ya que te ha elegido como su niñera.

"Una vez que aceptes... Ya no hay vuelta atrás"

•◇•◇•◇•◇•◇•◇•◇•◇•◇•◇•◇•◇•◇•

Bueno, hoy el capítulo es un poco más corto de lo normal por culpa de que no tengo mucha inspiración estos días. Tengo muchas cosas en la cabeza para ser sincera, pero no les quería dejar sin capítulo.

Por cierto, si ven que es un poco mierda el capítulo, les pido que me disculpen, porque como ya dije no he tenido inspiración estos días.

Una cosita más, si ven algún error ortográfico no duden en decírmelo, pues prefiero que los capítulos tengan buena ortografía para que todos ustedes y futuros lectores lo disfruten

Sin más que agregar me despido, no olviden darle estrellita y comentar porque eso me anima a continuar con todo esto.

Atte: L.A♤

Atrapada Entre Paredes (Brahms Heelshire y tú)Where stories live. Discover now