Capítulo 10

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Capítulo 10: Los negocios y el amor no significan nada para una niña de cuatro años:

"Los negocios pueden traer dinero, pero la amistad casi nunca lo hace." —Jane Austen.

"Los negocios traen dinero, con el dinero puedes comprar amigos, y en ocasiones esos amigos puede llegar a convertirse en amantes." —Draco Malfoy

"Los negocios y el amor no se deben mezclar." —Hermione Granger

. . . . . .

El resto de la noche transcurrió en un borrón. Los padres de Draco continuaron actuando de una manera cordial con Hermione, aunque eso consiguiera perturbarla más de lo que imaginaban. Su tía siguió actuando distante y estirada y su primo como si sus dos neuronas no terminasen de conectar. Para cuando llegó la medianoche, las emociones de Hermione ya estaban a flor de piel, por lo que estuvo feliz de que el baile estuviera a punto de terminar. Las mentiras pronto podrían parar.

Sin embargo, sabía que realmente no pararían del todo porque se había comprometido a ir a la finca de Draco en Gales. En qué lío tan lamentable y terrible se encontraba, y todo era culpa suya. Draco estaba de pie junto a los ascensores, dándoles las buenas noches a la mayoría de los invitados, dependiendo de si se alojaban en el hotel o se iban a casa. Hermione trató de deslizarse sigilosamente por detrás de él, pero Draco se dio cuenta. Estiró el brazo y agarró la parte posterior de su falda antes de que pudiera alejarse, luego tiró de ella hacia él. Puso el brazo alrededor de su cintura mientras se despedía de un hombre y su esposa, y luego su mano se posó plana en su estómago. Ella se relajó en su abrazo... aunque en el fondo aquello era extremamente molesto para ella. No quería enamorarse de Draco Malfoy. Podría querer casarse con él, ¿pero amor? De ninguna manera.

No obstante, ese simple gesto le dio fuerzas para pensar que podía continuar con su plan, y tal vez incluso Draco terminara agradeciéndole que accediera a casarse con él como si se tratara de un negocio. Tendría que ver cómo jugar sus cartas. Ella lo miró, la única forma en que podía poseerla era apretándola contra él.

Eso era suficiente.

Hermione observó cómo Harry y Ginny salían de la sala de baile. Ella le dedicó a Ginny una débil y triste sonrisa. Esta se acercó a ella, miró la mano de Draco alrededor de su cintura y dijo.

—Todo una farsa, ¿eh? —antes de que Hermione pudiera responderle, la joven se inclinó hacia delante y besó su mejilla—. Vosotros dos no engañáis a nadie. Esto es real, yo lo sé.

Ginny apretó la mano de Hermione con cariño. Draco volvió su atención a Marcus, pero él también trataba de escuchar a las dos mujeres.

—¿Te quedas aquí? —preguntó Hermione.

—No, vamos a aparecernos en casa. Los niños, ya sabes —explicó Ginny.

—Alice tenía muchas ganas de ver al tío Harry y la tía Gin —dijo Hermione.

Harry se acercó y tomó la mano de su esposa.

—¿Lista para irnos? —dijo sin mirar a Hermione. Draco hizo una pausa en su conversación con Marcus cuando sintió que Hermione se tensaba en su brazo.

Hermione se deshizo de la mano de Draco y dijo:

—¿No hay un beso de despedida para tu amiga de siempre, Harry, o es que ya no somos amigos?

—No sé responder a tu pregunta ¿Estás segura de que esto es sólo una estratagema para engañar a sus padres y parientes? —preguntó Harry. Miró a Draco mientras lo decía.

—¿Mi respuesta influirá en la tuya, Harry? —preguntó ella con tristeza. En ese momento Hermione miró a Draco, y luego de nuevo a su amigo—. No estoy completamente segura de nada, Harry. Si me hubieran preguntado esta mañana si estaba segura de algo hubiera dicho que estaba segurísima de que Harry Potter era mi mayor y más querido amigo, y que ibas a quererme para siempre. Ahora no estoy segura de nada.

A Marriage Most ConvenientDonde viven las historias. Descúbrelo ahora