En las sombras de un mundo devastado, surge una crónica electrizante, envuelta en los susurros del fin de los tiempos: la saga SURREAL. Sus páginas encierran un amor que desafía la desolación, el romance pos-apocalíptico que susurra entre ruinas y e...
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Avanzaba junto a Namjoon, su inquebrantable camarada, mantenía una marcada distancia de Seokjin, quien le lanzaba miradas cargadas de reproche de cuando en cuando. La dinámica entre ellos se había enredado en una red de complejidades, al punto en que parecía reflejar la turbulencia de su propia relación con Namjoon. Seokjin había sido su confidente mucho antes de que Namjoon siquiera apareciera en su panorama. Pero, para su asombro, apenas esos dos iniciaron su noviazgo, Seokjin cortó todo lazo comunicativo con él, aunque su vínculo con Namjoon se mantuvo sólido como siempre. La causa de aquel distanciamiento permanecía envuelta en misterio. Tras su matrimonio, las ocasiones en que cruzaban caminos se tornaron aún más esporádicas.
Se preguntaba si Seokjin aún le guardaba algún afecto, ya que cada encuentro giraba en torno a evocaciones de sus logros pasados. Yoongi había alcanzado un impresionante nueve punto nueve en su carrera académica, pero Namjoon había logrado la perfección con un Díez. Ambos impartían clases en la misma universidad, y aquel perfecto puntaje propulsó a Namjoon al puesto de director, mientras que Yoongi continuó ejerciendo como profesor de piano. Seokjin, fiel a su costumbre, nunca desperdiciaba la oportunidad de recordarle a Yoongi aquel pequeño margen que le había separado de la cima.
Yoongi sabía que no debía anclarse en reminiscencias del pasado; su presente cargaba con sus propios desafíos, y la verdad sea dicha, había perdido el interés en desentrañar las razones de Seokjin. No estaba muy seguro de cuánto había divagado con Namjoon durante su caminata, pero, en un abrir y cerrar de ojos, se encontraron frente al establecimiento en cuestión. Ahora, lo que verdaderamente le concernía era idear una explicación convincente para sus hermanos, que le interrogarían sobre su repentina partida sin avisar.
—¿Este es el lugar? —inquirió Namjoon, casi sin poder creer que estuvieran frente a lo que parecía ser una veta dorada, dada la situación actual.
—Sí, llegamos tan lejos como nos fue posible aquella noche.
—Es la primera cosa que haz hecho bien.
Seokjin lanzó la burla con una sonrisa socarrona, pero Namjoon lo amonestó ligeramente con un codazo, instándole a mantener la compostura. Yoongi exhaló un suspiro pesado; iniciar un conflicto en ese momento no tenía caso. Después, quizás. Abrió la puerta y dejó entrar a sus dos compañeros. Lo primero que captó su atención fue la figura de Jongsuk, brazos cruzados y una expresión de enfado difícil de ignorar.
