Madame Butterfly 🦋 [TodoBaku].

Capítulo 55: Desborde.

La despedida fue masiva. Los alumnos de la clase A se quedaron hasta el final, junto a las familias de los chicos fuego.

-Hijo- le dijo Mituski, su esposo estaba a su lado. Ambos, durante las investigaciones, tuvieron reuniones con Nezu y los héroes de la academia. Estaban al tanto de la Boutique Madame Butterfly- Hijo, cerrarán el cementerio.

Sin decir nada, Katsuki se alejó del lugar. Caminaba por inercia, no quería que nadie se le acercara, no quería que le hablaran, sólo quería estar con el recuerdo vivo de su novio.

La clase A se dirigió a la academia, Bakugō regresó con sus padres. Nezu le dio permiso por una semana, para que el chico se recuperara, aunque fuese en un porcentaje.

Mitsuki no quiso ofrecerle nada de comida, el cenizo sólo caminó a su habitación y se encerró. Se puso el pijama y se sentó frente a su nootebook, se colocó los audífonos. Hace un tiempo, Todoroki cuándo estuvo en su casa, el bicolor le hizo una lista de la música que le gustaba. Nada que ver con el rock metal que escuchaba Bakugō. Un fuerte dolor se apoderó de su corazón, lo ahogaba, lo quemaba.

-Porqué maldita sea- se dijo, mientras lágrimas de dolor caían por sus mejillas- Shotō, te extraño, amor te extraño- se tapó el rostro y dejó salir la pena, una que costaría olvidar.

Los días pasaron, Katsuki comía muy poco, con suerte algo de agua y nada más. Mitsuki estaba realmente preocupada de lo que pudiese pasarle a su hijo, una mente joven, llena de vida, herida por la daga de la muerte, era algo peligroso. Endeavor se hizo cargo del tratamiento de Masaru, sabía que era algo que su querido hijo hubiese deseado.

-Debemos darle tiempo- dijo Masaru, se sentía culpable, pues Bakugō jamás se habría metido en la Boutique para salvarlo y su novio aún estaría con él.

-Amor, no te sientas mal- le dijo su mujer, leyendo los ojos de su marido- No fue tú culpa.

-Él. Ellos estarían juntos- dijo secándose las lágrimas.

-Sólo Dios sabe por qué hace las cosas- le dijo Mitsuki, dándole un abrazo.

La primera semana se fue, era domingo y Katsuki debía reintegrarse a la academia al día siguiente. Ese día se dio un baño y salió de su casa, sin decirle a sus padres dónde iba.

Tomó un bus que lo llevó hasta allá. Al bajar, compró rosas en los puestos, e ingresó al cementerio.

Un pequeño camino que recorrió con pesar, mientras avanzaba, recordaba a su amado novio. Al llegar a su tumba, puso las rosas al lado de otras flores, seguramente Natsuo y Fuyumi habían ido a verlo.

-Hola amor- le saludó, acariciando la lápida- A sido una dura semana- se secó las lágrimas- Mañana debo regresar a la academia, y no quiero. No quiero ver a nadie, no quiero escuchar a nadie- se puso a llorar- Sólo lo haré por ti, Shotō. Me convertiré en el mejor héroe, jamás me emparejaré con nadie, por qué mí corazón sólo te pertence a ti. No tendré hijos, solo me enfocaré en ser el número uno. Y todo lo haré pensando en ti- le dio un beso a la lápida- Por cierto, tú padre se hizo cargo del tratamiento de mí padre, y también le dieron trabajo a mí madre en una de sus agencias, cómo contadora. Todo es perfecto amor, pero faltas tú- nuevamente se puso a llorar- Te amo y siempre lo haré.