Verano asesino

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Iniciaba la temporada navideña en Paradis, y con ella también llegaba el verano. Altas temperaturas, días más largos y pesados, sumándole el ambiente festivo y frenético, hacían que esas épocas fueran más trabajosas que nunca. Ya que hasta los delincuentes se atrevían a salir más y con frecuencia, seducidos por todo tipo de artículos y actividades sólo disponibles en esa parte del año. Por lo que la Policía Militar estaba más atareada que nunca.

Pero peor estaba la Ciudad Subterránea, que al no llegarle la luz del día y ni la más mínima brisa rescatadora, sus habitantes vivían prácticamente en un infierno húmedo y oscuro. Allí era donde más actuaban los malandras, y al no contar con muchos miembros que les dieran caza, la Policía Militar decidió pedir socorro y colaboración a la Legión de Reconocimiento.

Por los informes que había recibido Erwin Smith, comandante de dicha Legión, el problema para la policía era un tal Levi: ladrón, asesino, embaucador y quién sabe qué cosas más. Había investigado hasta lo mínimo en el hombre y al leer lo fuerte e invencible que parecía ser, llegó a la conclusión de que lo quería en sus filas para la eterna lucha contra los titanes. Por eso, mandó a la Ciudad Subterránea a un equipo conformado por los mejores de su escuadrón, encabezado por Petra Ral.

Petra era una jovencita de pequeña estatura, cabello corto y pelirrojo, y ojos dulces ojos ambarinos. Pero ese aspecto angelical y aniñado no coincidía con el humor de perros que traía, pues esperaba pasar las festividades con su familia; pero no, a Erwin se le había ocurrido que quería de regalo a ese delincuente para ofrecerlo como sacrificio a los titanes. Qué pesar...

Pensaba en eso mientras se apoyaba en la baranda de un balcón del castillo que tenían de base, cuando uno de sus cabos, Eren, salió para anunciarle que todo estaba listo para partir. Mientras lo decía, miraba con poco disimulo el trasero de la chica.

-¡Eren! – exclamó ella sonrojada - ¡¿Acaso quieres que te encierre por insubordinación?! ¡A mí me respetas!

-¡Lo siento, señorita Petra! – se apuró el otro poniéndose colorado hasta el cuello - ¡Hay que irnos ya!

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Después de un viaje silencioso y aburrido, en el cual los involucrados deseaban más que nada estar con los suyos que persiguiendo maleantes, llegaron a la dichosa Ciudad Subterránea. A medida que se acercaban, ya podían sentir el tufo proveniente de esas profundidades.

Después de ubicarse en una posada de manera incógnita y de recaudar información de los locales, Petra y su grupo esperaron pacientemente durante días por la aparición del tal Levi. Sabían que contaba con equipos tridimensionales para él y su pandilla, lo cual hacía un poco más difícil la faena. Aun así, confiaban en poder atraparlo y ganarse unas muy buenas vacaciones como compensación.

Escucharon rumores sobre una entrega de mercancías ilegales entre los contrabandistas más buscados y escurridizos de la ciudad, y vieron que aquella era la oportunidad que esperaban. Sabido era de los dolores de cabeza que Levi y su grupo les daban a los grandes mafiosos de lugar, por lo que la pelirroja y los suyos supusieron, y con razón, que esta ocasión no sería la excepción. Se trataría de mercadería muy costosa y poco común, desde joyas y adornos lujosos, hasta alimentos que sólo el rey tenía a su disposición comer, pasando por mucho dinero. Petra se relamía pensando en que no sólo terminarían atrapando a Levi, sino también a esos nefastos personajes tan buscados.

Y no se equivocaron. Mientras espiaban el encuentro desde su escondite, vieron que unas siluetas con equipos tridimensionales se acercaban. Petra se preparó.

El desastre fue tal que no hay manera de describirlo bien. Ya que fue un choque de tres fuerzas. Los del bando de Levi, quienes al ver al equipo de Petra huyeron despavoridos dejando a su líder solo; los mafiosos, quienes chocaban entre ellos sin saber a quiénes enfrentarse; y los del escuadrón de Petra, quienes eran tan torpes que varios de ellos habían caído estrepitosamente y sin control de sus equipos ante la ansiedad y la adrenalina de la situación.

Juntos, la magia es posibleWhere stories live. Discover now