Capítulo 26

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Noche del 26-11-17

La tensión del estudio era espesa, tanto que hasta el filo de una simple hoja de papel podría hacer fisuras sin mayor esfuerzo, sin embargo, las miradas entre las mujeres que se miraban fijamente eran lo que más llamaban la atención.

— Creo que escuche mal ¿Me ha preguntado, usted a mí, que hago yo aquí?

Mientras decía aquellas palabras Mina hecho a andar hasta quedarse con solo la mesilla separándola de la otra mujer, Rei en cada paso sentía que la garganta se le cerraba y el aliente no llegaba sus pulmones, pero aun así no bajo la mirada cuando la rubia le sonrió en gesto por demás retador.

De hecho, la alentó a levantar la barbilla. Por desgracia cuando abrió la boca su voz no mostro la misma templeza y tubo que carraspear para encontrar su voz y no delatar los desbocados nervios que la llenaban. Por otro lado, Yaten solo la observaba de brazos cruzados recostado en el marco de puerta.

—Yo no...no pretendía ser imprudente, me disculpo si me he expresado mal. No era mi intención.

—Descuide no tiene por qué explicarse. Dado que usted apostaba a que yo ya estaría sola y dormida en mi habitación, su sorpresa es natural.

Con solo esas palabras Reí no necesito de más para saber a qué se estaba refiriendo. La había escuchado y eso seguro que causaría problemas. A menos claro que lo impidiera.

—Bueno, ya es muy tarde, será mejor que me retire.

Con una muy pequeña inclinación Rei hizo amago de tomar la mesita y salir pero anteponiéndose a sus movimientos ella tomo la taza de chocolate y la llevo hasta sus labios y dándole un pequeño sorbo hizo un ligero gemido de disfrute; se giró sobre sus talones y mientras saboreaba los restos de sus labios llevo la taza hasta las manos de Yaten. —Deberías probar un poco, —indico esa vez acercando la taza a los labios del platinado.

El no objetó, estaba totalmente concentrado en descubrir lo que estaba pasando con Mina, quien frente a la institutriz parecía estar atacando en una guerra sin cuartel mientras que ante él mostraba un decadente coqueteo nada propio de ella y que sin embargo si conseguía todo lo que sus anteriores actos de seducción, jamás habían conseguido.

Su completa atención.

Residencia Kou Mizuno.

Para cuando el reloj unió sus tres manecillas en la cima de su estructura La última de las luces de la casa se apagó y fue entonces que Taiki comprendió que aquella noche, por primera vez en 6 años dormiría solo.

Justo después de haber terminado la conversación con Seiya, Amy lo había abordado en la puerta de su habitación y no precisamente para hacer las paces, si no para entregarle dos almohadas, un futón y una sábana más, que dijo claramente serían sus únicas compañeras nocturnas a partir de ese momento. A menos claro, que se disculpara y cambiara esa desagradable actitud hostil que tenía hacia Mina.

El por supuesto no pensó siquiera en fingir que aceptaba y de esa manera termino solo y parado frente a su habitación sin saber cómo reaccionar al ultimátum.

Okinawa, "Camp Schwab"

Aun si bien, no le había dicho a su madre que ayudaría con la búsqueda de su pequeña hermana, la verdad era que apenas cerrarse la puerta detrás de ella al retirarse, el había comenzado a mover todas sus influencias para la rápida localización de su querida hermana, otra víctima más de la nefasta familia que tenían.

Y justo a la media noche recibió la información que necesitaba.

—Muchas gracias Rubeus. Te debo una.

Ella... soy yo. *Obra Original* En ProcesoWhere stories live. Discover now