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|...| MERAKI

    Caminas hacia un mini mercado cercano al estado de la mariposa, una hoja doblada con los ingredientes que aún necesitas en tu mano izquierda, sobre el brazo cargas dos bolsas. Tu corazón baila en felicidad. Las ansias de llegar al estado y poder cocinar sube por todo tu cuerpo, haciendo que des un par de brincos.

    Cocinar es una pasión tuya. Kochou, en multiples ocaciones, te ha ayudado a cocinar para las pequeñas y uno que otro cazador de demonio. También te ha ayudado mejorar con tus comidas y te enseñó varias recetas.

    Apesar de todo esto, sientes como si todo fuera en vano. No importaba cuanto empeño ponías, el Pilar que carga tu corazón en plenas manos abiertas no le interesa.

    Te detienes en tus pasos por un momento antes de resumir, como si hubieras dudado. Sólo necesitas chuletas de cerdo y listo, esperas que la comida pueda durar siquiera un par de días, o la semana.


    Con un par de pasos más, llegas al mini mercado y tus pensamientos son cortados.
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    Te ves en el espejo por última vez, mejor dicho, otra vez. Haz estado diciendo "una última mirada" desde casi una hora. Kochou ha pasado indiscreta por la puerta, sonriendo, en un par de ocaciones se ha detenido sólo para reír; mira como pasas una mano por tu pelo, bajando por tu cuello y pecho, hasta llegar a tu cadera. Miras como te queda el kimono y deseas que le guste tanto como a ti.

—Terminarás quebrando el espejo.

    Kochou burla y sigue caminando cuando te diste la vuelta con mejillas rosadas. Te han atrapado.
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    El hermoso vestido de tela fina que rodea tu cuerpo no te deja dar pasos largos. Quieres llegar a tu destino lo más pronto posible, antes del anochecer. No debiste haberte quedado mirando en el espejo por tanto tiempo...

    El tiempo en hacer el bento que cargas en tus manos no cuenta. Es especial.

    Es especial porque es para él. Alguien especial en tu corazón.

    Los nervios corren por tu cuerpo. Con el sencillo pensamiento del Pilar hace que tus piernas quieran darse por vencidas, se sienten como gelatina. El color rosa sube a tus mejillas al imaginar los ojos bicolores mirándote.

    Tus manos aprietan la caja del bento mientras muerdes tu labio inferior. Llegas a su Estado y se encuentra afuera de su casa, hablando con Rengoku Kyojuro. Esperas a que termine de hablar con él.

—¡Iguro-san!

    El Pilar está parado, Rengoku gira su cabeza en tu dirección.

Uhm, ¡t-te he traído e-esto!— haces una reverencia, brazos estirados al frente con el bento en ambas manos.

    Esperas por unos segundos, tu respiración acelera y tiemblas. No te sorprende esta reacción tuya. Lentamente levantas tu cabeza y abres los ojos que sin darte cuenta los tuviste cerrados; tu boca queda abierta al mirarlo alejarse sin haberte mirado.

    Tragas las lágrimas que retan a salir de tus ojos. Un chillido sale de tu boca.

    Aún no te acostumbras del inmenso dolor en tu pecho. Como si te hubieran acuchillado millones de veces. Pero es aún peor. Deseas...

—Rengoku-san, ¿te gusta tonkatsu?

    Deseas con toda tu maldita alma...

—Puedes tener el bento.
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    No cuesta nada intentarlo una vez más.

—Iguro-san, me gustaría que probaras el arroz con curry.

    Una vez más.

—¿Taiyaki o Daifuku? Puedo hacerlo para ti.

    Una vez mas.

—He hecho esto para ti, Iguro-san...

    Es el mismo resultado. Siempre ha sido el mismo resultado. Te preguntas cómo es posible que no haz llorado en el momento en que rechaza el bento. Por qué sólo lloras en las noches antes de irte a dormir. ¿Será por qué no quieres que te vea como una débil? ¿Acaso te mira como una estúpida que no entiendo que no quiere nada contigo?

    Ríes a esas preguntas, una risa amarga. Por supuesto.

    Si hubiera sido ella quien le estuviera dando el bento, entonces tal vez hubieras sentido su vista en ti. Sus dedos pasar sobre los tuyos cuando agarraria el bento. El pequeño "Gracias" con la voz que es melodía para tus oídos.

    Lloras hasta dormir.

| To do something with love or soul. |

Aloha Oe [Iguro x Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora