Desvelándome en letras © [COMPLETA✓]

8. El culpable

Distraída,
llena de magia que no se hace ver,

Invisible,
siendo un espectro que acecha al paraíso y se asoma por el infierno, haciendo que hasta su nombre se haga temer en el más profundo silencio y en la peor de las cegueras.

Corazón que vacila,
delito que sucedió entre la complicidad de los criminales,

Y era nadie, nadie en su rincón...
nadie que todo este mundo grande la saque de sus males.

Cicatrices invadían como tatuajes en su cuerpo,
había temores en su izquierda, delirios en su derecha.

Y ella en alucinaciones clamaba a su amor,
a ese amor que tanto su lujuria había juzgado bajo las sábanas mientras sonaba su lúgubre cantico. 

Todo su entorno exigía al culpable. A aquel que le vendió una silueta propia que la sacaba del deslumbre de otros. A aquel que le dio agallas, pero que también se las arrebató. 

El puñal de la traición se clavaba en su ser haciéndola caer,
enterrándose ferozmente en esa  marginada poetisa... 

Cuyo puñal maquilló de sangre la anatomía ingenua de la chica, escribiendo en su piel las oscuras maniobras culpables de la poesía.