Capítulo 4

423 52 1
                                    

Asher Collins

Domingo 30 de diciembre de 2018.

Luego de platicar con mi madre por la mañana, me dirigí hacia la casa de Sarah James, pero mi hermana no estaba allí. La madre de Sarah se asustó mucho cuando le dije que estaba allí en busca de Nell e incluso llamó a su hija para preguntarle si sabía algo o para que nos diera una explicación a ambos de por qué a mí me había llegado la información incorrecta.

Raramente, Sarah estaba igual de confundida que nosotros. Ella pensaba que Nell se había quedado a dormir en la casa de Phoebe (lo mismo que pensaba yo algunas unas horas atrás).

Cuando volví a mi casa, mi madre se había ido a comprar dejándome una nota sobre la mesada. Agradecí que no estuviera allí, tal vez pueda encontrar a Nell antes de que ella llegue.

Subiendo hacia mi habitación decidí llamar a Connor, ya que él se había quedado hasta el final de la fiesta, o al menos eso espero.

Considerando que ya no era tan temprano, no me molestaría despertarlo. Si no lo hago yo, lo terminará haciendo alguna de sus madres.

Marqué su número y esperé. Dos tonos... tres tonos y no respondía. Esperé unos segundos más y los tonos dejaron de escucharse.

—¿Connor? ¿Estás allí? —pregunté extrañado. La llamada se mostraba atendida pero ninguna voz se escuchaba del otro lado— ¡CONNOR!

—Ya déjame en paz, Collins. Ve a dormir, es temprano —sonó su voz adormilada desde lejos. Diablos, Connor. ¿Por qué tienes que ser tan tú algunas veces?

—Temprano mis bolas, Connor. Toma el teléfono y háblame —hablé duro y él pareció entenderlo luego de unos segundos.

—¿Qué mierda quieres, Asher? Ayer no me fui temprano de la fiesta como tú y tu amargo trasero, así que dime qué haces llamándome a esta hora para poder volver a soñar placenteramente.

—¿Viste a Nell antes de irte o luego de que yo me vaya? —pregunté impaciente sin contestar a su mal humor mañanero.

—Mira lo que me preguntas, viejo. No tengo idea de cómo he vuelto a mi casa y tú quieres que te diga si vi a tu hermana en la fiesta —se rio mínimamente y luego frenó de golpe— ¿Le ha sucedido algo?

—No puedo encontrarla. Me ha dicho que estaría en la casa de Phoebe, pero ella dice que iba a estar con Sarah. No lo sé, lo único que tengo seguro es que no está en ninguno de los dos lugares.

—Hey, tranquilo. No te alteres. Puede estar con Gibbs en su casa o en algún otro lugar. ¿Sabes dónde vive él? —me habló dejando de lado ese típico tono de arrogancia en su voz.

—Claro que no, no tengo idea.

—¿Y tienes su cuenta de Instagram? Háblale —me aconsejó.

—Podría intentarlo. De todos modos, me parece muy extraño todo. ¿Por qué Nell me iría a mentir a mí y a sus amigas? Ya todos sabemos que está con ese imbécil —comencé a molestarme y me senté sobre mi cama.

—Bueno, basta. No pienses en eso. Sólo envíale un mensaje a Gibbs y mientras tanto, si quieres, vayamos a desayunar así te tranquilizas.

—¿Desayunar? Ya es tiempo de almorzar, Connor.

—Bueno, sí, eso. Lo que sea. Sólo no intentes hacer alguna locura hasta que llegue a tu casa —me cortó antes que pueda responderle y yo me levanté de donde me había sentado. No me había durado mucho la tranquilidad.

¿Qué locura piensa que puedo llegar a hacer?


Lunes 31 de diciembre de 2018.

AMBER | Paulina ArévaloOnde histórias criam vida. Descubra agora