36. Su amor.

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Jimin recuperó su forma humana, había visto todo detrás del telón.

Buscó su ropa, se puso solo el pantalón, todo había quedado sepultado en la nieve y su ropa estaba mojada.

Caminó hacía el castillo a paso firme, ignorando a Jungkook. Estaba tan molesto con su omega por haber tomado el control de su cuerpo cuando él estaba vulnerable.

- No debiste presionarlo de esa manera.

Jimin no volteó, no quería hablar con él, estaba ahora tan confundido, lo único que le apetecía era desaparecer.

Escuchó sus pasos detrás de él.

- Jimin... Amor.

El solo volteó el rostro un segundo fríamente.

Siguió caminando entrando al castillo, cruzó el recibidor y subió las escaleras.

Se sentía tan expuesto, había guardado con demasiado esmero sus sentimientos debajo de capas de dolor y ahora todo se había ido al carajo.

Él ya sabía que aún lo amaba.

Sus ojos se llenaron de lágrimas, entró a la recámara, el alfa entró detrás de el.

Había pasado mucho tiempo desde la última vez que había llorado por amor; esas lágrimas eran el fruto de su incapacidad de aceptar su nueva realidad. ¿Qué es lo que él ahora esperaba? ¿Qué corriera a besarlo como lo había hecho su omega esa tarde o qué cayera rendido a sus pies como un imbécil enamorado?

Lloraba de frustración por no lograr que su omega entendiera lo peligroso que sería que él supiera la verdad.

Se sentía tan vulnerable.

¿Qué haría ahora?

- Podrías darme una oportunidad.

- Salte de mi cabeza.

Jimin caminó hacía el ventanal y se recargó allí, mirando hacía el exterior, incapaz de contener sus lágrimas.

- Se que me amas  ¿eso es lo que te tortura tanto?

- Tu no entiendes nada.

- Te equivocas, te entiendo muy bien.

"No quieres amarme"

Jimin volteó al escuchar su hermosa voz en su mente, es que aquello era demasiado para él, bajó la cara llorando.

- No llores amor.

- No te acerques Jungkook, solo no lo hagas.

- Me necesitas.

- No, por favor... - Jimin alzó la mirada dolosa.

Él igual cruzó la habitación que de repente le había parecido muy pequeña y se detuvo demasiado cerca de él.

La manta tibia lo había protegido del frío todo ese tiempo pero, ahora mismo parecía que quemaba en su piel

- Solo aléjate Jungkook. Te amo, eso querías, no. Querías saber mis sentimientos. Allí los tienes...

Jimin se alejó de nuevo, porque siempre sucedía lo mismo, él siempre lo llevaba al límite.

- Jimin... tranquilizate, por favor...

- ¡No!

Lloraba por todo, por todas la veces en que la vida lo había moldeado con el fin de dejarlo solo con ese amor. Su corazón había estado roto todo aquel tiempo porque alguien, por avaricia, así lo había querido.

No, él no podía aceptar que todo aquel dolor no había valido la pena, que todas y cada una de las veces que lo había rechazado se tenían que quedar en el olvido solo porque alguien más tuvo la culpa, que sus heridas fueran en vano.

Cuando el amor espera.Where stories live. Discover now