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Narra Raymond

Caminaba de un lado a otro impaciente por cada segundo que pasaba, el jefe de seguridad se acerca a mí discretamente observando su reloj.

Xx: su prometida está a unos minutos de llegar, le recomiendo que entre a la capilla.
Raymond: perfecto, informa a los invitados que entren mientras iré a mi lugar.
Xx: suerte jefe.
Raymond: gracias (le sonrió)
Xx: por cierto señor, la señorita me dijo que si usted no lloraba al verla entrar no se casaba (me mira y río)
Raymond: gracias por el recado.
Xx: ¿Si lo hará?
Raymond: por supuesto, no es por qué ella lo haya dicho si no por que se verá hermosa, lo presiento.
Xx: es por que usted está conectado con su prometida, cuando encuentras al amor de tu vida solo basta tener unos cuantos segundos para conectarte a pesar de que esa persona este lejos.
Raymond: ¿Tú crees que ella es el amor de mi vida?
Xx: he trabajado para su familia desde hace muchos años y he visto ese brillo en sus ojos cada vez que está cerca de ella, su rostro refleja una necesidad de ella cuando están lejos.
Raymond: ¿Es muy notorio?
Xx: demasiado, debo irme señor.
Raymond: yo también debería estar dentro de la capilla.
Xx: este día debe salir perfecto.
Raymond: por qué así de lo merece ella.
Xx: ustedes se lo merecen.

Estrechamos manos en forma de despedida tomando rumbos distintos, entro a la capilla tomando mi puesto nervioso y sudando frío mis amigos están a mi lado como los caballeros de honor, todos los invitados están en sus puestos platicando en voz baja.

Rafael: todo estará bien.
Raymond: reza por qué así sea.
Rafael: ¿Te llegó el recado?
Raymond: ¿Qué recado?
Rafael: la petición que hizo la rubia cuando entre al altar.
Raymond: por supuesto.
Rafael: sabes que ella cumple con su palabra.
Raymond: y yo la mía.
Rafael: es hora (me susurra bajo)

La marcha nupcial se hace presente dejando ver sus damas de honor entrar haciendo que de mis amigos saliera un suspiro como de adolescentes enamorados, detrás de ellas estaban seis pequeñas tirando petalos de rosas por la alfombra roja y sin más esperar ella aparece tomada del brazo de mi padre involuntariamente unas lágrimas de hicieron presentes.

Ella se miraba realmente hermosa, una sonrisa resplandecía de su rostro me acerque para recibirla de los brazos de mi padre.

Ramón: les deseo lo mejor (susurra)
Raymond: gracias papá.
Ramón: suerte pequeña (besa su frente)
Jade: gracias suegro.
Ramón: vayan hijos.
Raymond: te vez hermosa.
Jade: gracias, creo que has hecho mi petición.
Raymond: en realidad fue inevitable no llorar ante hermoso arte.
Jade: gracias (me guiña el ojo)

Caminamos juntos al altar quedando frente a frente al sacerdote, la ceremonia comienza con ambos tomados de la mano.

[Rato después]

Sacerdote: los declaro marido y mujer (sonríe) puedes besar a tu esposa.
Raymond: señora Ayala (le sonrió)
Jade: maldito magnate (me río)
Raymond: aún me odias.
Jade: besame ya.

Estampó mis labios en los suyos dejando que nuestras lenguas den una danza escuchando aplausos por parte del público, nos separamos por falta de aire.

Raymond: ¿Nos vamos a la fiesta señora Ayala?
Jade: por supuesto maldito magnate.

Salimos de la catedral con las personas aventando pétalos blancos y rojos, nos montamos al auto de recién casados para ir al salón donde sería la boda.

Llegamos al precioso Cavalli Club Dubai, ayude a bajar a mi esposa del auto entrando al precioso salón (imágen en galería) me di cuenta de todo lo precioso que se miraba, cuando entramos todos los invitados comenzaron aplaudir.

Narra Jade

Ray toma mi mano llevándome a la pista donde Love de Imagine Dragons comenzó a sonar poso sus manos en mi cintura me recosté en su pecho dejando que ambos comenzaramos a bailar en el centro de la pista.

Bailamos con todos los invitados hasta quedar agotados, tomamos asiento en nuestros asientos reservados especialmente para nosotros. La cena fue servida y sentía por unos segundos la mirada de Ray.

Jade: ¿Sucede algo?
Raymond: te vez hermosa (me sonríe)
Jade: tú también te vez muy guapo (le guiño el ojo)
Raymond: es inevitable no verte con este precioso vestido es inevitable no ver tu escote.
Jade: y eso que aún no ves lo que hay debajo del vestido (bebo champagne)
Raymond: muero por qué llegue la noche.
Jade: desde anoche me di cuenta (me río)
Raymond: aunque ese regalo me hizo un poco menos mala la noche.
Jade: eso pensé.
Raymond: viviendo de ti, si lo creo.
Jade: es nuestra boda, tenemos que divertirnos.
Raymond: pero dijiste que te dolían los pies.
Jade: eso no quite que tengamos diversión (beso sus labios)

Maldito Magnate ||Borrador||Where stories live. Discover now