❁Capitulo 16❁

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Harry se había quedado a dormir casi toda la semana, los días eran alegres y crudos. Su antigua rutina sólo era un recuerdo lejano, todos los días salían a hacer algo diferente, o a veces no salían y se quedaban en el apartamento pero todos los días se sentían mejor que el anterior estando juntos.

Ayer habían pasado toda la tarde en el parque de diversiones a pedido del omega, su alfa no dudo un segundó en complacerlo y ganar peluches para él, sujeto su mano en la rueda de la fortuna y lo beso lento con cariño en la cima de esta. Habían comido manzanas acarameladas y pochoclos (palomitas) además de algodones de azúcar. Un día maravilloso.

- ¿Estas listo ángel?

Cuestionó la voz de Harry del otro lado de la puerta de baño. Hoy era doce de septiembre, cumpleaños de Liam. Una cena, solo una cena tenía que aguantar para volver a casa y acurrucarse en la cama con su novio. Si, los mimos de Harry parecían más interesante que ir a una cena con gente desagradable por culpa del señor Payne, prefería invitar a comer a Erik y Liam a comer ahí, ellos solos.

Harry sonrió del otro lado de la puerta, era un detalle de Louis tardar pero no por que le tomara tiempo hacer algo, sino porque en medió de la acción paraba y de ponía a pensar. Esa, era una de las tantas manías que lo caracterizaban, como su sarcasmo, la concentración en las cosas que para otros parecían ser insignificantes, los calcetines de colores brillantes, la manía de ordenar las cosas de menor a mayor, o fingir llorar dramáticamente cuando no le daban lo que querían sus personas de confianza, o simplemente como se dejaba llevar ante las cosas simples.
Amaba todos los detalles de Louis, cada uno de sus lunares y sus ojos tan intensos, infantiles con un toque soñador. Su omega era perfecto, la perfección para el.

- Se nos hace tarde, ángel.

La puerta del baño fue abierta de golpe, el castaño apareció en el marco ya vestido, maquillado y el cabello desordenado dándole un aura sexy.

- Estoy listo - dijo con desgana.

- Lo puedo notar - dijo evaluando todo el cuerpo del contrario - Necesito que me cuentes tu secreto para que todo te quedé magnífico.

Louis sonrió y rodó los ojos. Camino perezosamente hasta llegar al rizado y ahuecó las mejillas de este en sus manos. Junto los labios de ambos en un armonioso beso, el pecho de ambos se sintió cálido y sus lobos reforzaron un vínculo que sus humanos ignoraban, algo tan puro y hermoso era imposible de romper.

- Es mejor que te detengas, ángel - murmuró Harry contra los labios del mayor - porque si seguimos, te voy a encerrar aquí y voy a besar cada centímetro de tu dulce piel.

- Vamos - el castaño dejo un fugaz beso en los labios de su novio como un chasquido.

***

- Tengo un mal presentimiento - confesó el alfa - Prometeme que vas a pedirme ayuda, no seas orgulloso. Se que gente de tu pasado puede estar ahí, no estas solo ahora ángel.

- Yo puedo.

- No estoy diciendo eso, se que eres fuerte  - dio un apretón - pero somos novios ahora, compañeros. Debemos enfrentar las cosas juntos, estoy a tu lado ahora, Louis.

El omega se mordió el labio interior y asintió, mentiría si dijera que esas palabras no causaron nada porque lo causaron todo. La emoción que sentía en esos momentos era indescriptible.

- Muy bien - su alfa dejo un besito en su frente y ambos enfrentaron la casa de los Payne. Suspiraron ambos lo bueno es que era la casa de Erik y Liam dándole más tranquilidad.

Tomados de la mano le hicieron frente a una casa con unas enormes rejas negras. Había hombres en la entrada y todo el perímetro. Uno de ellos abrió el portón para dejarlos pasar a un dedicado camino de piedras. Esa noche habían decidido ir en taxi, sería más cómodo para ambos. Una vez en la entrada, otro hombre les abrió la enorme puerta de la entrada. Fueron recibidos por bullicio, música, olor a comida y miradas entre sorprendidas y acusadoras.

𝓓𝓮𝓵𝓲𝓬𝓪𝓭𝓸 𝓸𝓶𝓮𝓰𝓪 ▪︎ 𝓛𝓪𝓻𝓻𝔂 𝓢𝓽𝔂𝓵𝓲𝓷𝓼𝓸𝓷Where stories live. Discover now