El nombre de la otra chica sola

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Nunca e mencionado el nombre de la chica que le dio un giro completo a mi vida y no pienso mencionarlo, no en este momento, por ahora me referiré a ella como A.

Continuando la historia, ahora fui yo quien le pregunto porque me preguntaba eso, A solo me dijo que no sabía que hacer con su vida (a decir verdad esas palabras asustan viniendo de una adolescente), volví a preguntarle el porqué y esta vez no me dio una respuesta escalofriante pero sí sorpresiva, me dijo que la acompañara a su casa después de clases, yo sorprendida le dije que tenía que estar en casa temprano o si no mis padres se enojarían pero al parecer ella se tomo un tiempo para saber de mi, logrando que los profesores le dijeran que vivo sola, así que volvió a insistir y yo pregunté si no le molestaría a sus padres.

-Están de viaje, no volverán, al menos no pronto — dijo A

-Pero no está bien que metas a gente a la casa de tus padres sin su permiso — respondí

-Si ellos no están no importa, ademas pones muchos peros — volvió a insistir

-No son solo peros, son razones qué hay que pensar dos veces antes de actuar — dije justificándome

-No te haría daño estar con alguien de vez en cuando, apuesto que viviendo sola y sin hablarle a nadie en clases debe ser desesperante — agregó

-Vivir sola no es un martirio, eso demuestra que soy lo suficientemente responsable para cuidarme sola y si no quiero estar con la gente es porque estoy bien como estoy ahora — dije con un tono algo molesto

-Entonces si vienes conmigo? — dijo tan calmada que empecé cuestionarme si A me presto atención todo el tiempo

-Iré — yo sola me sorprendí con esa respuesta, yo siempre digo algo como negaciones de todo tipo (si es que la gente me invitara), la vi alejarse cada vez más con una sonrisa dibujada en su rostro como si ya hubiese obtenido todo lo que quería y me hizo pensar si lo que buscaba era hacerme salir y que pareciera que tenía vida social, bueno eso ya no importa.

Una vez que terminaron las clases comenzamos a caminar hacia su casa sin distraernos con nada, no fue tan difícil, pues su casa estaba relativamente cerca de la escuela y una vez dentro de ese enorme portón lo que se veía era una gigantesca casa muy linda y bastante vanguardista además de futurista, me llevó de inmediato al comedor me dijo que esperara ahí, volvió ya cambiada y con dos tasas de té, le agradecí e inicie la conversación 

-Ahora me explicarías el motivo de porque me trajiste aquí — pregunté bastante sería

-Solo no quería que los demás me vieran llorar, tú eres diferente, por ese tipo de cosas no forjas tus criterios de las personas, por eso quería que tú fueras la que me escuchara y la única que me viera llorar, no me gusta estar sola pero por lo que veo a ti si, es más te llena de satisfacción saber que estás sola y quiero que me dejes, de todas las personas en este mundo, ser la única que esté a tu lado... ¿o acaso crees que estás aquí solo por eso? — me respondió 

Primero me dejo pensando en cuánto tiempo habría estado sola que quiere compañía de otra sola, pero su pregunta fue la que no me dejó pensar con claridad, no sabía a qué se refería con exactitud. Acto seguido, se trepó encima de mi teniéndome presa contra el sofá, me miraba fijamente a los labios, no quería creerlo pero era verdad, una chica iba a besarme y no podía hacer nada, mi cuerpo estaba paralizado pero a pesar de ello no me molestaba realmente, yo en serio esperaba que me besara pero lo que sentí fue su lengua lamiendo mi cuello hasta llegar a mi boca y en ese instante me beso, sin embargo, no como yo pensaba, su lengua era suave y se sentía bien, debo admitirlo pero comenzó a asfixiarme, no podía seguir teniendo su lengua en mi boca, en ese momento fue cuando comenzó a molestarme, quería quitármela de encima, se quitó cuando empezó a escucharme quejándome aunque no me dejo en total libertad, estaba sentada sobre de mi, mientras tanto intentaba recuperar aire y ya una vez más calmada le pedí que se retirara de encima de mi pero sólo me pregunto si no me gustó, yo me quede sin responder un largo rato y finalmente le dije que después de todo besaba bien, Alice, ese es su nombre, pregunto si yo volvería a dejar que me besara, en esa ocasión no respondí y volví a pedirle que se quitara, Alice me agarro de las muñecas contra el sofá nuevamente y volvió a preguntar, inconscientemente le dije que si.

Siempre fui espectadoraOù les histoires vivent. Découvrez maintenant