Un nuevo estilo de vida

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Desde que su padre la corrió de la casa, Alice a estado viviendo conmigo, es algo complicado de explicar, me agrada que viva conmigo, la casa ya no se ve tan lúgubre como antes, se escucha ruido, cosa que nunca había antes de que llegara inclusive los vecinos vinieron a ver si alguien nuevo se había mudado a la casa porque no era normal que se escuchara alboroto, sobretodo por las noches cuando Alice me hachaba de la habitación  porque decía que yo acaparaba toda la cama pero nunca quise decirle que en realidad ella me terminaba tirando por recorrerse cada vez más hasta llegar a la orilla, supongo que necesita su espacio, estaba acostumbrada a su enorme cama king size no a una cama matrimonial.

Ahora que Alice vive conmigo tuve que conseguir un trabajo porque con lo que me da mi tía no es suficiente para las dos, así que un dinero extra es vital, además de que mi tía no esta enterada de que ya no vivo sola, sus padres no quieren saber nada de su propia hija y mucho menos de mi, la maldita que separo a su niña de ellos.

Entonces mis horarios se han tenido que acomodar para no dejar de estudiar pero conseguir dinero para ambas, no crean que soy la única que pone de su parte también Alice a estado buscando trabajo solo que al parecer no tiene tanta suerte, el problema es que no está acostumbrada a trabajar, ella solo se preocupaba por estudiar y de lo demás se encargaba el dinero por eso es que yo estoy trabajando mientras ella se encarga de hacer tareas de la escuela y aunque eso parece fácil, no lo es, pues su novia (yo) cursa materias extras innecesariamente por lo que se tiene que encargar de más cosas que no importan realmente y solo le causan más estrés, por mi parte, el trabajo en donde estoy es muy fácil solo soy repartidora de productos exportados, ya sea maquinaria o productos comestibles y gracias a que soy mujer solo me encargo de transporte liviano, el pesado se dejan a los hombres y mi gran ventaja es que me pagan prácticamente lo mismo.

-Hola, como te fue? — me dijo Alice cuando llegue a casa

-Hola, bien y a ti? — conteste

-Pues ahora que estás aquí estoy mejor así que será mejor que vengas señorita pereza — dijo Alice, primero con un tono dulce y después molesta

-Pereza, porque?

-Porque, en serio preguntas porque, ¡te faltan cuatro proyectos de poesía lírica! Para que cursas eso si ni siquiera le pones empeño — me grito Alice molesta

-Ay...no exageres, yo los hago pero deja de gritar y yo sabré que cursar ¿no?

-No! Si sigues así yo te voy a decir que clases vas a tomar y cuales no

-Suena a relación tóxica — dije tarareándolo 

-Pues si no vas querer que eso pase más vale y te enfoques más en tus materias

-Entonces quien trabaja — me excusaba

-Si esa es la razón será mejor que dejes ese trabajo y busques otro que te permita cumplir con la escuela — Alice era mejor que yo poniendo excusas pero las dos siempre intentamos que suene a argumento

-Seguiré trabajando y cumpliré con mis responsabilidades académicas pero con la condición de que tú me ayudes más con algo

-"Más", como? Se mas especifica — pregunto

-Mira, yo me canso de ir a trabajar e ir a la escuela y tú, tu te cansas por ir a la escuela y cumplir con el trabajo de ambas así que quiero que me dejes dormir de nuevo en mi cama

-Tu cama?! Disculpa pero es de las dos

-Pero quien se duerme en ella y quien la compró — yo la compre con parte de mi dinero y lo demás lo pago mi tía

-El que tú hayas puesto el fondo financiero no quiere decir que sea completamente tuya

-A bueno, gracias por aclarármelo, entonces si me dejarás volver a mi cama

-Ok pero yo también te pondré una condición 

-La que sea — yo estaba dispuesta a recuperar mi cama, el sofá no es muy cómodo que digamos

-Quiero que hoy te duermas abrazada de mi

-No hay problema

Cayó la noche y después de que me obligó a acabar con los cuatro proyectos que me faltaban fuimos a dormir, yo estaba cansada, no podía moverme y se veía que ella aun tenía un poco más de energía, me acoste y ella se acostó a mi lado, la abracé, lo que me hizo sentir bien porque con el cansancio ella era como una gran almohada que podía aplastar solo que Alice es de complexión delgada y lastimaban un poco sus huesos. Ya me estaba quedando dormida cuando sentí algo en mis labios, algo muy suave, lo más seguro es que me beso y después de eso me dijo buenas noche, también me abrazó y así nos quedamos hasta qué amaneció.

Siempre fui espectadoraWhere stories live. Discover now