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Leah Hamilton

Deslizo los dedos sobre la tela de un vestido, colgando uno de la etiqueta del precio.

—Sé que soy millonaria y todo —digo, frunciendo el ceño ante el número—, pero este es demasiado por una imitación.

—Concuerdo —dice Clare, alzando un vestido rosado frente a sus ojos—. No volveremos a hacer caso a las indicaciones de Tumblr sobre donde conseguir vestidos de fiesta.

—No sean amargadas —corta Lucia, mirando en unas perchas junto a mi—, no están tan mal.

—Nunca dije eso —replico, poniendo los ojos en blanco—. Son buenas imitaciones, casi no se nota; pero pagaríamos menos buscando remates de Dior que por estos vestidos.

—Exacto —asiente Clare, dejando el vestido en su lugar.

—Como digan —cede Lucia, apartándose de las perchas y enganchando su brazo con el mio para arrastrarme fuera de la tienda.

Habíamos pasado el día buscando sus vestidos de graduación... bueno, eso era lo que ellas hacían, yo solo compraba lo que me llamaba la atención en las tiendas y lo metía en el maletero del Jeep, mientras ellas paseaban histéricas entre las perchas.

Casi me sentía aliviada de no asistir este año.

Casi. Aun no terminaba de hacerme a la idea de como seria para mi vivir al aire libre una semana en el campo o en el bosque, aun no nos decían en que terrenos nos encontraríamos para el campamento. Clare se había dado la tarea de traumarme un poco buscando las heridas que podían causar las zarpas de un oso en la piel en Google, ademas de llenarme de consejos para que no me picaran los mosquitos y así arruinar mi piel, y buscando en Google fotos de arañas venenosas, hiedra venenosa y bayas venenosas...

Sabia que sus intenciones era buenas, que solo buscaba preparar un poco a su hermana menor para el nuevo terreno que tendría que soportar, aunque ella nunca haya considerado siquiera hacerlo por su cuenta; pero todo la palabrería sobre los mosquitos, arañas y serpientes, combinados con las cosas que podrían asesinarme si no me cuidaba, me estaban sacando de quicio, por lo que ahora evitaba categóricamente hablar sobre cualquier cosa que pudiese despertar su deseo de seguir instruyéndome en el arte de seguir viva a la intemperie.

Agradecía la preocupación, pero la asesinaría como la escuchara hablar de nuevo sobre como debía ponerse una carpa según Yahoo!.

Moreno me abre la puerta trasera del Jeep, mientras noto por el rabillo de mi ojo como Slevin y Meyer se encaraman en la camioneta prestada de Clare. Mi padre insistió en traer a los cuatro guarda espaldas (Slevin y Meyer estaban encargados de Clare) con nosotras, aunque a mi me pareciese una perdida de tiempo para ellos acompañar a tres chicas por las tiendas del centro, en la búsqueda de un vestido.

Realmente, podrían estar haciendo cualquier otra cosa y eso podría resultarles mucho más interesante que esto, pero como Lucian es quien paga los cheques...

Clare entro primero en el auto, luego Lucia y yo, tomando el asiento junto a la ventana y dejando que Moreno me cerrase la puerta, aunque era capaz de hacerlo por mi misma. Nuestro chófer de hoy, McKinney, arranco el auto cuando Moreno se ponía el cinturón y nos pregunto por la próxima dirección.

Clare le dio la dirección de la tienda D&G más cercana, algo que sé que se sabe de memoria. Me acomodo en mi asiento, y saco mi teléfono de mi cartera, navegando en el Instagram de algunas tiendas en busca de ideas para el par de neuróticas, mientras discuten sobre las ventajas de la transparencia en los vestidos.

RP2: Cruda Verdad ·EN EDICIÓN·Where stories live. Discover now