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Siberia, 1945
Bucky's POV
Dolor. Eso era todo lo que sentía. Mis ojos se abrieron lentamente, podía sentir mi cuerpo adormecido. Todo a mi alrededor era color blanco, y sentía un viento helado golpear mi rostro. Volteé mi vista al sentir un dolor penetrante en mi brazo izquierdo, y fue en ese momento cuando noté todo el color carmesí que me rodeaba, pero sobretodo el hecho de que lo poco que quedaba de mi brazo estaba cubierto de sangre, y a un par de metros vi lo que restaba de lo que una vez fue mi extremidad. Mi vista se hizo completamente borrosa y perdí el conocimiento.
Cuando volví a abrir los ojos, podía sentir a alguien tomando mi uniforme y arrastrarme a lo largo de la nieve causada por la estación helada en la que nos encontrábamos. Iba dejando un camino que pronto sería cubierto por la nieve de invierno una vez más. Intenté ver a mi alrededor, intentar recordar algo para volver a casa, aunque siendo sincero, mis recuerdos eran casi nulos. Recordaba una caída, y sentir como mi vida pasaba frente a mis ojos. Al estar cayendo intenté parar la caída con mi lado izquierdo, aunque siendo una altura muy profunda, era imposible el que una persona pudiera sobrevivir a ello, supongo que fue ahí en donde mi extremidad no tuvo otra opción que desprenderse de mi cuerpo. El color carmesí causado por la gran cantidad de sangre que salía de lo poco que quedaba de mi hombro me mareó por completo, y caí inconsciente una vez más.
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"Vamos Beth, no pasará nada" un Steve de ocho años le dice a su pequeña hermana. Para Elizabeth, este era el primer año en el que por fin podía salir a jugar en la nieve, y no solo quedarse a ver a través de la ventana. Se paró en la entrada de su hogar, volteando a ver a su madre, la cual se encontraba haciendo una deliciosa cena, el olor de la comida y el calor que proporcionaba la vivienda casi logrando que se quedara en el sofá de cuadros que tanto le gustaba, viendo por la ventana a los niños jugar, pero cuando devolvió su vista al frente, se encontró con los ojos de Steve viéndola con emoción, y a un lado de él, los ojos curiosos de Bucky.
Al ver que Beth no avanzaba de la puerta de su hogar, Bucky se acercó y acercó su mano frente a ella. Elizabeth miró la pequeña mano de su mejor amigo mientras su dulce voz le decía: "Toma mi mano, ¿saldremos juntos, si?" lo cual hizo asomar una sonrisa tímida de Beth, y poco a poco levantó su mano tomando la de Bucky con cuidado. De esa manera ambos caminaron juntos hasta donde se encontraba Steve, y jugaron todo el día bajo los helados copos de nieve, riendo y disfrutando cada momento de su infancia juntos.
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Un dolor insoportable me rodeaba, y no había nada que lo parara. Estaba completamente inmóvil en una incómoda camilla, y podía oír claramente el sonido aterrador que sólo puede surgir de una sierra, solo que esta vez en una menor intensidad. Volteo a mi lado izquierdo y desearía no haberlo hecho ya que, al momento de ver lo que sucedía, el dolor incrementó. Un hombre de bata blanca y con una mascarilla sostenía en su mano una pequeña sierra con la cual cortaba lo que quedaba de mi brazo, cortando cada pedazo de piel y hueso hasta dejarlo inexistente, mis gritos llenaban la habitación pero parecían no importarle a nadie. Y debido a ello caí en un sueño profundo.
