𝐈𝐕. 𝐒𝐞𝐫𝐮𝐦

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Siberia, 1942

      Elizabeth se encontraba sentada, y frente a ella un guardia, ambos mirándose sin apartar la vista el uno del otro. Cada día sus habilidades iban mejorando, y eso lo podían notar sus captores, sabían que pronto estaría lista, y que sus experimentos finalmente estaban dando resultados positivos. Tal vez le llevó un tiempo sacarlos a la luz pero por fin estaban ahí.
Beth levanta sus manos y las coloca al lado de las sienes del hombre, nunca apartando la mirada de los ojos de la persona frente a ella. Todos mirando expectantes a ver si hoy sería el día en el que lograrían su cometido. E inició.

El hombre comenzó a temblar en su silla, sus manos en puños dejando sus nudillos completamente blancos, su cara comenzó a ponerse de un color rojo, y Beth colocó más presión en su cabeza. El guardia cada vez temblaba con mayor intensidad, hasta que llegó el momento en el que cayó al suelo de rodillas comenzando a gritar, y en todo ese momento Elizabeth nunca apartó sus manos, tal vez en forma de venganza por todo lo que había pasado antes de eso, y el guardia continuó gritando, ahora poniendo sus manos encima de las de ella para que lo dejara libre, pero Beth no lo hizo.
Zola estaba presente en la habitación y se acercó a ella para ponerle fin antes de que matara al hombre.

"Es suficiente Soldat" y con esas palabras Beth lo soltó, dejándolo completamente agonizando, sus miedos rodeando lo más profundo de su mente.
Arnim Zola se dirigió a los demás científicos en la sala, y con una sonrisa siniestra les dijo: "Está lista para la siguiente fase".

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Siberia, 1943

Cuando comenzaron a experimentar con ella, había ocasiones en las que se rehusaba, ya que todo eso era diferente en su rutina y tenía cierto temor a lo que inyectaban en su cuerpo, pero después de tantos intentos por hacerlos parar, y al ver que lo único que conseguía era terminar en la silla eléctrica causándole un dolor inimaginable, dejó de poner resistencia. Al principio, el líquido que le inyectaban le causaba mucho dolor cuando recorría cada rincón de sus venas, pero después de ese año, se acostumbró tanto que ahora era un simple cosquilleo. Todo el año continuó practicando, siempre dejando a todas las personas que le ponían delante, agonizando en sus miedos, pero ahora vendría la siguiente fase, y Beth no sabía de que se trataba.
Se acostó en la camilla, obedeciendo las órdenes que se le daban, y una vez más, ataron sus brazos y tobillos, dejándola sin ninguna oportunidad de escape.

Elizabeth estuvo expectante ante los susurros y sonidos que hacían eco en la habitación. Lograba escuchar como mencionaban un suero que supuestamente se le aplicó a un hombre, y como este había logrado que sus habilidades mejoraran al igual que su supuesta delgada complexión, pero ella no sabía de quien se trataba, probablemente otro experimento hecho por HYDRA, porque eso era ella, un simple experimento, una rata de laboratorio que la usaban a su conveniencia, sin importarles el dolor que le causaban, tanto físico como psicológico.

𝐋𝐨𝐬𝐭  •【𝐁𝐮𝐜𝐤𝐲 𝐁𝐚𝐫𝐧𝐞𝐬】Onde histórias criam vida. Descubra agora