Capítulo 33

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ADAM

Aún me costaba creer que Judith estea viva, la tengo a mi lado después de todo. Después de creerla muerta y sufrir como nunca por ella, pero eso ya es pasado ahora ya la tengo aquí, junto a mí. Sonó una llamada en el móvil que nos despertó a mí y a Judith, cogí el móvil para ver quien era.

-En nada estamos en el hotel.-dijo mi tío.

-Vale, ahora os esperamos abajo.-colgué.

Judith y yo nos levantamos, eran las diez de la mañana apenas habíamos dormido algo. Fuimos a la habitación para despertar a Yago, pero cuando abrimos la puerta ya nos lo encontramos despierto, sentado en el borde de la cama mirando a la nada.

-¿Te pasa algo?.-preguntó Judith.

-Me llamó mamá, nuestro padre está en el hospital, le dio un ataque al corazón y lo están operando.

-¿Qué?.-dijo Judith con un hilo de voz.

-Espero que se ponga bien.-le salió una lágrima.- Él es fuerte.

Le dí un abrazo a Judith que estaba a mi lado llorando y temblando.

-No quiero ni imaginar cuando sepa que estoy viva.-dijo ella.- No quiero que le pase nada malo.

Yago se levantó de la cama para abrazarla también.

-Mamá no me quiso decir nada más por teléfono, pero me dijo que recibió un mensaje en el móvil muy fuerte y por eso sufrió el infarto.

-Ahora vamos para allá.-dije.- Mi tío está al llegar. Ya veréis como todo sale bien.

Salimos de la habitación y bajamos las escaleras hasta llegar al portal. Fuera ya estaba el coche negro de mi tío.

-¿Qué pasó?.-preguntó al ver a Judith y a Yago llorando.

-Nuestro padre sufrió un infarto.-dijo Judith con un hilo de voz.

-Estará bien.-dijo mi tío animándolos.

Nos subimos al coche y nos sentamos en los asientos traseros del coche, mi tío iba a conducir y en el asiento del copiloto estaba Robert, que traía el brazo vendado por el disparo de ayer. Ahora nos esperaba un largo trayecto de vuelta a casa y al hospital.

JUDITH

No paro de pensar que sería el mensaje que recibió mi padre, en quién se lo mandó. No quiero que le pase nada. Íbamos camino al hospital pero aún quedaban unas horas para llegar. Algo muy grave tenía ese mensaje que lo alteró tanto hasta el punto de sufrir un infarto.

Mi hermano estaba igual o peor que yo, no sabíamos lo que iba a ocurrir pero esperemos que no pase nada. Adam estaba a mi lado, me pasó su mano por la espalda para decir que todo iría bien, ¿pero y si no?

-Todo irá bien.-dijo Tom mientras conducía.

Todo irá bien, las palabras que siempre se dicen para despreocupar a la gente, ahora lo único que queda es esperar.

Cuando llegamos al hospital quería salir y estar con mi madre y mi padre, pero no podía, ellos aún creían que estaba muerta.

-Ya vamos nosotros.-dijo Adam.- Tú quédate aquí y luego te informamos.

Asentí y ellos se bajaron del coche, ojalá que todo esté bien. Me quedé en el coche esperando con Tom y Robert. Estos minutos se me van a hacer eternos.

ADAM

Salimos del coche y enseguida entramos en recepción preguntando por el padre de Judith y Yago, la recepcionista nos informó que estaba en la habitación 346 y que la operación había ido bien.

Subimos en el ascensor hasta el tercer piso y empezamos a buscar la habitación 346, dimos unas cuantas vueltas hasta que encontramos la habitación con ese número, entramos sin tocar a la puerta y vimos a la madre de Judith y Yago sentada, al lado de su marido cogiéndole de la mano. Cuando nos vieron sonrieron, aunque claramente era una sonrisa fingida. Yago los abrazó y yo también, estas semanas con ellos fueron geniales, me trataron como un hijo más.

-¿Qué pasó?.-preguntó Yago ya impaciente.

Su madre nos tendió el teléfono para que viésemos el mensaje.

-La culpa de la muerte de Judith es de Adam, ¿nunca habéis preguntado por su pasado? Trabajó con una mafia apuñalando y robando a gente hasta que escapó, le dijimos claramente que si no venía con nosotros Judith lo pagaría, pero no le importó. Aquel día que se fue de vuestra casa era para estar con nosotros de nuevo, pero volvió a escapar. Darle las gracias a él por arrebatar la vida de vuestra hija.

Yago y yo nos miramos sin saber que decir.

-¿Es eso cierto?.-preguntó su madre.-¿Por tu culpa perdimos a Judith?.-dijo con lágrimas en los ojos.

-Mamá...-dijo Yago.- No es como pensáis...

-¿A qué tú lo sabías?.-preguntó de nuevo su madre.- Y nosotros tratándote como uno más de la familia.

-Nuestro plan era matarlos antes de que le hicieran algo a Judith.-dijo Yago.- Pero se adelantaron. Y él no escapó, si no que Judith ''secuestró''.-entre comillas.- a Adam porque ya sabía que él no quería seguir en esa mafia.

-Judith sabía que estaba en peligro, por eso decidimos acabar con ellos cuanto antes, pero justo un día antes pasó eso.-dije.

-No importa lo que digáis, por tu culpa.-me señaló.- Mi hija está muerta.

No está muerta, me gustaría decirles pero su padre está muy delicado como para darle esa noticia ahora.

-¿Podemos hablar contigo en privado?.-le pregunté.

Aún tenía la mirada de odio pero aceptó. Salimos de la habitación y le explicamos lo que pasó, le dijimos que Judith está viva pero que él aún anda suelto.

-¿Es-está vi-va?.-preguntó con la voz entrecortada.

-Si, está en el coche de mi tío. Está esperando por saber lo que pasó con su padre. Le diré que suba.

Ella asintió, nerviosa y abrazando a Yago. Le mandé un mensaje a mi tío para que subiera Judith. Pocos minutos la vimos, corrió a abrazar a su madre con lágrimas en los ojos.

-¿Cómo está papá?.-preguntó.

-Está algo delicado pero bien.-dijo ella.- Adam, perdón por lo que te dije antes...

-Tranquila lo entiendo. ¿Cómo vamos a decírselo a él?.-pregunté.

La puerta de la habitación se abrió y vimos a su padre de pie, asombrado por ver a Judith viva.

El pasado siempre vuelveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora