Capítulo 14

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Su cuerpo pesaba como si mil cadenas sujetaran sus brazos y piernas, y ni siquiera pensaba hablar sobre su terrible dolor de cabeza, podría jurar que un taladro era lo que sentía retumbar en sus oídos. Llevaba quince minutos intentando abrir los ojos, pero le era imposible, estaba completamente exhausta luego de... ¿De qué? ¿Qué había sucedido exactamente? Fue ahí cuando lo recordó, se levantó rápidamente de la cama para bajar a investigar, pero sus piernas la traicionaron dejando cayera con un fuerte estruendo, en menos de diez segundos Katsuki ya la sostenía sobre sus brazos levantando su cuerpo del suelo.

- Joder... Piensa un poco antes de actuar cara redonda ¿En qué demonios pensabas al levantarte de esa forma?

- ¿Cuándo fue...? ¿Cómo?

- Ayer en la noche - la recostó uno vez más en la cama - te desmayaste y me hice cargo de ti

Tal vez todo había sido un sueño, un muy espantoso sueño sacado de la peor película de terror que podrían hacer con sus mayores temores, suspiro de alivio.

- Ten - Katsuki le ofreció un vaso de agua - iré a preparar la tina para que tomes un baño

- Gracias

Bebió el agua con calma ¿De dónde provenía el sonido del taladro? Lo ignoró y continuo con lo suyo, sentía sus piernas entumidas ¿Cuántas horas llevaba durmiendo? Observó el reloj sobre la mesa de noche ¡Eran cerca de las 4 de la tarde! Ella jamás dormía tanto, menos con tanto trabajo que siempre tenía durante el día, los sábados eran los días con mayor clientela. Dejó el vaso sobre la mesita y observó el otro objeto que se encontraba cerca y había ignorado, su mente quedó en blanco y comenzó a sudar frio, el grito que soltaron sus pulmones fue una vez más desgarradores para Katsuki quien salió corriendo del baño.

Ochako ahora se encontraba en el piso abrazándose a sí misma y temblaba fuertemente, el muñeco de oso estaba entre sus manos, cometió el error de dejar el muñeco a la vista. Corrió hacia ella e intento abrazar con ternura pese a que ésta lo golpeaba para que se alejara, parecía que una vez más su mente era incapaz de reconocer su rostro. No le quedaban más opciones, así que contra su voluntad utilizó la fuerza para traer su mente a la realidad, la estampó contra la alfombra y sujeto sus muñecas para que no pudiera zafarse.

- ¡Suéltame! ¡Te odio!

- Ya quisieras... ¿Quién diablos crees que soy?

- ¡Suéltame!

- ¡Ya cállate!

La besó con fuerza, debía distraer a su jodido cerebro y siendo sinceros, esa era la única forma que conocía. La besó duro y sin piedad, pudo sentir la cálida sangre en su boca, Ochako lo había mordido fuertemente el labio inferior, éste hizo lo mismo, pero sin conseguir dañar su labio, solo una pequeña descarga de dolor que la distrajera de lo que la atormentaba. A los segundos la fiereza del beso se calmó, los labios de Katsuki seguían firmes, mientras que los de Ochako perdían fuerza y comenzaban a corresponder de forma tierna y lenta, estaba volviendo en sí y estaba correspondiendo a sus intentos de tranquilizar.

- Cara de ángel... Soy yo...

Murmuro contra los labios de Ochako y luego siguió besando suavemente, pero sin dejar espacio para escapar. Tardó unos cuantos minutos, pero sentía como toda oposición del cuerpo femenino se esfumaba, las pequeñas manos de la muchacha ascendieron hasta su nuca para acariciar lentamente, fue cuando decidió apartar ligeramente su rostro para analizar su condición.

- ¿Ya te calmaste maldita?

- Katsuki... Yo... ¿Qué sucedió? - pequeñas lágrimas descendían por sus redondas mejillas - ¿Por qué? - su mente al fin procesaba toda la información - ¿Por qué ahora?

Mr. Delincuente - Bakugō x UrarakaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant