Teacher's pet • Yoonmin

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Realmente los días de escuela eran muy aburridos para Park Jimin, simplemente cuando no tenía nada que hacer escuchaba música, como en estos momentos pues la profesora de álgebra aún no llegaba, ya habían pasado casi 20 minutos y ella ni sus luces.

Sin embargo, antes de guardar todas sus cosas y levantarse, alguien entró por la puerta, un pelirrojo de camisa blanca y pantalones negros, 1,70 calculando y hermosos ojos gatunos, quien le arrebató más un suspiro a todos en el aula.

—Buen día jóvenes,—Dijo apoyando su espalda baja en el escritorio mientras cruzaba sus brazos.—Soy el nuevo profesor, Min Yoongi.

Varias mujeres le miraban casi con la saliva cállenlo y Jimin tampoco era la excepción, el maldito profesor no le quitaba la mirada de encima y no era con otras intenciones pues a Yoongi le parecía bastante interesante.

—Tengo veinticuatro años y vengo de Deagu, soy solo un profesor de intercambio por lo que me mirarán dos o tres años por acá, y ustedes ya están de salida así que espero llevarme bien con ustedes este ultimo año y darles todo el apoyo necesario.

La clase dio inicio y Jimin no supo si le puso más atención a los números en el proyector o al hermoso pelirrojo oscuro. Ese hombre seguro ponía nervioso a más de uno.

Cuando la clase acabo, él omega se acercó al escritorio apoyando sus manos en este inclinando su torso hacia adelante, Yoongi al sentir el aroma a pastel recién horneado, sintió un tirón en su vientre pero no le dio importancia, solo levantó la vista de sus papeles encontrándose con la coqueta sonrisa del menor.

—Así que eres el profesor, Min.—Hizo una pausa mirándole descaradamente de arriba a abajo y viceversa,—Un gusto.

—En primera; no tienes el derecho de tutearme, en segunda; tengo entendido que eres el hijo del director, no quiero meterme en problemas, joven Park.—Jimin puso los ojos en blanco.

—Que lastima.—Torció la boca en desagrado. Inclinándose más hacía el alfa.—Es que, ¿como es que puedes estar tan...

—Basta.—Exclamó con voz grave y fuerte haciendo que Jimin retrocediera ante la voz de mando, más su rostro permaneció neutro.—Yo no me meto con omegas calenturientos. Sal del aula.

El omega no se mostró débil ante la voz del alfa, lo cual le logró impresionar al mayor. Sin decir nada más, se dio la vuelta caminando hacía la puerta moviendo sus caderas de más. Y por supuesto, Yoongi no pudo evitar mirar el culo que tenía en frente.

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