El día de lo ocurrido narrado por Olivia
Me desperté de lo más bien, el sol entraba por la ventana y con ese mínimo rayito de sol me iluminaba la habitación completa.
La enfermera entró con un desayuno lo más contenta posible, mi hora llegaba, mis días terminaban y yo aún no se lo decía a Valentín.
Sentí una punzada en mi cabeza, comenzaba a dolerme pero no le daba importancia, revolví el café y le di un sorbo, estaba riquísimo. Solo escuchaba el ruido del televisor y de la rama del árbol chocar contra la ventana.
Mi cabeza comenzaba a doler poco a poco mucho más, cerré los ojos aguantando el dolor y sintiendo como el líquido caliente del café recaía sobre mis piernas.
Solté el vaso de platico y con mis manos tomé mi cabeza pensando que de alguna mágica forma dejará de doler, todo pasaba en cámara lenta y el dolor no cesaba. El ruido de la manija bajarse y escuchar pasos apresurados hacia mí me dan una mínima esperanza.
Sentía como cargaban mi cuerpo pero no podía abrir los ojos del dolor ni tampoco podía responder, las palabras no salían de mi boca. Y me asustaba cada vez más, mi respiración comenzaba a agitarse y escuchaba el sonido agudo de mi corazón palpitar.
Escuché que cerraban una puerta y a los segundos como arrancaba un auto, la sirena de la ambulancia retumbaba mis oidos, todo iba en cámara lenta.
Recuerdos copaban mi mente, sentía que alguien me hablaba pero sabía que era parte de mi imaginación.
— Presta atención a los recuerdos que están pasando: Un primer beso. Una playa soleada acompañada de un helado. Llanto. Tristeza. Enamoramiento. Abrazos sanadores que eran como una caricia al alma. Mira bien que ahí pasa otro; una fiesta, un beso adolescente y una pelea. Una charla profunda con un amigo, acordate bien de ese momento; estaba enamorado de vos y vos estabas con la persona equivocada.
Pero no pasa nada, todos nos equivocamos, el destino se encargó de traerte al indicado. —
Sentía que valen me estaba abrazando en este momento, pero sabía que era solo parte de mi imaginación.
No lograba escuchar lo que decían pero si escuchaba llanto, llanto y tristeza, no se preocupen por mi, voy a estar mejor y voy a poder sanarme.
Creo que mi hora había llegado.
Mi respiración iba más lenta y el tiempo se volvía eterno, mi mente se encargó de dejar como último recuerdo un beso, un beso con la persona correcta. Acostados en su habitación disfrutando del momento.
Y sonreí, la vida no me había dado una buena estadía en este tren, pero lo poco que recorrí, lo recorrí disfrutandolo como si fuera mi último viaje.
Y respire ondo por última vez, dejándome llevar y dejando que mi último recuerdo se borre completamente, escuché llanto y di por terminado este viaje.
