Antología dialéctica

Cuarta historia: Almas y Divisas

-Disculpa que te susurre esto al oído, pero he matado un alma. Espera, no te asustes: es mucho mas normal de lo que parece ¿Sabes? Es probable que hoy hayas matado algunas. Seguramente hayas matado al menos quince de ellas por día, durante... ¿Cuántos años tienes? En fin, puedes hacer las cuentas o solo imaginar el número, es lo de menos. Perdón que desvaríe, pero es que necesitaba sentirme cómplice contigo para reducir la culpa que me carcome por dentro. Como te dije, hoy he aplastado un alma. Como agravante, dicen que todas las almas son irrepetibles y únicas, que no hay dos iguales. Eso incrementa la sensación en mi interior de que lo que hice fue un acto cruel. He aplastado una hormiga.  Una que llevaba una hojita en su espalda con arduo esfuerzo.

Intenta no reírte. Lo digo en serio.

Es que si lo piensas, si consideramos a las almas como irrepetibles o únicas independientemente de su contenedor, somos asesinos de almas constantemente. Cada vez que caminas por la hierba, cometes un crimen espiritual. ¿O es que las hormigas no tienen almas? ¿Cuál es la diferencia? ¿Los gusanos tienen almas? ¿Las moscas? De seguro que si las mariposas.

Si así fuera, debería de haber una escala de almas. En la cumbre las almas humanas, por debajo, de seguro estarían los perros o los gatos, luego las avispas, seguidas de los humanos y los gusanos, que se adelantan a las hormigas y los peces, casi a la par de los simios y avispas, y definitivamente mucho por encima de los hombres.

 Pisar diez millones de hormigas equivale a matar una vaca. Dos humanos equivalen a un cachorro. Tres girasoles, dos tortugas y cinco pulgas equivalen a un rosal, tres colibrís y cuatro piojos. Siempre y cuando los colibrís sean de diversos colores y estén sanos, si uno esta enfermo, el trato se cancela. Así formamos un sistema de divisas  que varía de acuerdo a la nacionalidad de las almas, la religión, las costumbres alimenticias, amistades, edad, karma y quizás, si la especie lo permite, el número de cuenta bancaria. 

En fin, perdón por molestarte, se supone que esto era un diálogo. Quizás ahora tu y yo comencemos a caminar con mas delicadeza y amor por el suelo. Procurando que cada paso que demos haga que la muerte de esas hormigas no sea en vano.