Confusiones

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"No me preguntes como sucedió

O si será cierto, tal vez no

Sólo sé que ahora estoy aquí

Y no hago otra cosa que pensar en ti..."

Contra Vientos y Mareas - Chayanne

El sol de la mañana se filtraba por la ventana, una suave brisa hacía flamear las cortinas blancas. Los rayos del sol llegaron hasta la cama en la que Usagi dormía plácidamente. Otra vez se le había hecho tarde. Primer día de clases y se le había hecho tarde. Era algo tan común en ella que ya nadie se sorprendía cuando la veían entrar como bala al aula donde recibía sus clases, su profesora ya ni siquiera le llamaba la atención, simplemente anotaba en el registro su nueva tardanza. La puerta de la habitación estaba entreabierta. Por el pequeño espacio que había entre la puerta y la pared pasó su pequeña gatita negra. Luna saltó bruscamente a la cama, sobre su cabeza, despertó sobresaltada.

- ¡¡Luna!! ¡¿Por qué haces eso?!- gritó molesta. Usagi miró su reloj, que estaba sobre la mesa de luz y notó que ya era demasiado tarde. - ¡¡No puede ser!! ¡Llegaré tarde a clase! - Como bala se levantó de la cama y se puso el uniforme como pudo. Rápidamente peinó su cabello y bajó rápido las escaleras. Abajo, se topó con su madre, quien andaba con su delantal blanco, haciendo los quehaceres del hogar. - ¡¡¡Mamá!!! ¡Es muy tarde! ¡¿Por qué me dejaste dormir?!

- Pero si hace media hora que estoy llamándote, Usagi...- Usagi no hizo mucho caso, salió corriendo rumbo a la puerta.- ¡Usagi, ¿No vas a desayunar?!

- ¡¡No mamá!! ¡Ya estoy llegando demasiado tarde!

Usagi corrió todo el trayecto hacia su preparatoria. Estaba acostumbrada a hacerlo, lo hacía prácticamente cada mañana. Llegó a clase 10 minutos tardes. Cuando entró al aula, observó los asientos ocupados. Miró a su alrededor y vio a su amigo Hitoshi, a su lado había un asiento vacío, él siempre solía guardar un lugar, ya que sabía que ella siempre llegaba tarde. Rápidamente se acercó a él y se sentó, intentando no hacer demasiado ruido, para que su profesor no la regañe por interrumpir su clase. El primer día de clases solía ser el más largo para Usagi, después de casi todo un mes libre de estudio, tener que soportar toda una clase, y encima de matemáticas, era demasiado para ella. Y más ese día, después de pasar gran parte de la noche pensando en lo que había ocurrido el día anterior.

Tenía tanto sueño que no pudo evitar quedarse dormida en medio de la clase. Apenas su profesor lo notó, la sacó al pasillo, allí pasó el resto de la clase, hasta que la hora del almuerzo llegó. El almuerzo, el único momento en que Usagi era feliz cuando estaba en la escuela. Salieron del aula, junto con Hitoshi, rumbo al patio en el que Usagi solía comer con sus amigas. Había esperado el momento del almuerzo con ansias, después de todo, ni siquiera había desayunado.

-Odio las matemáticas... me perdí toda la clase, y ahora me dices que el profesor ya va a tomar prueba... ¡estoy perdida!

- No te preocupes Usagi, yo te ayudaré...- comentó Hitoshi, tratando de consolarla. El joven era un poco más alto que Usagi, tenía el cabello castaño y corto y ojos color miel. Era un excelente amigo, siempre estaba allí cuando Usagi lo necesitaba. Le encantaban los deportes, practicaba fútbol y era el capitán del equipo escolar, y se llevaba muy bien con las matemáticas. Aunque su pasión por el fútbol le impedía dedicarse por completo a los estudios, así que tenía problemas con las otras materias. Le dedicaba demasiado tiempo al fútbol, entre prácticas y partidos oficiales. Viajaba mucho por los torneos intercolegiales. Realmente amaba el deporte, y soñaba con poder jugar profesionalmente algún día, con poder formar parte de alguna liga europea o quizás, latinoamericana, como la brasilera o la argentina.

El Hilo RojoWhere stories live. Discover now