ʜɪ́ʙʀɪᴅᴏ ≈ ᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ

017

Jungkook ya había llegado a su casa, estaba abriendo la puerta y en cuanto lo hizo dos miradas se posaron en él.

—Jungkook... —miró sorprendió al castaño.

—Mierda —murmuró—¿Que es lo que te paso? —ayudó a Jeon a pasar y a sentar al sofá.

—¿Deberia responder? —dijo levantando una ceja.

—Tu padre —dijo decidido.

—No hay otra explicación.

—Nam, ve a traer el botiquín —su novio hizo caso y fue a traer la caja blanca.

—Te dije que no fueras, tan terco.

—Tenía que hacerlo, ¿Y Jimin? —preguntó al no verlo.

—Arriba, con Taehyung y Hoseok.

—No puedo dejar que me vea así.

—Lo sé, pero primero te voy a curar ese golpe en tu mejilla —Nam le entregó el botiquín a Jin y rápidamente sacó lo necesario para curar el golpe.

—Es increíble que de nuevo pasara, ahora sobre que hablaron —se sentó al lado de Jungkook.

—Que me alejará de ustedes, cosa que no voy a hacer.

—Pero Jungkook...

—Esta decidido, no lo voy a hacer, son mis amigos y no los voy a dejar porque ese hombre de mi... Ah —soltó un quejido al sentir el alcohol.

—Aguanta, Jeon —con el algodón limpió la herida afectada.

—Eres un gran amigo, Jungkook, estaremos contigo.

—Y jamás nos separaremos, seremos como un chicle para tí —colocó un parche en la mejilla—, terminé, no te lo quites hasta mañana.

—Bien, ahora ayúdenme a ocultarlo antes de que Jimin me vea.

—¿Porque no quiere que te vea? —preguntó el híbrido después de llegar a la sala.

—Nada —volteó su mirada a un lado para que Jimin no pueda verla.

—Llegaste, Jeon —Taehyung junto a Hoseok entraron a la sala.

—¿Que te pasó en la mejilla?

—Hoseok —regañó.

—¿De qué hablas? —el menor se acercó hasta quedar frente a Jungkook

—Nada.

—No te creo Kookie, mírame —mandó.

Jungkook quería negarse, pero no podía.

No podía negarse a Jimin.

Volteó su mirada encontrándose con la de Jimin confundida y sorprendida.

—J-Jungkook... —murmuró—Tu...

—No pasa nada, Jimin.

Pero el híbrido no le creyó y se lanzó a Jungkook sentándose en su regazo con las piernas en cada lado y abrazándolo.

—T-te lastimaste.

—Calma, gatito, no es nada malo.

—N-no...

Jungkook sintió húmedo su hombro y supo que Jimin estaba llorando.

Por él.

—¿Que pasó Jungkook? —preguntó Taehyung.

—Mi padre lo hizo, ya sabes.

—¿T-tu padre?, Es mi culpa.

—No digas eso, Jimin.