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   Isaac tuvo razón. Mi cambio de guardia de la noche fue con Derek.

   —Si no te sientes a la altura, puedo vigilar yo solo —dijo cuándo me reuní con él en el centro del campo, cuando Isaac me dio un codazo para despertarme avisando que había terminado su turno.

   —No, estoy bien —él me dio una mirada mordaz—. Okey, no estoy tan bien, pero yo soy capaz de vigilar sin forzarme a mí mismo. 

   Me dio esa pequeña contracción de los labios que se parecía a una sonrisa. 

    —¿Necesitas una sacudida de cafeína antes de empezar? Yo tengo un poco de café por aquí.

    —Oh, eso sería fantástico.

   Nos sentamos sobre un tronco cerca del fuego y él me dio una taza de café. Era una noche fría, y el calor del fuego se sintió maravilloso. Derek se inclinaba adelante, sus codos sobre sus muslos, ambas manos alrededor de su taza, sus ojos en el café. Su perfil hacia mí. Él era rudamente hermoso. 

   —Te asusté, ¿no? —preguntó en voz baja.

   Si yo hubiese tomado un sorbo de café, habría vomitado o bien atragantado con él. 

   —Eres muy amable e intenso —admití. Soltó una oscura carcajada. 

   —Sí. Aprovecho la protección de este páramo en serio, y cuando las personas como el profesor y su grupo entrar en ella, no estoy seguro de que ellos lo respetan como deberían —él me hecho un vistazo por encima de su hombro—. Yo crecí aquí. ¡Me encanta! ¿No sientes lo mismo por Los Ángeles?

   —Yo nunca he sentido que pertenezco a algún lugar —confesé—. Siempre me he sentido más en casa en el bosque.

   —Así que tenemos eso en común.

   Era extraño pensar que podríamos tener algo en común.

   —Entonces, ¿De qué te vas a graduar?

   —Ciencias Políticas.

   Arqueé una ceja.

—¿Qué? ¿Vas a entrar a la política?

Él me dio una sonrisa irónica.

—Trato de mejorar mis habilidades de comunicación.

   Tuve que admitir que él no era para una charla, aunque yo no pensaba que él tuviera algún problema de comunicación. Como en cuestión de hechos, me encontré fascinado de que siempre que nosotros entablábamos una conversación, era obvio que cuando él se preocupaba por algo, él se preocupaba profundamente.

   —Isaac dijo que tu padre fue alguien importante en la comunidad. 

   —Sí, ha servido como alcalde de Beacon Hills y estaba en el consejo escolar, entonces adivino que mi interés en la política viene naturalmente. Él siempre tenía altas expectativas.

   —¿Él supo acerca de que le diste una paliza a ese chico Peter?

   —Sí. Él no estaba contento con eso —él sacudió su cabeza—. Padres. Algunas veces, no importa lo que hagas, no se puede complacerlos.

   —Cuéntame.

   Nos sentamos un minuto en silencio, cada uno tomando su café.

   —El color de tu cabello me recuerda a un zorro de pelaje algo castaño que vi una vez, era bastante extraño ya que suelen tener el pelaje rojizo —dijo él en voz baja.

Luz de Luna - Sterek AdaptaciónWhere stories live. Discover now