V

7.3K 593 235
                                    

Louis se sentó sobre su cama con sus piernas cruzadas y una arrugada tela entre sus brazos en la cual enterró su rostro aspirando con fuerza, sus ojos añiles miraban un punto fijo en la habitación mientras soltaba un suspiro bajito.

Eso debía significar que le importaba, aunque sea un poco.

Niall se había marchado media hora después de que había regresado a casa. Claro, no se fue sin reprenderlo al igual que su madre, pero poco le importo.

Mientras tanto casi al otro lado de la manzana estaba a un Harry vestido con una sudadera de algodón muy carente de tela, de esas que se ciñen al cuerpo aún que no te guste. También vestía un jogger al estilo militar manchado de pintura, algunas partes frescas y otras muy viejas de secarse.

Su mano sostenía la brocha ancha dentro de la lata de pintura gris, antes de deslizarla constantemente sobre el enorme lienzo.

Curva tras curva fue descubriendo que lo que hacía. Era una mirada, felina y tenaz. Se pregunto a que se debía más le quito importancia cuando desenvolvió el pincel de su empaque. Le mojo con un poco de diluyente, doblando la brocha sobre la madera para ablandar las mechas. Luego de eso lo seco sobre un trapo viejo el cual estaba igual o peor que su ropa.

Metió la espátula en una de las latas colocando un poco sobre su paleta de madera, en donde tomó el pincel hundiéndolo con suavidad.

Comenzó.

El martes siguiente, por la mañana, Louis se había despertado de un maravilloso humor hasta que se dispuso a guardar los deberes y libros que le tocaban ese día. Listo para escribir en su diario sobre el día anterior se percato de algo, el diario no estaba.

-Mierda, mierda, mierda. -

Lo busco por todos lados y no estaba. Quería arrancarse el cabello, Harry no podía encontrar ese maldito cuaderno, su vida terminaría, literalmente.

-Dios, nunca te eh pedido nada, pero esta vez necesito un milagro. -

Estaba decidido a pedírselo aun si le daba una paliza.

Se ducho y vistió con tanta prisa como su cuerpo se lo permitió, tomó un pantalón de mezclilla y una sudadera color salmón que realmente odiaba, pero no le quedaba de otra.

Tomó su mochila y antes de salir abrazo por última vez la prenda que Harry le había dado.

Harry no estaba de muchos ánimos ese día.

No había dormido una jodida hora por ese cuadro. Lo había intentado tantas veces que le dolía la muñeca y ahora estaba usando una venda.

-¡No queda!-

Harry lanzo una de las decepciones que había pasado haciendo dos horas y es que, no quedaba como él quería, se lograba asemejar, pero no era lo que necesitaba.

Miro la hora de mi teléfono y nada podía ser peor. Tomo una ducha y tomo la primera mudada que se le cruzó por la vista justo con una chaqueta de cuero ya que la "pequeña rata" tenía su abrigo.

-¿Por qué le di mi abrigo?-

Se quedo un poco aturdido, supuso que fue por lastima.

En ese momento, un Harry muy cansado se bajó de su auto con ojeras y bebiendo un café descremado.

-Demonios. -

Ni siquiera se colocó gel y su cabello optó por tener su forma natural ese día.

Louis llevaba esperándolo media hora en la entrada en la cual no había ningún alumno ya que era notablemente tarde. Ya ni siquiera tenía uñas que morder pues ya se le habían acabado.

-¡H-Harry!-

Se movió rápido hasta quedar frente a él. Harry le miro con una ceja alzada, no tenía ningún ánimo de verle su absurda y linda cara ese día.

-¿Qué quieres?- dijo el rizado antes de bostezar colocando su mano sobre su boca.

-¿Está bien?- pregunto Louis al percatarse de rostro deplorable.

Estaba notablemente preocupado, Harry se veía mal, realmente mal, pero para Louis eso no le quitaba lo bonito que se miraba

-Tengo cosas que hacer Lou...- Harry detuvo su hablar abruptamente.

El sol de las nueve le daba una perfecta vista de lo que estaba necesitando hace tiempo.

Tomó la quijada de Louis con una mano rápidamente haciendo que el muchacho saltará sobre su lugar, pero no se atrevió a rechistar. Harry giro un poco su rostro viéndolo con atención y de repente sonrió.

-Bingo. -

Relamió sus labios soltándolo como si nada.

-Vendrás conmigo cuando salgamos. -

Louis le miro aturdido y nuevamente se sonrojo sintiéndose estúpido cuando su rostro adquirió ese color sonrosado.

-¿P-por qué? Digo, tengo que preguntarte algo. -

Alzó un poco la voz cuando Harry parecía ignorarlo entrando al edificio. Le siguió con rapidez antes de que la puerta se cerrará.

-Bien, habla rápido. – espeto Harry.

Abrió su casillero buscando sus libros con la mirada curiosa de Louis sobre él.

-Es que...b-bueno. Ayer metí un libro en m-mi-

Se calló cuando el casillero fue cerrado con fuerza y este le miro con gracia. Incluso lo vio sonreír un poco, Dios era tan bonito.

-Si, yo lo tengo, creo que me lo quedare un rato. - pareció pensarlo un poco y se le acercó, demasiado. Muy muy cerca, inclinándose incluso. - Tal vez te lo de cuando me ayudes. -

-¡L-lo haré!- grito sin pensarlo.

La sonrisa de Harry se ensancho marcando dos hoyuelos a sus costados. Demonios ¿A este hombre le falta algo para ser un dios griego?

-Bien. Nos vemos en la salida bonito. -

Harry borro su sonrisa parándose correctamente y marchándose.

-Necesito algo más que un milagro. -

[Mi Nerd] Larry Stylinson 《REESCRIBIENDO》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora