#4 Cubitos maggi y un chino arrecho.

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Yo estaba en mi cuarto viendo fotos de Diosa Canales, la mardita tiene buen culo y tetas, hasta el huevo se me paro del tiro ve que molleja. Estaba baboseando hasta que la madre mía me llamo.

–¡LUKAS ROBERTO, VENI ACA MIJO! –me grito desde la cocina.

–¡YA VOY! –grite a lo tipo tarzan– verga ahora que quiere esta –murmure arrecho (como siempre) mientras me paraba de la pc y buscaba mis chanquetlas que compre en el callejón de los pobres a cincuenta bolos. Salí de mi cuarto y me fui a la cocina, allí estaba mi madre Liz picando un plátano pa’ hacer unas tajas.

–¿Qué? –le conteste de mala gana.

–No se dice “¿Qué?” se dice señora.

–Aja ¿Qué paso?

–Papi quiero que me vayas a comprar… –dijo mientras registraba en sus bolsillos sacando un billete de a cien– unos cubitos maggi –me entrego el dinero.

–Aja… pero acordarte que a que Juan está cerrado los domingos ¿pa’ donde voy?

–Anda pa’ que los chinos.

Le eche malos ojos porque la verga esa queda por los apartamentos de la victoria y yo vivo mas allá de la iglesia que queda por el CDI y no quiero caminar mucho porque las chancletas estas capaz y se me rompen y son las únicas que tengo, fui a mi cuarto para ponerme una gorra porque aquí el sol está muy cachuo y salí de mi casa para ir pa’ que los chinos. Camine ya cerca de los edificios, por las hermosas calles de Maracaibo, llena de huecos, basura, viejas sentadas en el porche de su casa y un gato muerto en medio de la calle. Entrando lo primero que hice fui irme al pasillo del medio, luego fui por los demás pasillos y no encontraba los marditos cubitos, pero, entonces vi a un chino mirando el costo de un jabón las llaves. Era negro lo cual no me extraño nada porque aquí el sol es tan cachuo que hasta  los chinos que son blancos se ponen negros. Le fui a tocar el hombro, el volteo y me miro.

–Disculpe señor, e buscado por todos los pasillos y no encuentro los cubitos.

–¿Qué? –me miro confuso.

–¿Usted trabaja aquí?

–No, mi alma no –negó con la cabeza.

–¿Cómo que no chico? –pregunte frunciendo el ceño y cruzándome de brazos. Que arrecho es este me va a porfiar.

–No, no trabajo a aquí soy un cliente como voj

–Pero si voj soy chino –le aclare– y negro también -el solo me miro con arrechera… como si le hubieran dicho “ya no hay harina pan”

–¡VERGACION  QUE YO NO SOY NI CHINO NI NEGRO! –me paso por un lado chocándome el hombro y salió de allí arrecho

–Si aja y maduro es inteligente –dije en susurro.

 Y desde entonces no lo vi mas a ese chino negro del coño. 

Y esa es la historia de como se conocieron Luke y Calum.

Si 5SOS fuesen Venezolanos.Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt