Capítulo VII

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- nada a cambiado... te lo dije todo - se abrazo así mismo con fuerza alejándose un par de pasos del castaño -no recuerdo nada

- Chuuya - intento abrazarlo por la espalda siendo rechazado, como si el beso de minutos atrás jamás hubiera ocurrido, no lo culpaba lo había obligado a revivir el dolor que le provocó - lo que pasó aquella vez... yo...

- olvidalo- lo interrumpió viendole apenas de reojo - lo que ocurrió es pasado, lo nuestro término en aquel entonces y todo por... mi culpa - susurro de manera inaudible dando un largo suspiro - debo irme, tengo trabajo que terminar

- ¿puedo verte más tarde? - tomó su mano para detenerlo, no quería dejarlo ir no iba a rendirse quería intentar enamorarlo una vez más y recuperar al único que amo por completo

- Hikaru sale de la escuela a las dos de la tarde- se soltó lentamente forzando su sonrisa - quizás es tiempo que conozca a su padre

- gracias Chuuya -

Volvió a la mafia, el papeleo parecía interminable que si no fuera por Kouyou jamás lo terminaría

- tardaste Dazai - la fémina le entregó los archivos que esa mañana su líder solicitó dejándolos sobre el escritorio - ¿que te dijo Chuuya?

- nada, aun esta confundido - se dejó caer en el sofá revisando la fecha que marcaba los folders buscando uno en especial- pero me dejara acercarme a mi hija

- no debería, no después de lo que le hiciste - en su mirada se podía reflejar la molestia e incluso el rencor hacia el castaño, se lo había dicho mil veces, ella jamás le perdonaría por lo que provocó en su joven aprendiz

- lo se, pero Chuuya a cambiado - se puso de pie caminando al gran ventanal  desde donde se podía observar la ciudad - aún con todo lo que vivió busca ser feliz con Hikaru dejando atrás ese pasado intentando perdonar

- pero eso jamás cambiará lo que le hiciste, en aquel entonces me suplico acabar con su vida, lo hiciste llegar a desear la muerte y yo no pude - desvío la mirada intentando borrar las imágenes que llegaban a su mente, ver su rostro cubierto de lágrimas, su cuerpo lleno de heridas, estaba al borde de la locura que de no haber sido por el embarazo jamás se hubiera recuperado - debiste matarlo y acabar con su dolor en lugar de extender su agonía ¡ambos sabemos que lo culpabas!

- ¡eso no es cierto! no fue su culpa, fue mía... no pude protegerlo como prometi - se recargo en el vidrio cerrando sus ojos con fuerza - yo no quería lastimarlo pero con solo verlo me odiaba porque no pude hacer nada para evitar lo que le pasó

- ¿y se lo has dicho? tu no sabes que es lo que piensa respecto a ello, no sabes si aún cree que lo que pasó se lo merecía - hizo una  reverencia aún si el castaño no la veía - de no haber sido por esa niña Chuuya no habría logrado salir de la oscuridad así que no lo arrastres a esta de nuevo- sin más se retiró cerrando ambas puertas detrás de ella

La pelirroja tenía razón, jamás le aclaro lo que sintió después de esa noche, no volvió a mencionarlo solamente se dedicó a satisfacer su propio deseo marcandolo y haciendolo suyo incontable cantidad de veces para borrar de su cuerpo lo que le hicieron, no se detuvo a escuchar lo que quería el menor mucho menos lo que sentía y cuando menos se dio cuenta lo rompió convirtiéndolo en una muñeca sin alma,  nisiquiera intento cambiar después de descubrirlo a punto de lanzarse del edificio solamente lo castigo y torturo, él no era diferente a quien lo daño primero

- soy un idiota - cubrió su rostro con su diestra totalmente arrepentido ¿que debía hacer? si quería que fuese feliz ¿debia dejarlo ir? ¿deberia desaparecer de su vida?

Las horas pasaron rápidamente, cuando el reloj marco las dos ya se encontraba fuera de la escuela, en el lugar donde siempre esperaba el pelirrojo a la menor, cuando lo vio acercarse por más que quizo hablarle ninguna palabra salio de su boca, quería disculparse pero no consiguió, el miedo lo invadió nuevamente

-¡mamá! - la voz de una niña lo regreso a la realidad, castaña y ojos azules, ella era la viva imagen de ambos, tan inocente y feliz a pesar de que también fue producto de violación

Nakahara se acercó para rodear con sus brazos a la castaña y cargarla cuando esta brinco - hola mi niña - su sonrisa demostraba que aún con las cicatrices marcadas en lo profundo de su corazón era capaz de amar y sentirse vivo otra vez, Osaki tenía razón ella lo salvó

- mamá ¿quien es él? - se aferró al agarre de su madre cuando comenzó a sentirse incómoda por la mirada del castaño, como no sentir miedo de un hombre cubierto de vendas

- Hikaru... - la sentó en una jardinera cercana dirigiendo la mirada al mafioso - ¿recuerdas cuando nos sentabamos a hablar de papá? - lo único que recibió como respuesta fue un suave movimiento de cabeza - él es Dazai... tu padre volvió

- hola Hikaru- jamás creyó llegar a ese momento, meses viéndola a la distancia se terminaban con esas simples palabras - yo soy tu papá- parecía que la niña estaba en estado de shock hasta que se lanzó a sus brazos llorando desconsolada

- papá- siempre lo deseo, cada noche soño con el hombre del que su madre le hablaba aún cuando lo que creía solo era una mentira, pues Chuuya jamás sería capaz de contarle el infierno del que escapo

- si hija, no llores - acarició su larga cabellera cargandola y seguir al detective hasta el auto para partir a su hogar, era momento de tener la conversación que ambos pospusieron durante tanto tiempo.

Se había acabado el tiempo de callar...

Fall In Love Again ~ SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora